B-26 Marauder: masacre antes de Navidad

Cuando el 20 de abril de 1944 se constituyó en la base de Rivenhall, en Gran Bretaña, el 397º Bomb Group, encuadrado en la 9ª Fuerza Aérea de los EEUU, esta llegó a su máximo número de escuadrones de bombardeo equipados con el Martin B-26 Marauder.

La 9º FA se había trasladado desde el Teatro del Mediterráneo hasta Gran Bretaña en octubre de 1943, para formar una fuerza aérea de tipo táctico que complementara a la 8ª Fuerza Aérea, fundamentalmente vinculada al aspecto estratégico.A su llegada se hizo cargo de cuatro Grupos de Bombardeo equipados con los Marauder que habían servido en el Mando de Apoyo Aéreo (ASC) de la 8ª FA.Estos eran los Grupos de Bombardeo (BG) 322º, 387º, 323º y 386º.

Durante el invierno y la primavera siguientes fueron llegando más grupos, en concreto tres más: 394º, 381º y 344º, hasta que en abril llegó el citado 397º, para llegar al máximo de los ocho grupos antes citados.Se trataba de una fuerza de bombardeo táctico impresionante, y en los meses previos al Día-D, y luego durante el verano y el otoño de 1944, batieron regularmente y de forma sistemática aquellos objetivos que se les encomendaron, situados generalmente cerca de las líneas enemigas, como corresponde a su labor táctica.

Formación cerrada de cuatro Martin B-26 Marauder del 397º BG.El avión iba armado hasta los dientes, con hasta 12 ametralladoras de 12,7 mm: dos en la torreta dorsal, dos en la cola, una a cada lado del fuselaje en la parte posterior, dos en el morro (una fija y otra orientable), más las cuatro acopladas en los costados disparando hacia adelante.Mantener la formación bajo el ataque de los cazas les proporcionaba el poder recibirlos con una auténtica tormenta de fuego.


Todos sabemos que el Marauder tuvo unos comienzos complicados, incluso se les podría calificar de desastrosos.Los apodos que recibió en ese tiempo por parte de los pilotos lo reflejan claramente: "hacedor de viudas", "prostituta de alas cortas", "puta de Baltimore", etc, etc, eran algunos de los cariñosos motes con los que se le conocía.Era sin duda un avión difícil, sobre todo por su excesiva carga alar, con los consiguientes problemas durante los despegues y aterrizajes.Pero también era debido a la poca experiencia en ese tipo de aviones que había en esos momentos, y sobre todo a unos programas de adiestramiento mal planteados para un modelo tan exigente.Tubo otros problemas, que se solucionaron con el tiempo, pero el referente a la elevada carga alar era intrínseco al diseño, y ni siquiera el aumento de envergadura a partir de la subvariante B-26B-10 sirvió para mucho, ya que también sufrió un considerable aumento del peso bruto con la adición de más armamento defensivo y de la instalación de las cuatro ametralladoras de 12,7 mm en los costados del morro, por lo que lejos de disminuir, la velocidad normal de aterrizaje se incrementó de algo más de 150 km/h hasta los 166 km/h cargado al máximo.Otras mejoras que se habían incluido anteriormente, como el alargamiento de la pata delantera del tren de aterrizaje para mejorar la incidencia alar en  los despegues, o la inclusión de flaps ranurados para mejorar la maniobrabilidad durante los aterrizajes, unidas a partir de la subvariante B-10 a un agrandamiento del empenaje vertical tanto en altura como en superficie para mejorar la velocidad crítica y la estabilidad lateral, subsanaron un tanto su comportamiento.Pero no había más: en su día, la USAAC había pedido un bombardero medio de altas prestaciones, largo alcance y gran carga de bombas, y eso exactamente lo que tenían con el Marauder.

Luego vino el despliegue operativo, que durante gran parte del conflicto estuvo limitado para los Marauder al Teatro del Pacífico.Allí, demostraron sus capacidades, y obtuvieron buenos resultados en ataques en rasante.Pero a partir de diciembre de 1942, cuando empezaron a desplegarse unidades en el Norte de África y el Mediterráneo, quedó claro que las defensas antiaéreas de esta zona no tenían nada que ver con las Japonesas, y las bajas se acumularon.Pronto se cambió de táctica para realizar bombardeos a cotas más elevadas, utilizando para ello sus visores de bombardeo, y las bajas psaron a ser más escasas.Cuando poco después comenzó su andadura en el Noroeste de Europa encuadrado en la 8ª FA, se volvieron a repetir los mismos ataques a baja cota, hasta que el 14 de mayo de 1943, en lo que era un segundo ataque contra una estación generadora en Velsen, llevó a la pérdida de los 10 Marauder que intervinieron en ella.A partir de entonces se optó por los ataques a cotas más elevadas, y siempre que era posible, con escolta de cazas.

Fue desde entonces, y hasta el final de la Guerra, cuando los Marauder, a pesar de las críticas de los pilotos (que empezaban a remitir ante su evidente capacidad), alcanzó un impresionante nivel de eficacia: entre los Teatros Europeo y Mediterráneo, realizaron 129.943 misiones, en las que lanzaron 169.382 toneladas de bombas, y sus tripulantes reclamaron un total de 402 aviones derribados (ya sabemos que las reclamaciones pueden ser muy optimistas).Lo más impresionante es que el Marauder terminó la Guerra con una relación de bajas en combate algo inferior al 1% (se perdieron 911 aparatos durante todo el conflicto).

Toda esta explicación viene al tanto para expresar que el Marauder llegó a ser un adversario "duro de pelar", con su relativa buena velocidad, buena carga de bombas y gran armamento defensivo.Si las estadísticas sirven de algo, la de una relación de bajas del 1% creo que es esclarecedora.Los Marauder salían de misión y volvían, eso era todo.Pero el 23 de diciembre de 1944, la situación fue muy distinta.

Unos días antes, el 16 de diciembre, Hitler había lanzado por sorpresa una gran ofensiva (Wacht am Rhein, "Guardia del Rhin") en el oeste, en la zona de las Ardenas.Amparados en la niebla y la nubosidad, durante las primeras 36 horas de la ofensiva los aviones Aliados prácticamente no pudieron levantar el vuelo.En los días siguientes, sólo muy esporádicamente, cuando se despejaba al menos un poco la nubosidad sobre algún objetivo, podían volar.Para los alemanes este tiempo era fundamental, porque sabían, por supuesto, de la absoluta superioridad aérea de los Aliados.No voy a detallar aquí los pormenores de la Batalla, pero hay que decir que para el día 23 de diciembre los objetivos de las tropas alemanas aún no se habían cumplido en su mayor parte, y lo que es peor, el tiempo mejoró.Los meteorólogos señalaron que un frente de altas presiones procedente del Este de Europa mejoraría las condiciones en los siguientes días, aunque para la mañana del día 23 aún se mantenía la inestabilidad.

Por lo tanto, la 9ª FA tomó la decisión desde primera hora de la mañana de lanzar todos su bombarderos tácticos, mientras los cazas lo harían en cuanto mejorasen un poco más las condiciones climáticas durante la mañana.Los tripulantes de los bombarderos, que sabían que en principio irían sin escolta en muchas casos, tenían muy en su mente la idea de que sus misiones, básicamente cortar las líneas de suministro de los alemanes, eran casi de vida o muerte para las tropas que estaban asediadas y rodeadas desde hacía algunos días.

Los ataques a cotas medias o altas fueron los más efectivos en el Noroeste de Europa, ya que así al menos estaban menos expuestos a la flak.Con su buena carga de bombas, generalmente 8 de 227 kg o bien 16 de 113 kg, una formación de B-26 podía arrasar un pequeño objetivo táctico, como demuestra esta pasada de aviones del 387º BG sobre el aeródromo de Leeuvarden, en Holanda, en marzo de 1944.La carga máxima de bombas, raramente utilizada, era de 2.359 kg.


Un total de 620 bombarderos medios despegaron a primeras horas (en su mayoría Marauder, más unos cuantos Douglas A-20 Havoc) con la misión básica de destruir seis nudos de comunicaciones ferroviarias tras las líneas enemigas.Deteniendo los ferrocarriles se esperaba cortar en seco la llegada de suministros a las tropas alemanas.Estos eran los puentes principales y secundarios en Mayen, Eller y Euskirchen, el viaducto de Ahrweiler, la estación término de Kyllburg y la estación de clasificación ferroviaria de Prum.Pero la lista de objetivos de la 9ª no terminaba aquí, ya que también se señalaron como objetivos varios centros de comunicaciones en la retaguardia del 5º Ejército Panzer, en Waxweiler, Neureburg y Luneberg, en un intento por cortar sus líneas de comunicación.
Tan grave se consideraba la situación que más de 400 bombarderos pesados de la 8ª FA fueron puestos provisionalmente bajo el mando de la 9ª FA para atacar objetivos justo al oeste del Rhin.Se iba a hacer todo lo posible para evitar la llegada de suministros al frente.
Pero esta frenética actividad de bombardeo obligó a "repartir" lo mejor posible a las unidades de caza disponibles para escoltarlos, y como resultado de ello, algunas formaciones de bombarderos medios tendrían que actuar sin escolta.

Desde luego hacía meses que el poderío de la Jagdwaffe brillaba por su ausencia.Superados en número de forma abrumadora, escasos de combustible y con buena parte de su antiguos Experten caídos en combate, su principal labor desde hacía tiempo era la de intentar frenar los bombardeos estratégicos en suelo patrio.Pero para Wacht am Rhein se había preparado meticulosamente una fuerza considerable de cazas, reforzando todo lo posible las unidades de la zona, aunque la calidad de la mayoría de sus pilotos poco tenía que ver con la de hacía un par de años atrás.En la zona donde iban a atacar los Marauder se encontrarían con unidades del I y IVJG 77, pero principalmente chocaría de lleno contra la JG 1, con bases por entonces en Twente, Drop y Rhein en los Países Bajos; con la JG 11, repartida entre Biblis, Zellhausen y Grossosthein, ya en Alemania.Estas tres unidades estaban equipadas mayoritariamente con los Messerschmitt Bf 109G y K.
Pero también iban a vérselas con los III y IV/JG 3, basadas entre Gutersloh, Lippspringe y Paderborn, equipados con los fuertemente armados y blindados Focke-Wulf Fw 190A-8.Estas unidades estaban especializadas en el ataque a los bombarderos pesados de la 8ª FA, pero ahora iban a probar sus cañones contra los bombarderos medios de la 9º FA.

Aun así, el despliegue Aliado era tan grande que varias unidades de los Marauder atacaron sin ser molestados por los cazas, como por ejemplo el 344º BG, que atacó puentes en Mayen o el 386º BG que atacó un objetivo secundario en Nideggen.Pero no sólo los cazas eran motivo de preocupación: el tiempo gélido había dejado las pistas de avanzada de los Marauder llenas de hielo y nieve, y por supuesto estaba la flak: si el tiempo estaba lo suficientemente despejado para poder bombardear, también lo estaba para que los artilleros alemanes pudiesen centrar a los atacantes.

Aunque atacando a cotas medias y altas podían sustraerse de la antiaérea ligera, los cañones pesados de la flak guiados por los radares estaban muy presentes, y si un avión era alcanzado de lleno, los resultados siempre eran catastróficos.


Los aviones Aliados despegaron a primeras horas de la mañana.El 323º BG tuvo una baja antes de empezar, al estrellarse uno de los Marauder en la pista de despegue al patinar con el hielo, quedando inservible.El objetivo marcado era el puente en Eller.Sobre el objetivo empezó a lloverles la metralla de la flak, que aunque en este caso no derribó directamente a ningún bombardero, le causó graves daños a dos de ellos: una tripulación tuvo que saltar en paracaídas y abandonar su avión durante el regreso, y otro de ellos llegó con más de 200 orificios de metralla, estrellándose al aterrizar y siendo baja definitiva.

Los puentes de Euskirchen fueron atacados por el 322º BG, que si contaba con la escolta de los Lockeed P-38 Lightning del 392º FS.Poco antes de llegar al objetivo fueron atacados por cazas Bf 109, y en un violento combate de sólo ocho minutos, los tres tipos de aparatos lucharon encarnizadamente: tres Marauder fueron derribados y un cuarto tuvo que abandonarse en la zona de Sedán, además de ser abatido un P-38 Lightning.Por su parte, se reclamó el derribo de cuatro Bf 109.

El puente en Eller era uno de los objetivos más importantes, ya que era casi el único punto sobre el río Mosella entre el Ruhr en Alemania y Dinant en Bélgica, y los alemanes lo estaban utilizando para enviar trenes de suministros a la zona de combates.Por ello el 397º BG se dirigió también hacia él, sin escolta.Por delante de la formación, dividida en dos grupos, otros dos Marauder lanzaron contramedidas (Windows) para intentar desorientar a los radares de tiro antiaéreo, pero antes de llegar al objetivo dos Marauder fueron derribados, y otro más mientras soltaba sus bombas.El puente fue destruido, pero al empezar el regreso llegaron los cazas alemanes, probablemente unidades del JG 1 y del JG 11.Los artilleros de los B-26 disparaban frenéticamente, y los pilotos consiguieron mantener la formación, evitando posiblemente una carnicería mayor, pero a pesar de ello siete Marauder cayeron ante los cazas alemanes.De los 33 bombarderos del 397º BG que partieron de su base avanzada en Peronne, sólo ocho de los que regresaron se pudieron considerar libres de daños.El grupo recibió una Citación como Unidad Distinguida por esta acción, ya que a pesar de las bajas consiguieron destruir el puente de Eller.

También recibió una Citación de Unidad Distinguida el 387º BG, que había lanzado sus aviones contra los puentes de Mayen y la estación de Prum.Este Grupo de Bombardeo tenía hasta entonces la increíble cifra de 520 salidas de combate entre todos sus aviones sin haber perdido ni uno sólo por causa del enemigo, pero ese día fue atacado por los Bf 109 que derribaron primero el avión que hacía de señalizador-guía del grupo, y posteriormente otros tres aparatos más, además de otro abatido por la flak.

Uno de los B-26 Marauder más famosos era sin duda el "Mild and Bitter" (suave y amargo, como una conocida marca británica de cerveza).En enero de 1943 fue el primer aparato en completar 50 misiones, y en mayo, el primero el llegar a las 100, motivo por el que en su fuselaje aparecen los nombres de todos los miembros del 452º BS, encuadrado en el 322º BG.La maquinaria de propaganda de los EEUU lo envió rápidamente a su país para realizar giras para recaudar bonos de guerra, y seguramente se hubiese conservado tras el conflicto, pero se estrelló poco después de llegar a los EEUU.

Rivalizando en fama con el "Mild and Bitter", y también rivalizando con él para ser el primero en llegar a las 100 misiones (carrera que perdió), el "Flak-Bait" (cebo antiaéreo) , también del 322º BG, tuvo no obstante el honor de ser el bombardero de los EEUU con más misiones realizadas, nada menos que 202 misiones de combate y 5 como señuelo.Su primer piloto, James Farrell, le había puesto el mote recordando a su perro, que se llamaba "Flea-Bait" (cebo de pulgas), ya que el avión era siempre castigado de forma sistemática por la flak, llegando a recibir durante su carrera hasta 1.000 impactos de metralla, regresó dos veces con un sólo motor, otra con un motor ardiendo, otra sin sistema eléctrico y en dos ocasiones sin el hidráulico.El Flak-Bait estuvo presente en la carnicería del día 23 de diciembre, pero logró sobrevivir (!!como siempre!!).Hoy en día se encuentra en proceso de restauración.


Pero el gran desastre llegó con el desafortunado 391º BG, que tenía la misión de destruir el viaducto de Ahrweiler.Treinta y un Marauder precedidos de otro que hacía de guía llegaron al objetivo, para encontrarse con un intenso fuego antiaéreo y el viaducto casi oculto por la nubosidad.El avión guía fue derribado por la flak justo antes de llegar al viaducto, seguido pronto por otros cinco Marauder más abatidos por el preciso fuego antiaéreo.Por si fuera poco, el grupo se había desviado de la ruta al objetivo durante su aproximación, lo que dio tiempo a los cazas alemanes a recibir los vectores de aproximación por parte de sus radares de tierra.Los cazas eran los Fw 190A-8 de la JG 3, en un número que los pilotos norteamericanos estimaron entre 40-60 aparatos, que establecieron contacto con el 391º BG a las 11:35 horas de la mañana.Los cazas abrieron fuego a las 11:38, y a las 11:47,  sólo nueve minutos después, el combate había terminado, y los cazas de la JG 3 dejaron de perseguirlos.Sólo nueve minutos, pero fue suficiente para que los Fw 190A-8 derribasen 16 Marauder.
El ataque fue preciso y conciso: los pilotos alemanes arremetieron contra los 27 Marauder que aún mantenía el grupo consiguiendo dispersarlos (al igual que intentaban hacer con las cerradas formaciones de Boeing B-17 de la 8ª), logrando así el espacio suficiente para maniobrar entre ellos, seleccionarlos y abatirlos.El fuego de los cañones Mk 108 de 30 mm resultó demoledor para los aviones americanos.Tres pilotos de la IV/JG 3 se adjudicaron dos victorias cada uno en esa combate: el suboficial Werner Martin de la Stab, el suboficial Kurt Boltz del 13º Staffel y el Lt Siegfried Muller del 16º Staffel.
A pesar del desastre, hay que destacar que le viaducto fue destruido, y que el 391º BG reunió todos los aviones disponibles más sus reservas para lanzar 21 aviones en un segundo ataque a otro objetivo a primeras horas de la tarde, lo que dice bastante de la actitud de sus tripulaciones.

Martin B-26 Marauder "Skyhag", del 575º BS perteneciente al 391º BG, en una imagen de agosto de 1944, cuando ya acumulaba una gran cantidad de misiones.El número de tripulantes de los B-26 era de seis o siete miembros.Este avión en concreto fue uno de los derribados por la flak el día 23 de diciembre de 1944.Cuatro de estos aviadores resultaron muertos y los otros dos cayeron prisioneros.

El 23 de diciembre de 1944 fue, de largo, el día más negro para los Martin B-26 Marauder.En total, fueron abatidos entre la flak y los cazas unos 40 bombarderos durante los ataques realizados por la mañana de ese día.Cuatro más fueron dados como baja definitiva, y al menos otros 182 sufrieron daños de consideración.
Tal era la consternación entre los Mandos de la 9ª FA, que en una apreciación muy calamitosa de los hechos acaecidos esa mañana, pensaron que si se continuaba con ese ritmo de bajas los bombarderos tácticos serían aniquilados en pocos días.

Pero la reacción de la Jagdwaffe tras ese día no tuvo continuidad.Simplemente no podían.Las unidades de caza también habían sufrido serias pérdidas: 63 pilotos fueron muertos o se declararon desaparecidos, entre ellos algunos de los pocos pilotos con experiencia que iban quedando (como Heinrich Bartels del IV/JG 77, un Experten con 99 victorias que cayó ante los P-47 del 56º FG a la altura de Bonn).
Al día siguiente, el Día de Nochebuena, los Aliados realizaron un esfuerzo máximo contra los nudos de comunicaciones y los aeródromos de la Jagdwaffe: en uno de los bombardeos más impresionantes de la historia, la 8ª FA, empleada ese día para abatir objetivos tácticos, realizó la impresionante cifra de 2.034 salidas, a las que hay que sumar otras 500 salidas similares realizadas por los cuatrimotores del Mando de Bombardeo de la RAF.La escolta de cazas superaba los 1.000 aparatos.La Jagdwaffe intentó reaccionar, logrando algunas victorias, pero nada menos que 85 pilotos se perdieron, entre ellos dos comandantes de grupo y cinco capitanes de escuadrón.
Una semana después, lo que quedaba de la Jagdwaffe en el Frente Occidental se "suicidó" durante la Operación Bodenplatte, y tras ello, las interceptaciones se volvieron aún más escasas.Sólo en determinadas  y muy puntuales acciones los cazas volvieron a atacar de forma efectiva, pero la abrumadora superioridad aérea Aliada, que mantenía continuas patrullas de cazas sobre las proximidades de los aeródromos de avanzada alemanes, les infligía severas pérdidas.La Guerra Aérea en el Frente Occidental ya había sido ganada.

Se cumplen ahora 64 años del día de la masacre de los Marauder.Que este modesto artículo sirva para homenajear a los aviadores que cayeron ese día intentando ayudar a sus compatriotas que luchaban sobre el terreno.

Fuentes:

-Aviones en Combate, Ases y Leyendas Nº25: B-26 Marauder "Caballo de Batalla" de la Novena Fuerza Aérea.Osprey Aviation-Ediciones del Prado.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 5. "Grandes Aviones del Mundo": Martin B-26 Marauder.Pág. 1205-1211.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 10."Del Día D a Berlín", pág. 2.541-2.544.
-http://www.americanairmuseum.com/
-http://www.b26.com/




Comentarios

  1. Una constante de la guerra fue, desde el primer al último día, la fortaleza de la Flack alemana a todos los niveles.
    Quiza la defensa a gran altura, donde sólo los escasos 12.8 cm FlaK 40, podían alcanzar a los grandes cuatrimotores volando a 9.000 m era peor.
    Pero a baja y media cota desde los Flack 2 cm FlaK 38 hasta el celeberrimo 88 mm, el 88 mm FlaK 41 pasando por el 3.7 cm FlaK 43.
    El número y variedad de las defensas antiaereas tácticas alemanas se cobraron un duro tributo a la aviación táctica aliada.

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  2. Totalmente de acuerdo, amigo César.Ya durante la invasión de Francia la antiaérea ligera machacó a los aviones que intentaron detener el avance de los Panzer, y durante todo el conflicto siempre fue un arma temida.Al final, tras el colapso del arma de caza, la antiaérea era el único motivo de gran preocupación.

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