Avro Lancaster: Torretas defensivas (IV)

 TORRETA CAUDAL (II)

 Para mejorar sustancialmente la defensa posterior de los Lancaster y en general de todos los bombarderos británicos era necesario montar armas de mayor calibre que las Browning de 7,7 mm. El paso más lógico era una torreta con dos ametralladoras pesadas Browning de 12,7 mm, y a partir de la reunión del día 11 de enero de 1943 en el Ministerio se encargó el desarrollo de una torreta equipada así tanto a Nash & Thompson como a Boulton Paul.
 
 El Vicemariscal Ralph Sorley, en ese momento encargado de los apartados técnicos de la RAF, pensaba que el desarrollo de estas torretas iba demasiado lento, por lo que se puso en contacto con una pequeña compañía, la Rose Brothers de Gainsborough, que ya en 1940 había construido un puesto de tiro trasero mejorado para los Handley-Page Hampden  del No.5 Group del Mando de Bombardeo a petición de su Comandante, el por entonces Vicemariscal Arthur Harris, para que también diseñase una torreta posterior con dos armas de 12,7 mm.
 Con el beneplácito del Comandante del Mando de Bombardeo, el ahora Mariscal del Aire Harris, Rose Brothers aceptó el encargo, declinando incluso la ayuda ofrecida por el Ministerio del Aire que le ofreció delineantes para el proceso de diseño. En cambio, se puso en contacto con el Vicemariscal Edward Rice para que los asesorara técnicamente. Rice era un Oficial muy considerado dentro del Mando de Bombardeo, y que estaría al mando del No.1 Group hasta el final de la Guerra.

 Por lo tanto, a mediados de 1943 había hasta tres compañías desarrollando torretas caudales con armas pesadas: Nash & Thompson con la FN-82, Boulton Paul con el Type D y Rose Brothers con la llamada Rose turret.   

 Con la torreta Boulton Paul Type D podemos acabar pronto, porque hasta donde he podido averiguar apenas se utilizó en los Lancaster. Al parecer el primer ejemplar se montó en un Handley Page Halifax Mk VII , y equipó a varios de estos aviones en los últimos meses del conflicto. Resultó un diseño exitoso, ya que en la posguerra se generalizó su uso en el Avro Lincoln, pero su presencia durante Segunda Guerra Mundial fue mínima.


Dos imágenes de la torreta caudal Boulton Paul Type D, en ambos casos con el AGLT de dirección de tiro. Supuestamente están instaladas en dos Lancaster, pero bien podrían ser Avro Lincoln.


 La Nash & Thompson FN-82 tendría que haber sido la torreta caudal estándar de los Lancaster pero los meses pasaron y los problemas de desarrollo condenaron a esta torreta a estar operativa sólo en pequeñas cantidades y en los últimos meses de la Guerra. Al parecer esta torreta sólo se instaló en los 180 ejemplares de la versión tardía Lancaster B.VII (que también montaban la torreta dorsal Martin), que entró en servicio ya en 1945, siendo muy probable que ninguno de ellos llegase a realizar misiones de combate, a pesar de tratarse de una de las versiones del Lancaster mejor defendidas, ya que aparte de la torreta dorsal Martin con dos armas de 12,7 mm, la FN-82 montaba otras dos armas similares y en muchos casos, conforme la producción lo hacía posible, acopladas al sistema Village Inn de tiro asistido por radar.

Apenas he encontrado buenas imágenes de la FN-82. Esta es muy de posguerra, de un aparato preservado. Al igual que las imágenes de arriba de la Type D, ambas están completamente cerradas. 

 La tercera torreta, la Rose turret, tampoco tuvo un gran impacto durante la Guerra, aunque se intentó implantar en gran número. Y es que como casi era de esperar, tuvo varios problemas de desarrollo, el principal de ellos una fuerte vibración que se achacó al anillo de la base giratoria de la torreta. Finalmente se pudo solventar este problema, y se ordenaron por parte de la RAF 600 ejemplares... pero eso era ya en junio de 1944, y teniendo en cuenta que las torretas se fabricarían básicamente a mano en las instalaciones de la compañía en Gainsborough, con un máximo de una torreta al día, es lógico que las cifras de producción y de implantación en los Lancaster no fuesen demasiado significativas. Cuando la producción cesó en mayo de 1945 puede que se hubiesen fabricado unas 400, y es probable que de ellas se hubiesen instalado unas 180. Hay que decir que no se instalaron en una serie determinada de fábrica de los Lancaster, sino que se montaron a nivel de Grupo ó Escuadrón como sustitución de las torretas anteriores. 
 La entrada en servicio operativo de los aparatos equipados con la Rose turret tuvo lugar a partir de octubre de 1944, y la gran mayoría fueron a parar al No.1 Group del Mando de Bombardeo, lo cual no es de extrañar ya que recordemos que uno de los valedores de esta torreta era el Comandante del Grupo, el Vicemariscal Edward Rice, aunque algunas también fueron a parar a aparatos del No.5 Group.

 Aparte de sus dos ametralladoras Browning M2 de 12,7 mm, las características más destacadas de la torreta eran un sistema hidráulico de funcionamiento bien conseguido, así como un amplio espacio interno, tanto que se preveía el uso de dos personas en la torreta: un artillero y un "ayudante" que se encargaría de introducir los datos en la calculadora de puntería. En la práctica esto nunca se llevó a cabo, afortunadamente creo yo, ya que era exponer a un tripulante más para algo que podía hacer, y de hecho hicieron, con un sólo ocupante.
 Otra notable diferencia de la Rose turret era la ausencia de paneles de perpex en la parte delantera entre los cañones. Ya hemos hablado de la escasa visibilidad de las torretas Nash & Thompson FN-20 y FN-120, y como los artilleros quitaban de forma artesanal los paneles frontales, e incluso se comenzaron a modificar de fábrica para poder retirarlos. En la Rose turret sencillamente se eliminaron, lo que le dio a los artilleros un campo de visión frontal limpio, además de una vía de escape rápida para saltar en paracaídas si era necesario. Como contrapartida, ya podemos imaginar que serían mucho más frías que los demás modelos... pero quizá no tanto, ya que al parecer se hicieron pruebas de temperatura comparadas y en la torreta abierta la temperatura, por regla general, "sólo" era unos 4º más baja que en las cerradas.

 Ya en servicio, los artilleros las consideraron una mejora sustancial con respecto a las torretas de armas de 7,7 mm. Les gustaba su amplitud, su visibilidad, su facilidad para el escape y por supuesto la mayor potencia de fuego. Como contrapartida, el sistema de alimentación de las ametralladoras no resultó todo lo fiable que se esperaba, y tuvieron una tasa de fiabilidad inferior a las equipadas con armas de 7,7 mm.

La Rose turret era fácilmente identificable por la falta de paneles de protección delanteros. En la imagen la vemos ocupada por dos tripulantes, lo que nos da una idea de su relativa amplitud interna. Sólo puedo imaginarme el frío que pasarían estos artilleros.

La Rose turret se veía grande y bulbosa ya instalada en los Lancaster. La mayoría fueron a parar en aviones de los No.1 y No.5 Group, pero también sería necesario entrenar a los artilleros en la nueva torreta, y el aparato de la imagen es un Lancaster B.I, nº de serie W4154 perteneciente a la HCU (Heavy Conversion Unit) No.1667 de la RAF.

La falta de paneles delanteros, aparte de mejorar la visión del artillero, le facilitaba en gran manera el escape de emergencia, un procedimiento nada sencillo en las torretas cerradas con los lógicos nervios de tener que abandonar un avión dañado y que está cayendo para estrellarse.


 En definitiva, quizá lo más destacado de la Rose turret fue que, aunque en pocas cantidades, realmente fue la única torreta de cola con armas pesadas que entró en servicio durante la Guerra, aunque fuera en los últimos ocho meses y sólo en menos de 200 Lancaster
 Este hecho es muy significativo, ya que demuestra que la inmensa mayoría de los miles de Lancaster enviados al combate, y que cayeron también por miles, estuvieron equipados con torretas de cola con armas de calibre de fusil, a pesar de que ya desde finales de 1942 y luego tras la reunión ya mencionada de enero de 1943 se hizo palpable que estas armas eran casi inoperantes frente a los poderosos cazas nocturnos alemanes. Como mencionó el propio Mariscal Arthur Harris tras la Guerra, los responsables de la producción y el diseño de las torretas mejoradas para los bombarderos "mostraron un extraordinario desprecio" por las necesidades del Mando de Bombardeo.
 Lo cierto es que fueron los tripulantes de los bombarderos nocturnos británicos fueron los que tuvieron que luchar durante toda la Guerra casi con las mismas armas defensivas, y por supuesto fueron ellos los que pagaron el precio de ello. 

Fuentes:
 

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