"Club Run" (IV y última parte)
OPERACION STATUS I
Tras las operaciones Railway I , Railway II y Substance hubo un pequeño parón en el Club Run, por varios motivos diferentes: la fuerza de cazas de Malta era posiblemente la más alta hasta la fecha, y en esos momentos eran necesarios refuerzos para los convoyes del Ártico. Los portaaviones Victorious, Furious y el Argus estuvieron implicados en estas tareas, quedando sólo el Ark Royal como el único portaaviones en Gibraltar. Además, tras Substance, el inseparable compañero del portaaviones en todos los anteriores envíos del Club Run, el antiguo crucero de batalla Renown, tuvo que zarpar hacia Gran Bretaña para efectuar reparaciones, perdiendo la Fuerza H uno de sus principales navíos.
Finalmente el Furious fue liberado de las misiones del Ártico y el día 31 de agosto de 1941 partía del Clyde con 61 Hawker Hurricane además de su propia dotación aérea en dirección a Gibraltar, pero una avería le retrasó durante un día, saliendo definitivamente el 1 de septiembre incorporándose al convoy WS 11, que tenía por escoltas a los cruceros Sheffield y Cairo, además de varios destructores. No llegó a Gibraltar hasta el 7 de septiembre, y una vez allí traspasó de inmediato 26 cazas al Ark Royal.
Al día siguiente el Ark Royal zarpaba para la realizar la operación Status I, esta vez sin la escolta de un buque "capital". Sus acompañantes fueron el crucero Hermione y cuatro destructores, que alcanzaron el punto de lanzamiento el día 9. Los cazas debían de reunirse en el aire con unos Bristol Blenheim que habían despegado desde Gibraltar y que harían de guías de navegación, pero al parecer sólo uno de los bimotores pudo contactar con la flota, por lo que tan sólo despegaron un primer grupo con 14 Hurricane, mientras el resto se quedaba en el portaaviones que con sus escoltas volvieron a Gibraltar. Todos los aparatos lanzados llegaron sin más problemas hasta Malta.
OPERACION STATUS II
No hubo interludio entre Status I y II, ya que al llegar el Ark Royal a Gibraltar comenzaron las labores de traslado de los cazas entre los portaaviones, quedando el Furious con 20 cazas y el Ark Royal con 26, zarpando ambos buques el 10 de septiembre por separado, pero uniéndose al día siguiente ya en ruta. En esta ocasión la escolta contaba con el acorazado Nelson, lo que inevitablemente marcaba la velocidad de la flota al ser bastante más lento que los portaaviones. Junto a ellos iban además el crucero Hermione y hasta 7 destructores.
El 13 de septiembre llegaron al punto de lanzamiento, y el tercero de los Hurricane que despegaban del Furious se estrelló en el proceso, matando al piloto. El resto de los cazas lograron reunirse con 7 Bristol Blenheim que habían despegado desde Gibraltar para servir de guías de navegación, logrando llegar todos los aviones a Malta.
El 14 de septiembre la flota estaba de vuelta en Gibraltar, pero el Club Run iba a sufrir una nueva baja entre sus integrantes: el Furious zarpaba de allí el día 18 pero con otro destino: escoltado por cuatro destructores atravesó el Atlántico haciendo escala en las Bermudas para recalar posteriormente en Philadelphia, en el estado de Pennsylvania, donde atracó el 7 de octubre para efectuar profundas reparaciones que le tuvieron fuera de servicio hasta abril del año siguiente.
OPERACION CALLBOY
Con la baja del Furious, una vez más hubo de recurrirse al veterano Argus, que había estado implicado en los últimos meses en las misiones del Ártico, para que volviese a hacer de ferry. El portaaviones embarcó en el Clyde 12 Fairey Albacore del Sqn 828º de la FAA equipados con tanque de combustible extra, y que reforzarían las unidades de ataque de Malta. Partió de Gran Bretaña el 1 de octubre acompañando al convoy WS 12, separándose de él en un punto del Atlántico con la compañía de tres destructores, con los que llegó a Gibraltar el 8 de octubre.
Para la Operación Callboy sólo se utilizaría el Ark Royal, por lo que el Argus desembarcó los Albacore, que fueron transferidos al Ark Royal, partiendo para la misión el 16 de octubre escoltado en esta ocasión por el acorazado Rodney, el crucero Hermione y 7 destructores. El día 18 alcanzaba el punto de lanzamiento, que en esta ocasión, al no tratarse de Hurricane de menor alcance, se realizó desde una distancia de unos 825 km. Finalmente despegaron 11 Albacore más dos Swordfish, perdiéndose uno de estos en el trayecto mientras el resto conseguía llegar a la isla.
Se aprovechó la operación para traspasar a los cruceros Aurora y Penelope y a los destructores Lance y Livelly para reforzar las operaciones ofensivas de la Fuerza K de Malta contra los convoyes de suministros del Eje.
A la vuelta de la flota a Gibraltar, el Argus partió de nuevo el día 21 de octubre con destino a Gran Bretaña para volver a hacer de ferry. En esta ocasión navegaría acompañado del portaaviones Eagle, que volvía a hacer aparición en este teatro.
OPERACION PERPETUAL
En el estuario del Clyde, el Argus y el carguero requisado reconvertido para la Royal Navy como transporte aéreo, el Athene, cargaron entre ambos 62 Hurricane (23 en el Argus y el resto en el Athene) y zarparon el 1 de noviembre escoltados por varios destructores, llegando a Gibraltar el 8 de noviembre.
Una vez allí se traspasaron 26 cazas al Ark Royal, quedándose el Argus con otros 11 y desembarcando el resto en la base a la espera de la siguiente operación de lanzamiento. Para el día 10 de noviembre todo estaba preparado para dar comienzo a la Operación Perpetual, y el Ark Royal con el Argus salieron acompañados en esta ocasión por el acorzado Malaya, el crucero Hermione y 7 destructores, entre ellos el Isaac Sweers holandés. El día 12 de noviembre alcanzaban el punto de lanzamiento, despegando los 37 Hurricane que recibirían la asistencia en navegación de 7 Blenheim lanzados desde Gibraltar. En esta ocasión, y a pesar de lograr reunirse con los bombarderos, tres Hurricane no lograron alcanzar la isla.
Pero el mayor desastre estaba aún por llegar. El Almirante Sommerville había recibido informes indicando la más que posible presencia de submarinos alemanes cercanos a las costas españolas, y había advertido a la Fuerza H que estuviese en alerta. A su vez, el U-81 comandado por Friedrich Guggenberger, que acababa de atravesar el Estrecho, también había sido alertado del regreso de la Fuerza H a Gibraltar. El día 13 de noviembre a las 13:40 horas el operador del sonar del destructor Legion oyó un sonido que no logró identificar, y pensaron que podían ser las hélices de otro de sus destructores en la lejanía. Pero instantes después el Ark Royal fue alcanzado por un torpedo casi en mitad del costado de estribor, justo debajo de la isla, que provocó un agujero enorme tanto en el costado como en el fondo del buque, inundando la sala de calderas de estribor y la sala del cuadro principal de la distribución de la energía eléctrica, lo que cortó las comunicaciones internas del buque, que empezó a embarcar agua en grandes cantidades y a escorarse peligrosamente.
El relato de los acontecimientos posteriores está muy detallado en diferentes páginas, así como la controversia que hubo con las decisiones tomadas por el Comandante del buque, el Capitán Loben Maund, así que no entraré en más detalles sobre ello. El caso es que a pesar de los esfuerzos realizados, a las 06:19 horas del día siguiente, el Ark Royal, que acababa de darse la vuelta, se partió en dos, hundiéndose primero la popa seguido de la proa un par de minutos después. En esos momentos se encontraba casi a la vista de Gibraltar. Afortunadamente, sólo hubo una víctima entre la tripulación, el marinero de 44 años Edward Mitchell.
La pérdida del Ark Royal fue, por supuesto, un duro golpe para la Royal Navy. La presencia de los submarinos alemanes en el Mediterráneo se acababa de dejar notar con fuerza, y sólo once días después, otro de ellos, el U-331, hundía al acorazado Barham en la zona oriental, al norte de Sidi-Barrani, en este caso con un alto coste de vidas, ya que fallecieron 862 tripulantes.
Y sin duda alguna, el hundimiento del que había sido durante más de un año el eje central del Club Run tuvo sus consecuencias. Hasta ese momento, la Royal Navy había logrado sortear los peligros que representaban poner una flota constantemente al alcance del enemigo en una ruta conocida y preestablecida, incluso siendo vigilada en sus idas y venidas en muchas ocasiones por agentes del enemigo, para poder suministrar aviones a una isla que, recordemos, al principio de las hostilidades en el Mediterráneo se pensaba que no tenía salvación, y que ahora era la pieza fundamental en la campaña contra los suministros de los países del Eje en Norte de África.
La llegada de los submarinos alemanes y poco después de gran número de unidades de la Luftwaffe se hizo notar de inmediato. A partir de noviembre de 1941, el ritmo de los ataques aéreos sobre Malta se fue intensificando gradualmente, así como la disminución del número de buques de suministro hundidos por las fuerzas británicas con destino a África. Entre finales de noviembre, el mes de diciembre y comienzos de enero de 1942, los suministros con destino a Rommel cada vez tuvieron menos impedimentos, y la llegada en esas fechas de al menos 66.000 toneladas de combustible permitieron al General alemán pasar de nuevo a la ofensiva el 21 de enero desde Al-Aqaila.
Por su parte, los envíos del Club Run se paralizaron de golpe. La Operación Perpetual II, planificada para cuando el Ark Royal regresase a Gibraltar para cargar los 25 Hurricane que habían quedado en depósito en la base se canceló y nunca llegó a realizarse. Los cazas fueron cargados de nuevo en el transporte Athene que zarpó el día 23 de diciembre con dirección a Takoradi, desde donde los cazas deberían realizar la larga ruta africana hasta Egipto.
Con los envíos del Club Run paralizados tras el tremendo golpe de la pérdida del Ark Royal y con la Luftwaffe cada vez más activa sobre Malta, en pocas semanas el número de Hurricane disponibles comenzó a bajar alarmantemente. Además, las últimas unidades de cazas alemanes llegadas a la zona (de los JG 53 y JG 3 "Udet") estaban equipados con los nuevos Messerschmitt Bf 109F-4/Trop, bastante superior a los Hurricane. Eran necesarios más refuerzos, y de más calidad, por lo que a primeros de marzo se puso en marcha la Operación Spoter, reanudando las misiones del Club Run, en esta ocasión con los portaaviones Eagle y Argus, y con la gran novedad en los aparatos enviados: por primera vez desde que comenzó la Guerra se permitió el despliegue de los Supermarine Spitfire fuera de las Islas Británicas, y quince de ellos serían enviados a Malta en un momento en que la isla sólo contaba con 32 Hurricane en servicio.
Pero esto ya es otra historia, que podéis ver en este Blog en las entradas tituladas "Traslados de Spitfire a Malta". En lo concerniente a estos cuatro capítulos de los primeros 18 meses del Club Run, en los que se enviaron aproximadamente unos 353 Hurricane, de los que unos 334 alcanzaron la isla (bastantes de ellos siguieron camino posteriormente hasta el Norte de África) el relato termina aquí, con el último envío de Hawker Hurricane hasta la isla y el hundimiento del estandarte del Club Run hasta ese momento, el HMS Ark Royal.
Fuentes:
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 5: "Horas de prueba para Malta"
Añadir que a finales de 1941 hubo otra catástrofe para la RN. El ataque que lis buceadores de la X MAS llevaron acabo en Alejandría y que se saldo con los graves daños al Queen Elizabeth y al Valiant. El primero estuvo en reparaciones 9 meses y el segundo 6.
ResponderEliminarCierto César, otros dos buques importantes que quedaron fuera de combate por bastante tiempo, que unidos a los cuatro que nombro que se perdieron definitivamente constituyeron una auténtica debacle.
EliminarMuy buen apunte, CSF! Y muy buen cierre de este interesante capítulo de la Guerra aeronaval en el Mediterráneo, Antonio. Gracias!!
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