Curtiss SB2C Helldiver en Leyte
AL NORTE HASTA CABO ENGAÑO
Como ya dije anteriormente el Plan Japonés Sho-Go 1 era bastante complicado. Todos sabemos que el "quid" de todo el plan era que los estadounidenses cayesen en la trampa de atacar un cebo tan goloso como eran casi todos los portaaviones que le quedaban a la Armada Imperial. Estos se sacrificarían para distraer a la TF 38 y que las fuerzas de buques de superficie alcanzasen a las desprotegidas flotas de invasión en la costa de Leyte.
Pero a los planes muy complicados les suele suceder precisamente eso, que se complican. Resulta curioso que la última de las flotas japonesas descubiertas fuese precisamente la que primero tendría que haber sido avistada. Y es que la Fuerza Norte al mando del Vicealmirante Jisaburo Ozawa no fue avistada hasta las 15:40 del día 24 (también se dice que fue una hora después, a las 16:40), poco después de que la última oleada del portaaviones Intrepid del TG 38.2 hubiese realizado el ataque final del día contra la principal flota japonesa, la Fuerza Central del Vicealmirante Kurita, y de que hiciese ya varias horas que el otro componente japonés, la Fuerza Sur del Vicealmirante Nishimura hubiese sido detectada e incluso atacada, y a la que se le estaba preparando una emboscada con unidades de superficie.
Poco después de ser detectada la Fuerza Norte el Almirante Halsey tomó la decisión de mandar a sus tres grupos de portaaviones (el TG 38.1 aún no había llegado a la zona de combates). Esa misma tarde-noche, a las 19:35 horas, un avión de reconocimiento procedente del portaaviones ligero Independence del TG 38.2 mandaba un mensaje inquietante: la Fuerza Central de Kurita se había dado la vuelta y se dirigía al Estrecho de San Bernardino. Las decisiones tomadas por Halsey a partir de ese momento han sido ya tan estudiadas y comentadas que aquí desde luego no vamos a entrar en ellas.
Durante la noche del 24 al 25 de octubre, con los tres grupos de portaaviones navegando hacia el norte, Halsey dejó por fin que el Almirante Mitscher tomase el mando táctico de la TF 38, y ya antes del amanecer despegaron los aparatos de reconocimiento para indicar la posición exacta de los portaaviones japoneses. La primera oleada de ataque despegó poco después de los exploradores, con órdenes de volar en círculos por delante de la flota si era necesario hasta que se indicase la posición de los objetivos, para estar preparados para lanzar el primer ataque de forma inmediata.
Entre los aviones de exploración había por supuesto varios SB2C-3 Helldiver, y fue uno de ellos, el pilotado por el Lt Stuart E. Crapser y su radio/artillero el ARM1/c James F. Burns, del VB-19 del portaaviones Lexington, los que primero transmitieron por radio la posición de la flota enemiga. Alrededor de las 07:10 horas, Crapser llevaba ya 20 minutos de vuelo de regreso del sector que le habían asignado, al noreste de su TG 38.3, cuando Burns le indicó que tenía un potente contacto en el radar unos kilómetros delante de ellos. Poco después, Crapser se encontraba viendo a los portaaviones de Ozawa, y rápidamente elaboró un menaje que fue radiado por Burns en cinco ocasiones, tres en HF y dos en VHF. El mensaje informaba de haber avistado "dos portaaviones del tipo Shokaku, un portaaviones ligero y un crucero ligero".
Crapser decidió tras realizar la transmisión que lo mejor que podía hacer era atacar en solitario (!) a uno de los portaaviones. Como había partido en misión de exploración, su potente SB2C-3 podía cargar una bomba de 454 kg en la bodega además de los dos depósitos de combustible extra bajo las alas, así que porque no aprovechar y lanzar la bomba que llevaba para la ocasión. Ascendió a unos 4.200 metros mientras la AA empezaba a dispararle, por lo que Burns lanzó las tiras de aluminio "window" para supuestamente confundir a los radares de tiro AA japoneses. Observó un portaaviones que se ponía contra el viento para lanzar aviones, por lo que se deshizo de los depósitos extra y comenzó un picado desde el sol a 60º. Después de accionar el interruptor de suelta de la bomba su Helldiver recibió un impacto de la AA y entró en barrena, y aunque estuvo tentado de abandonar el avión consiguió recuperarse para dirigirse a un grupo de nubes y poner rumbo sur para hacer el camino de vuelta hasta apontar en el Lexington sin mayores contratiempos. Allí descubrió que tenía el ala de babor dañada... y que su bomba de 454 kg que él creía haber lanzado aún estaba en la bodega del Helldiver.
Además de Crapser, otros dos pilotos de SB2C-3 del VB-19 del Lexington en misión de exploración habían detectado los barcos japoneses, que en realidad no coincidía por completo con el mensaje radiado por Crapser. La Fuerza Norte estaba formada alrededor de un único gran portaaviones, el veterano Zuikaku, acompañado de los portaaviones ligeros Zuiho, Chitose y Chiyoda, así como los acorazados "híbridos" Hyuga e Ise. Como escolta estaban los cruceros ligeros Oyodo, Isuzu y Tama y hasta nueve destructores de las Divisiones 41, 43, 61 y de la Fuerza de Apoyo.
Sin embargo, el número de aviones que podía poner en el aire Ozawa era de sólo unos 115 aparatos (las cifras varían según las fuentes), pero lo peor era que casi todos los pilotos eran inexpertos. A pesar de ello, o quizá por ello, Ozawa atacó primero con casi toda su fuerza, lanzando al amanecer, antes de que lo descubriesen los SB2C Helldiver de patrulla, unos 75 aparatos contra la TF 38. La mayor parte de ellos fueron derribados por los Hellcat en misiones de patrulla sin que se produjesen daños en los barcos estadounidenses, y los aviones supervivientes se dirigieron a campos de aterrizaje en las bases terrestres de Luzón, como Tuguegarao y Clark.
El Vicealmirante Ozawa había realizado su esfuerzo máximo ofensivo sin ningún resultado, y ahora llegaba el contraataque estadounidense. La primera oleada la componían unos 180 aparatos, e iba encabezada por los Helldiver del VB-15 del Essex, seguida por el VB-19 del Lexington. Los japoneses apenas pudieron poner en el aire una docena de cazas Mitsubishi A6M Zero. A las 08:35 los doce Helldiver del VB-15 se centraron en un portaaviones ligero, posiblemente en el Chitose, al que dejaron ardiendo tras lograr varios cuasi-impactos a babor tan cercanos que provocaron la rotura masiva del casco y la inundación de varias partes vitales. También resultaron dañados levemente el crucero ligero Oyodo y el destructor Akitsuki.
Incluso más curioso que el del Zuikaku era el esquema de pintura de la cubierta de vuelo del portaaviones ligero Zuiho. La imagen está tomada por un Grumman Avenger del VB-20 del USS Enterprise. Se aprecian ya al menos dos impactos de bombas en la línea central de la cubierta de vuelo. Fíjense también en la posición de la chimenea, que expulsaba los humos por el costado de estribor.
En el centro aparece el portaaviones Zuikaku, y a la derecha el más pequeño Zuiho, ambos maniobrando a gran velocidad para eludir los ataques, como el del Curtiss SB2C Helldiver que está realizando un picado casi vertical y que se aprecia en la esquina inferior izquierda de la imagen. Se destaca también el fuego antiaéreo.
Tomada desde uno de los aviones del USS Enterprise, la imagen nos muestra los momentos finales del Zuikaku, parado en el agua, ardiendo y hundiéndose. El veterano portaaviones recibió un gran castigo de bombas y torpedos. A la derecha aparece uno de los acorazados de la clase Ise, los cuales escaparon con relativamente pocos daños.
El muy esperado TG 38.1 con sus tres portaaviones de escuadra, USS Wasp, USS Hancock y USS Hornet, más los portaaviones ligeros USS Cowpens y USS Monterey, llegó a la zona de los combates el día 25, pero no fue hacia el norte con sus compañeros, sino que se quedó en la zona central de las Filipinas y ese día, mientras se desarrollaba la Batalla de Cabo Engaño, atacaron objetivos en la Bahía de Manila. En la imagen vemos varios Curtiss SB2C Helldiver pertenecientes al VB-7 del USS Hancock, con el símbolo del escuadrón de una herradura en el timón, sobrevolando su el TG 38.1 de regreso precisamente de atacar la Bahía de Manila.
Pero eso sólo era el principio. A partir de entonces los ataques se sucedieron contra un formación japonesa que ya no disponía de cobertura aérea. La mayoría de los escuadrones de SB2C realizaron dos e incluso tres misiones ese día. Los aviones de los tres grupos de la TF 38 volaban hasta los portaaviones japoneses, los bombardeaban y torpedeaban, regresaban a sus buques, se rearmaban y volvían a atacar, con la única oposición de las baterías antiaéreas de los barcos, que en cada oleada era menos efectiva. En el segundo ataque del día, los observadores aéreos le reconocieron al VB-15 un porcentaje del 50% de impactos en el Zuikaku, mientras que el VB-19 es posible que llegara a los 12 impactos de los 18 ataques intentados sobre diferentes buques.
En total de enumeran hasta cuatro oleadas, la última de ellas a las 15:10 horas. Se realizaron 527 salidas contra la Fuerza Norte, un poco más del doble de las del día anterior contra los poderosos acorazados de la Fuerza Central de Kurita en el Mar de Sibuyan, donde "sólo" se llevaron a cabo 257 salidas. Como era previsible, el resultado fue devastador: el Zuikaku se hundió tras encajar siete torpedos y nueve bombas, el Zuhio se hundió con dos torpedos, seis bombas y varios impactos cercanos. El primero en ser alcanzado, el Chitose, se hundió una hora después de ese ataque. Su compañero el Chiyoda aguantó cuatro impactos de bomba, pero se negaba a hundirse a pesar de estar casi destrozado. Finalmente fue hundido por unidades de superficie estadounidenses que llegaban a la zona para rematar lo que hubiese a flote poco después de la última oleada de aviones, en una acción donde también se hundió al destructor Hatsuzuki. Los acorazados reconvertidos Hyuga e Ise recibieron daños leves a pesar de sufrir varios impactos. También resultó dañado el crucero ligero Oyodo, donde se había trasladado Ozawa y establecido su puesto de mando tras hundirse el Zuikaku. Los torpederos Grumman Avenger se apuntaron el hundimiento del destructor Akitsuki, y a ultima hora de la tarde el sumergible Jallao hundió al crucero ligero Tama.
Los escuadrones de Helldiver tuvieron, por supuesto, una parte importante en la destrucción de la fuerza de Ozawa. Comparando con el día anterior en el Mar de Sibuyan, la Batalla de Cabo Engaño resultó incluso más satisfactoria para los Helldiver, ya que sólo se perdieron seis aviones. El VB-13 del Franklin con dos tripulaciones perdidas fue la unidad más perjudicada.
Y aunque la parte principal del conjunto de enfrentamientos conocidos como la Batalla del Golfo de Leyte se puede considerar que acabó con la Batalla de Cabo Engaño, los días siguientes siguieron produciéndose encontronazos, como no puede ser de otra forma con tantos actores implicados.
El día 26 de octubre, al día siguiente de Cabo Engaño, el esperado TG 38.1 por fin llegó a la zona de combates, y comenzó a lanzar oleadas de aviones contra los restos derrotados de la Fuerza Central de Kurita cuando se retiraban a duras penas. Los alcanzaron saliendo del Mar de Sibuyan, por la zona del Estrecho de Tablas, entre las islas de Mindoro y Panay. Los VB-14 del Wasp, VB-11 del Hornet y VB-7 del Hancock atacaron desde primeras horas de la mañana. Aviones del Hornet alcanzaron con dos bombas al acorzado Yamato, causándole algunos daños de importancia, pero que no afectaron a su marcha ni navegabilidad. El crucero pesado Kumano fue atacado por aparatos del Hancock y encajó otras dos bombas, aunque pudo seguir adelante con su particular odisea. El que no pudo escapar fue el crucero ligero Noshiro, atacado por aviones del Wasp, del Hancock e incluso del portaaviones ligero Cowpens. Varias bombas y torpedos lo echaron a pique a las 11:13 horas.
A estos ataques se unieron aviones de los portaaviones de escolta que habían sido atacados en la Batalla de Samar, así como bombarderos pesados basados en tierra de la 13th Air Force, hundiendo los cruceros ligeros Kinu y Abukuma y causando daños a otros.
Pero estos ataques sobre la flota japonesa en retirada no le fueron demasiado bien a los Helldiver, ya que tras conseguir escasos resultados sufrieron la pérdida de hasta trece aparatos entre los perdidos en combate y por accidentes, siendo el menos afortunado el VB- 7 del Hancock que perdió siete Helldiver.
El acorazado Yamato bajo ataque aéreo, en una imagen muy similar a las del día 24 cuando atravesaba el Mar de Sibuyan hacia el Este para emboscar a la flota de invasión estadounidense, sólo que en esta ocasión es de dos días después, del 26 de octubre, cuando se retiraba y fue acosado por la zona del Estrecho de Tablas. Fue alcanzado por dos bombas de los Helldiver del VB-11 del USS Hornet, pero estos gigantes no se hundían fácilmente, como había demostrado su gemelo y como le sucedería al propio Yamato meses después. La imagen está tomada desde un Consolidated B-24 Liberator de la 13th Air Force, que atacaron la formación japonesa en retirada a partir de las 10:40 horas.
Crucero pesado Kumano, atacado por SB2C Heldiver del VB-7 del USS Wasp el día 26 de octubre en el Estrecho de Tablas. Esa mañana fue alcanzado por dos bombas de 454 kg y un impacto muy cercano, que provocaron la entrada masiva de agua y que fallasen las calderas, quedando casi parado en el agua y hundiéndose. Pero consiguieron reparar las vías de agua y las calderas para a duras penas alcanzar unos 10 nudos y escapar hasta la Bahía de Coron... para continuar con su odisea particular, que terminó con su hundimiento un mes después cerca de la Bahía de Santa Cruz.
En definitiva, entre los días 24 y 26 de octubre, los principales de la Batalla del Golfo de Leyte, y que prácticamente terminaron con la capacidad de combate de la Armada Japonesa, los Curtiss SB2C Helldiver embarcados en la Task Force 38 sufrieron un total de 29 aparatos perdidos, todos por fuego antiaéreo ó por accidentes excepto quizá uno derribado por la acción de cazas enemigos.
El resultado entre barcos alcanzados y aviones perdidos resultó mucho más favorable que en el anterior gran encuentro entre las flotas en las Marianas, en la Batalla del Mar de Filipinas. Pero por supuesto en los meses que separaron ambas batallas las circunstancias habían cambiado mucho.
Fuentes:
-Aviones en Combate: Ases y Leyendas Nº29: "Los Ases de los Estados Unidos en Filipinas". Capítulo 3: "La Batalla del Golfo de Leyte", pág. 37 a 45. Editorial Osprey/Ediciones del Prado.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta. Tomo 5. A-Z de la Aviación, pág. 1275-1276. "Curtiss Model 84 (SB2C Helldiver).
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