P-400 Airacobra en Guadalcanal (III)

No habían pasado ni diez días desde la llegada de los P-400 del 67th y su situación había ido desde la alegría por el refuerzo aéreo a la decepción por su incapacidad como interceptor en altitud.
Ahora, con sólo tres aparatos disponibles (más algunos que podrían "apañarse" canibalizando otros), el General Vandergrift pensaba qué se podía hacer con esta exigua fuerza.Aunque en cualquier otro teatro de operaciones este pequeño número de aviones pasaría casi inadvertido, en Guadalcanal, con la penuria de material que sufrían los Marines, no lo era tanto.Había que aprovechar hasta el último avión disponible.

No he podido averiguar con certeza de quién fue la idea de comenzar a emplear a los P-400 en misiones de ataque a tierra, pero está claro (al menos lo está con la perspectiva que da el tiempo, otra cosa fue allí y en ese momento) que eso era lo más adecuado para el avión.El modelo tenía una aceptable velocidad y comportamiento a cotas bajas, tenía un armamento que se podía considerar pesado para ese momento en esa zona de combates, con cuatro ametralladoras de calibre fusil, dos ametralladoras pesadas y un cañón.El blindaje era adecuado y además era capaz de trasportar una bomba de 227 kg en el soporte bajo el fuselaje.Como contrapartida, al montar un motor refrigerado por líquido, su sistema de refrigeración era vulnerable a los disparos desde tierra, pero eso era algo que compartía con prácticamente todos los modelos similares, y en muchos otros escenarios del conflicto este tipo de aparatos del arsenal Aliado, como los Curtiss P-40 o los Hawker Hurricane, por citar algunos, se estaban empleando en misiones de  cazabombardeo con razonable éxito.Otro punto a favor era que hasta ese momento al menos, la capacidad antiaérea de las tropas japonesas en tierra había sido bastante escasa.
Ahora, nuevos acontecimientos iban a provocar el cambio de táctica en el empleo de los P-400.


Aparcado en la hierba, este P-400 con el numeral 21 porta una bomba de 227 kg bajo el fuselaje.En esta imagen podemos ver bien las tomas de aire de las raíces alares para el sistema del líquido refrigerante (las similares del ala de estribor eran para el refrigerador de aceite) y la entrada de aire tras la cabina para la toma de la admisión.Otros puntos interesantes son las doce salidas de escape en cada costado y las ametralladoras escaqueadas de las alas.


Desde el 29 de agosto, tropas japonesas al mando del General Kiyotake Kawaguchi estaban desembarcando en Punta Taivu, al este del perímetro defensivo de los Marines alrededor de Henderson Field, y se estaban concentrando en la cercana aldea de Tasimboko, a unos 20 km al este del aeródromo.Fue entonces cuando se decidió utilizar a los P-400 para atacar a los transportes y a las tropas japonesas en la zona, por lo que el día 1 de septiembre al amanecer el Capitán Dale Brannon  despegó con los P-400 disponibles (puede que entre cuatro-cinco, ya que al parecer los mecánicos habían conseguido poner en condiciones de vuelo un par más de aparatos), cada uno cargado con una bomba de 227 kg, y se dirigió a la zona en busca de objetivos, pero tuvieron que regresar sin poder divisarlos.Volvieron al aire a media mañana, esta vez con cuatro aparatos, y encontraron cinco lanchas de transporte en la orilla, que bombardearon y ametrallaron hasta destruirlas.De vuelta a Henderson Field, el ataque japonés a la hora Tojo Time era inminente, así que se rearmaron y volvieron hasta Tasimboko para repetir los ataques contra las tropas de la zona y sus almacenes de suministros.


En este antiguo mapa de Guadalcanal podemos ver la situación general de la zona.Al este del perímetro de los Marines en Punta Lunga se encuentra Punta Taivu y la aldea de Tasimboko, donde desembarcó la fuerza del General Kawaguchi y que se convirtió en el objetivo principal de los ataques de los P-400.

Al día siguiente, el 2 de septiembre, se produjo un cambio significativo en la isla.Aunque la cantidad de aparatos disponibles en ella siempre era relativamente pequeña, entre los aviones de los Marines, de la Navy y de la USAAF, la pista de Henderson Field presentaba unas condiciones de acinamiento poco deseables, sobre todo porque la concentración de aparatos en un pequeño espacio los hacía un blanco aún más fácil para los bombardeos aéreos y navales.Por eso, a una milla al este de esta pista los Seabees consiguieron aplanar lo suficiente las hierbas altas de la zona para hacer una nueva pista de operaciones, que pasaría a llamarse Fighter One, y a la que pronto los pilotos de los cazas apodaron "el sembrado de vacas", o el "pasto para vacas".Los P-400 del 67th se trasladaron allí para operar desde ella de ahí en adelante en su nuevo cometido de apoyo cercano y cazabombardeo.

El día 4 llegó la segunda oportunidad de demostrar su valía.Se recibieron informes de que se estaba formando un pequeño grupo de lanchas y barcazas de transporte en la vecina isla de Santa Isabel, al Norte de Guadalcanal.Los tres únicos P-400 disponibles ese día despegaron liderados por un F4F Wildcat de los Marines pilotado por el Comandante Robert Galer.En sucesivas pasadas, los P-400 lanzaron sus bombas y ametrallaron las lanchas y las tropas.Los pilotos reclamaron haber destruido unas 25 de las aproximadamente 30 lanchas que se agrupaban en la zona, así como a gran parte de sus ocupantes.
Al día siguiente fueron detectadas otras 15 barcazas a tan sólo medio kilómetro de la costa norte de la isla.Sólo dos P-400 estaban disponibles, y despegaron acompañados de seis Wildcat para atacarlas.Fue todo un éxito.El Jefe del 67th, Dale Brannon, que acababa de ser ascendido a Comandante, relataba tras volver a la base como él y su compañero habían ametrallado a las tropas japonesas en el agua creando una auténtica masacre entre ellas (él la describía como una "X sangrienta en el agua").Dos horas después estaban de nuevo en el aire para seguir bombardeando la aldea de Tasimboko, que a partir de entonces "visitarían" regularmente al menos un par de veces al día, bombardeando las zonas de suministros y las tropas japonesas en la zona.

El clímax de la operaciones contra Tasimboko llegó el día 8 de septiembre.Ante la acumulación de tropas japonesas en la aldea, que evidentemente preparaban un asalto a las posiciones de los Marines, estos, de forma audaz, idearon una incursión anfibia hasta la zona para mermar en lo posible a las fuerzas enemigas.El 1st Batallón de los Raiders a las órdenes del Coronel Merritt A. Edson, junto a parte del 1st Batallón de Paracaidistas atacaron el perímetro japonés, destruyendo gran parte del material allí acumulado, tanto de armamento como de víveres, aunque la fuerza principal de Kawaguchi ya se había adentrado en la selva en dirección a Henderson Field.El apoyo aéreo fue fundamental: desde las 07:00 horas, cuatro P-400 atacaban las posiciones japonesas para inmovilizar a los defensores mientras las tropas desembarcaban.Dos horas después, los cuatro aparatos repetían los ataques, y de nuevo los realizaron a las 12:00 horas.Para las 15:35 los incursores empezaban a reembarcarse, y solicitaron de nuevo el apoyo de los P-400.Para entonces sólo estaban operativos tres P-400, pero una fuerte tormenta en la zona del aeródromo había embarrado la pista.El Comandante Brannon consiguió despegar de milagro junto a otro P-400, pero el tercer aparato, pilotado por el Teniente V.L. Head patinó sobre la hierba mojada y el barro.Al quedarse casi sin pista, el piloto intentó elevarse de golpe, pero el avión se estrelló, partiéndose e incendiándose.El Teniente Head consiguió salvar la vida, pero sufriendo quemaduras.Durante las siguientes dos horas, la solitaria pareja de P-400 cubrieron a los Raiders mientras reembarcaban, realizando varias pasadas de ametrallamiento contra las tropas japonesas hasta que el último de los soldados de Edson se retiraba.Ya casi en el crepúsculo y con las últimas reservas de combustible consiguieron aterrizar en su base.


Detalle de la zona donde se produjo el raid de Tasimboko por parte de los Raiders y lo Paracaidistas a las órdenes del Coronel Merrit A. Edson, y que contó con la cobertura aérea de los pilotos del 67th.



Los restos destrozados y quemados del P-400 del Teniente V.L. Head tras estrellarse al despegar el día 8 de septiembre.Head consiguió salir del aparato, y aunque sufrió quemaduras, poco después volvió al combate.


Por fin, los pilotos del 67th, los Fighting Cocks, hacían honor a su nombre.Durante estos días de ataques a objetivos en tierra y sobre el mar desde el día 1 de septiembre, culminados por el apoyo aéreo a la incursión de los Raiders, y que continuaron en los siguientes días, siguiendo con los bombardeos y los ametrallamientos en Tasimboko, los pilotos del Ejército se ganaron la admiración y el respeto de los Marines.Sus constantes ataques a baja cota, realizados varias veces al día con los pocos aparatos disponibles, contribuyeron en buena parte a la disminución de la efectividad de las tropas japonesas.Los "klunkers" se ganaban el respeto de sus homólogos de los Marines e incluso el de los japoneses, que sufrían los continuos ataques de esos "cazas de morro largo".Para entonces, al 67th FS se le conocía ya con el curioso (y erróneo) sobrenombre del "Jagstaffel".


Los miembros del "Jagstaffel": por fin, los pilotos del 67th se sentían útiles con sus nuevas misiones de ataque a tierra.En la imagen vemos a un buen grupo de ellos y del personal de tierra alrededor del P-400 "Hells´Bells".Aunque en la imagen no se aprecia, este aparato llevaba el numeral 13 y la matrícula de la RAF BW151.En primer plano aparece la puerta tipo automóvil de otro P-400 "canibalizado" en la que los miembros del Escuadrón muestran orgullosos su insignia, la de los "Fighting Cocks".


Pero la ofensiva del General Kawaguchi seguía adelante, y en su apoyo, los japoneses redoblaron los bombardeos, tanto aéreos como marítimos.El día 12 de septiembre el 67th sufrió un duro golpe: una bomba de 454 kg explotaba a escasos metros del puesto de mando del Comandante Dale Brannon que resultó gravemente herido por un fragmento de metralla.El líder del Escuadrón, que lo había mantenido unido desde sus días en Louisiana, tenía que entregar el mando y ser inmediatamente evacuado vía aérea hasta Espíritu Santo.Afortunadamente, su sucesor era el Capitán John A. Thompson, el otro veterano del grupo.Pronto iba a demostrar que era el idóneo para el cargo.

Y es que esa misma noche, Washing Machine Charlie lanzó bengalas en lo que era el comienzo de otro bombardeo naval.Pero en esta ocasión el objetivo no era, como de costumbre, la pista de Henderson Field, sino la llamada "Cresta Lunga", una elevación cubierta de hierbas altas situada a unos 900 metros al sur del aeródromo y que curiosamente estaba defendida por los mismos que habían realizado la incursión de hacía sólo unos días contra Tasimboko, el 1st Batallón de Raiders del Coronel Merritt Austin "Red Mike" Edson.
Precisamente allí era donde los hombres del General Kawaguchi  iban a lanzar su ofensiva, que comenzó poco después del bombardeo naval.Durante los dos días siguientes se libró una de las batallas más sangrientas de la guerra.La que pasaría a llamarse "oficialmente" Batalla de Lunga Ridge, para los Marines fue la Batalla de Edson´s Ridge, o incluso Bloody Ridge.

Si los japoneses dominaban la colina tendrían casi asegurado el control de la zona del aeródromo, haciendo inviables los vuelos desde allí, lo que seguramente sería el fin de la presencia de los estadounidenses en la isla, al menos por bastante tiempo.
Durante un par de días con sus respectivas noches, los japoneses asaltaron una y otra vez la colina en ataques casi suicidas que generalmente acababan en luchas cuerpo a cuerpo dentro de las trincheras y pozos de tirador.Y una y otra vez los Marines los rechazaban, pero a su vez iban perdiendo terreno.En la madrugada del día 14 de septiembre, las fuerzas de Kawaguchi estaban casi exhustas, ya que llevaban muchos días de campaña desde que salieron a atravesar la selva desde su base de Tasimboko, y habían sufrido gran cantidad de bajas.Realmente la ofensiva estaba casi agotada, pero los Marines no podían estar completamente seguros de ello, ya que no conocían con exactitud la fuerza de japonesa.Además, "casi agotada" no significaba para Kawaguchi que fuese a abandonar.Con más de 800 hombres aún disponibles, se estaban reagrupando para otro nuevo asalto, quizá el último.

Para los Marines la situación era bastante preocupante.Aunque hasta entonces habían conseguido detenerlos, sus bajas también iban en aumento, y el perímetro defensivo era cada vez más escaso alrededor del aeródromo.Iban a necesitar toda la ayuda posible, y ahí entraba de lleno el 67th FS.
Alrededor de las cuatro de la madrugada del día 14, un Marine se presentó en la tienda de campaña del Capitán Thompson.Se requería su presencia en La Pagoda.El mismo Thompson recuerda el asunto:
..."me llamaron a La Pagoda, y al llegar había varios Marines de los que estaban luchando en la Cresta, entre ellos uno de sus Comandantes.Estaba cansado, cubierto de barro, con un agujero de bala en el casco y la sangre corriendo por su cara.Me dijo que la situación era muy mala, que necesitan nuestra ayuda.Agarró un trozo de papel y un lápiz y me dibujó un diagrama aproximado de la Cresta con las posiciones de ambos bandos.Me dijo que esperaba que los japoneses hiciesen un gran ataque al amanecer"...

Tras los bombardeos de los últimos días, la Fuerza Aérea Cactus había pasado de unos 60 aparatos en total a tener alrededor de la mitad de ellos disponibles, contando todos los tipos.Peor aún, las reservas de combustible, siempre escasas, ahora eran mínimas.Aunque en ese momento estaban disponibles cinco P-400, a Thompson le comunicaron que sólo tendría combustible para tres aparatos.

..."Me guardé el trozo de papel en el bolsillo y fui a buscar un par de pilotos.Elegí a los Tenientes Brown y Davis, y nos preparamos para despegar justo al manecer.Los japoneses debían estar a menos de un kilómetro de nosotros, así que despegamos realizando un amplio círculo para permanecer fuera de su vista.Bajamos a la altura de los árboles y vimos las posiciones de lo Marines.Cerca, en el claro de hierba, vimos centenares y centenares de japoneses preparados para cargar... bajé el morro y simplemente corté disparando a través de ellos... los otros dos pilotos hicieron lo mismo"...
..."Continuamos el ataque, pero a Brown lo alcanzaron en el refrigerante y tuvo que abandonar.Volvimos a atacar, y los japoneses estaban realmente confundidos.En esa pasada me tocaron también en el refrigerador, pero el tercer avión continuó dando pasadas hasta que agotó la munición.Para entonces, los japoneses que quedaban corrían desesperados a refugiarse en la jungla.Esto dio a los Marines la oportunidad de reagruparse"...

Los pilotos de los P-400 habían sorprendido a las tropas de infantería en la ladera de la colina, totalmente expuestas a un ataque aéreo que no esperaban.El fuego combinado de las siete armas de cada P-400, prácticamente a quemarropa, sin posibilidad de cubrirse, convirtió el ataque en una pequeña masacre.A pesar de su indudable espíritu combativo, las tropas japonesas habían tenido bastante.Sencillamente huyeron presas del pánico, viendo como eran ametrallados en aquel claro sin posibilidad de refugiarse.
Cuando los Marines retomaron sus posiciones, contaron más de 600 cadáveres en la ladera, muchos de ellos obra de los P-400.Necesitaron las excavadoras para enterrarlos.

Para el Capitán Thompson aún quedaba una sorpresa.Ese mismo día, ya más tarde, él mismo recuerda que se le acercó el General Vandergrift y le dijo:
…"Capitán Thompson, seguramente no llegará a leer nada de esto en los periódicos, pero usted y su vuelo con los P-400 acaban de salvar Guadalcanal"...
Y, según se dice, el General le "deslizó" una botella de whisky en su bolsillo, todo un premio otorgado por un Marine a unos pilotos de las Fuerzas Aéreas con unos aviones que hacía sólo unos días había calificado como "prácticamente inútiles".
De hecho, tan impresionados estaban los mandos de Guadalcanal que incluso pidieron que se enviaran más P-400, o en su caso, P-39.


Uno de los Héroes de la Batalla de Bloody Ridge: el Comandante John  Thompon aparece en esta imagen sentado junto a otros dos miembros del Escuadrón en "La Pagoda".


Nunca se sabrá si los Marines de Edson Ridge habrían podido rechazar a los japoneses por si solos.Quizá si.Hasta ese momento lo habían logrado, combatiendo con la desesperación de no verse superados.El Coronel "Red Mike" Edson recibió la Medalla de Honor del Congreso por su comportamiento en la Batalla, ya que sin duda fueron los Marines los que soportaron todos los ataques.
Pero no se olvidaron de los tres pilotos que los ayudaron en el peor momento: los Tenientes Brown y Davis recibieron la Medalla de Plata, mientras que el Capitán John Thompson, como líder de vuelo, fue galardonado con la Cruz de la Marina, una condecoración que sólo recibieron once pilotos de las Fuerzas Aéreas del Ejército durante toda la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, la lucha en Guadalcanal estaba lejos de terminar.A finales de septiembre llegaron nuevos aviones (y pilotos de remplazo) para el 67th: Bell P-39D-1 y P-39K arribaban a la isla siguiendo la misma ruta que los P-400 en agosto.Estos modelos mejorados del caza de la Bell tenían unas prestaciones superiores a los P-400, pero los antiguos "klunkers" continuaron el la brecha aún durante varias semanas.Canibalizando todo lo posible los aparatos accidentados, los mecánicos conseguían poner en orden de vuelo unos cuantos aviones casi todos los días, variando su número según los iban recomponiendo.La máxima expresión de esta labor fue el aparato bautizado, muy acertadamente, "Resurrection".Se trataba de un P-400 estrellado al aterrizar, al que se le "acopló" un ala de uno de los P-39 que llegaron después (que también estaba fuera de combate), así como un par de aspas de la hélice, mientras que la tercera era recompuesta vertiendo plomo sobre ella hasta dejarla más o menos funcional.Todo un símbolo del 67th en la isla, el "Resurrección" continuó luchando durante varias semanas más.


Otro P-400 de los veteranos que llegaron los primeros días, el número 12 "Fancy Nancy" BW156.Arriba un perfil y abajo una imagen del avión con evidentes signos de desgaste.


A mediados de noviembre se produjeron un par de hechos importantes en relación con las fuerzas de la USAAF en Guadalcanal: el día 12 a las 15:30 horas aparecieron sobre el cielo del Fighter One las siluetas inconfundibles de ocho Lockheed P-38 Lightning.Se trataba del primer envío de este tipo de aparatos a la isla, formando parte de un nuevo Escuadrón que se iba a instalar allí como refuerzo, el 339th FS.
La llegada de estos cazas de altas prestaciones fue muy celebrada por todos los presentes en la isla.Se dice que cuando los pilotos aterrizaron, fueron vitoreados por los propios Marines, no sólo porque sabían que el nuevo caza era muy superior a todo lo que en ese momento había en la isla, sino porque a la cabeza de este primer destacamento de los Lightning volvía de regreso un viejo conocido, el Coamandante Dale D. Brannon.Recuperado de las heridas sufridas justo antes de la batalla de Bloody Ridge, una vez más era el primero en liderar el traslado desde Tontouta en Nueva Caledonia hasta Guadalcanal de los nuevos cazas, siguiendo el mismo recorrido que había realizado con los P-400 en agosto.Brannon iba a liderar entonces al 339th FS, mientras que el 67th quedaba definitivamente al cargo del que fuese su segundo, el Comandante John A. Thompson.

El otro hecho destacado no fue tan agradable: el día siguiente a la llegada de los Lightning, la isla sufrió uno de los bombardeos navales más duros hasta ese momento.Una fuerza japonesa de buques de superficie que incluía a los acorazados Hiei y Kirishima junto a unos once destructores "bajaron" por The Slot con la intención de arrasar los campos de aviación.Aunque el Hiei resultó muy dañado en el combate naval que se produjo con barcos de la Navy, el bombardeo fue devastador, especialmente sobre las instalaciones del baqueteado 67th FS.Al amanecer del día 14, mientras el Hiei se hundía víctima de ataques aéreos realizados por todos los tipos de aviones disponibles en la zona, el panorama del 67th en el Fighter One era desolador, ya que todos los aviones estacionados allí habían sufrido daños de algún tipo, algunos de ellos irreversibles.Todos sus aviones excepto uno: el "Resurection" había quedado milagrosamente intacto, si se puede considerar "intacto" a un modelo hechos de trozos de otros.


En el "Pasto de Vacas", la pista de aterrizaje Fighter One, un solitario Airacobra aguanta un bombardeo japonés, una rutina casi diaria para los soldados en Guadalcanal.


Se trata de una impresión artística, pero nos hace tener una idea de uno de los más icónicos P-400 de Guadalcanal: "The Resurrection", con el ala de babor de un P-39 en color verde y el resto del avión con los dos tonos de camuflaje que lucían cuando llegaron a la isla.


Otro de los P-400 veteranos, el "Impatient Virgin", en una imagen casi bucólica entre luces y sombras.


Pero el 67th siguió adelante.Más P-39 estaban en camino, y se pudieron poner en servicio algunos de los llegados anteriormente y que habían sufrido daños más leves en el bombardeo de la noche del 13 al 14.Incluso se recompuso algún que otro P-400, pero los días de los viejos klunkers en Guadalcanal estaban terminando.Sencillamente, las células no daban para más, por mucho que los mecánicos quisiesen repararlas.Además, para finales de año los refuerzos aéreos empezaban a fluir de manera constante, por lo que se podían utilizar aparatos recién llegados.El 67th seguiría combatiendo, pero con nuevas monturas.

Por supuesto, en estos primeros meses trascendentales y decisivos en Guadalcanal, el mayor mérito de los combates aéreos recayó sobre los Grumman F4F Wildcat de los Marines, y en mucha menor medida, en los P-400 de la USAAF.Posteriormente llegaron mejores modelos, como los P-38 Lightning del Ejército y los excelentes Vought F4U Corsair de los Marines.Ambos modelos eran superiores en casi todos los aspectos a los aparatos japoneses, y venían con pilotos bien entrenados.Pero no se puede dudar que fueron esos primeros meses de lucha, con pocos aparatos disponibles y que en absoluto eran muy superiores a los japoneses, los que crearon la leyenda de los aviadores en Guadalcanal.Es lógico que entre los pilotos de los Marines de esa época hubiese varios galardonados con la Medalla de Honor.Por eso quería recordar en estos escritos a ese puñado de pilotos, liderados por Dale D. Brannon  y luego por John A. Thompson, hoy en día prácticamente olvidados, que volaron con los denostados P-400, y que combatieron y murieron ayudando a sus colegas Marines.

Como homenaje, ya en 1943, el único P-400 que quedaba en servicio fue embalado y devuelto a los EEUU para ser exhibido.Era el Whistlin´ Britches, el último de los P-400 originales de Guadalcanal.


El fin de la mayoría de los P-400 en Guadalcanal queda reflejado en esta imagen del llamado "Pair a Dice": abandonados y canibalizados para que otros congéneres pudiesen seguir volando.


El último P-400 operativo de Guadalcanal, el Whistlin´Britches (BW146), posa con unos miembros del 67th antes de ser embarcado para ser exhibido en los EEUU, de ahí la cantidad de tiras de precinto que se observan en las juntas y huecos del avión.


En el Air Zoo Aerospace & Science Museum de Kalamazoo (Michigan), se encuentra esta réplica del Whistlin´Britches con el aspecto que tenía cuando llegó a Guadalcanal.Un bonito homenaje al modelo y al 67th FS, aunque ene realidad es un P-39Q bastante posterior.



Fuentes:

-https://warfarehistorynetwork.com/2018/12/16/heroic-airacobras-of-the-cactus-air-force/
-https://www.airspacemag.com/military-aviation/guadalcanal-russia-deadly-down-low-180954065/
-https://www.historynet.com/the-other-cactus-air-force.htm
-https://www.daveswarbirds.com/cactus/photo4.htm
-https://www.ibiblio.org/hyperwar/AAF/WW/index.html
-https://www.ibiblio.org/hyperwar/USMC/USMC-C-Aces/index.html
-http://www.historyofwar.org/articles/weapons_P-39_Airacobra_US.html
-https://warfarehistorynetwork.com/2018/10/19/ordnance-the-p-39-airacobra-peashooter/
-https://www.defensemedianetwork.com/stories/flying-the-p-39-airacobra-in-the-pacific-posed-challenges/
-http://www.ghspaulding.com/guadalcanal.htm
-https://www.historynet.com/world-war-ii-the-cactus-air-force-fought-at-guadalcanal.htm


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