Aviadores: "Swede" Vejtasa en Santa Cruz

En el anterior escrito sobre el "Sueco" Vejtasa intenté explicar porqué sus acciones de ese día, derribando hasta siete aviones japoneses, de los que cinco eran torpederos que se dirigían al USS Enterprise, más un sexto al que dañó lo suficiente para que eligiese otro blanco, posiblemente evitaron el hundimiento del portaaviones.También comenté que para muchos, esas acciones tenían que haberle acarreado la concesión de la Medalla de Honor, distinción para la que fue propuesto por su Jefe de Escuadrón de los VF-10 "The Grim Reapers", James H. Flatley.
No fue así, ya que el Contraalmirante Thomas Kinkaid lo rebajó hasta una propuesta para la concesión de una Cruz de Vuelo Distinguido.Finalmente se le concedió la Cruz de la Marina, la tercera que recibía.Curiosamente, esto le hizo acreedor como único piloto de la Us Navy en recibir esta medalla tanto por sus acciones con un bombardero en picado (ya había recibido esta condecoración dos veces pilotando un Douglas SBD Dauntless) y como piloto de caza con un Grumman F4F Wildcat en la Batalla de Santa Cruz.

Que casi setenta años después se siguiese intentando que se revisase esta mención y se le concediera la Medalla de Honor dice mucho de lo que opinaban los que combatieron junto a él en esa batalla.Algunos de esos supervivientes, que habían hecho carrera en la Us Navy llegando a ostentar altos cargos, se encontraron de nuevo con la negativa de la concesión.Así que intentemos ver lo que pasó entonces.

Para empezar, hay que decir que Vejtasa tenía 28 años cuando ocurrió la Batalla de Santa Cruz, y que era piloto de la Us Navy desde hacía 3 años, habiendo participado en varias acciones ya durante la Guerra, con dos Cruces de la Marina a sus espaldas como piloto de bombardeo, ayudando a hundir el portaaviones Shoho y derribando tres Zero con su Dauntless.A esas alturas de la Guerra, con su edad y su bagaje, era todo un veterano como piloto naval, en una época en que muchos pilotos de la Us Navy desgraciadamente duraban poco en servicio.Por lo tanto tenía sus propias ideas, fruto de la experiencia.Era de los que no se callaban cuando algo no le parecía correcto, y esto le llevó a varios encontronazos con sus superiores, ya que solía decir abiertamente lo que pensaba sobre algo por muy alto cargo que tuviese el que lo había dicho.A su vez, esto le granjeó la simpatía de los oficiales de rango similar al suyo y los inferiores, que veían en él un tipo franco y valiente.

Poco después de ingresar en el VF-10, y tras adaptarse al Grumman F4F Wildcat, tuvo una de sus desavenencias, en esta ocasión al criticar nada menos que al Lt Cdr John "Jimmy" Thach por la táctica que promovía para enfrentarse a los Zero, el llamado "entramado de Thach", que por cierto se llamaba así por haberlo bautizado de esa forma su propio Jefe de Escuadrón en esos momentos, James Flatley, y que era uno de sus defensores.Desde luego no era un buen comienzo en los VF-10 para el "Sueco".Sin embargo, su innegable calidad como piloto hizo que para octubre, cuando el USS Enterprise se preparaba para la batalla, el "Sueco" fuese uno de los pilotos más reconocidos del escuadrón.

Vejtasa (a la derecha) junto a Dave Pollock, otro de los pilotos del VF-10, posando para las cámaras poco antes de la Batalla de Santa Cruz.En esta "pose" parece que se aburren.... pero pronto tendrán mucha acción, quizá hasta más de la que esperaban.



Pero para el "Sueco", la Batalla de Santa Cruz representó mucho más que los siete derribos del día 26.Y no es que precisamente el resto de acciones de la batalla fuesen para él de muy buen recuerdo.

Las cosas empezaron a ir mal la mañana del día 25.Un Grumman F4F Wildcat pilotado por el Lt Bill Blair tuvo una avería en el sistema de paso de la hélice y se estrelló al aterrizar en el USS Enterprise, con tan mala fortuna que lanzó por la borda a un Douglas SBD Dauntless, destrozó otros tres y por supuesto también su Wildcat.Tras destruir cinco aviones propios en una sola acción, los aviadores del VF-10 aún tenían el ánimo suficiente para nombrarlo jocosamente como "as japonés" por la destrucción de esos cinco aviones.

Y los problemas no habían hecho nada más que comenzar.

Hay que recordar que la Task Force 61 estaba dividida en dos grupos, la TF 17 alrededor del USS Hornet y la TF 16 alrededor del USS Enterprise.El grupo aéreo del USS Enterprise tenía a su cargo las tareas de exploración del conjunto de la Flota, mientras que el USS Hornet mantenía preparado un grupo de ataque.Cuando poco antes del mediodía del día 25 un hidrocanoa Consolidated PBY Catalina divisó a la Flota Japonesa, el Contralamirante Kinkaid a bordo del USS Enterprise y que actuaba como Comandante de la Flota, mandó que se preparase un grupo de ataque del USS Enterprise a pesar de que la Flota Japonesa estaba justo fuera del alcance de los aviones norteamericanos.Cuando en la sala de reuniones del portaaviones los asistentes de Kinkaid explicaron la misión a los aviadores seleccionados, entre los que se encontraba Vejtasa, que iba a liderar a los F4F Wildcat que servirían de escolta, el "Sueco" no pudo contenerse, viendo lo inútil de la acción, y al parecer dijo que se trataba de una "misión imposible", ya que no podrían regresar a la Flota.Uno de los ayudantes de Kinkaid rechazó sus argumentos, y, según dicen, el "Sueco" tiró su libreta de apuntes y en voz alta dijo que "el Almirante es un idiota" para que lo oyera su ayudante.
Quizá la cita no sea cierta, ya que desde luego era algo grave decir eso de un mando en voz alta, pero lo que está claro es que en esa reunión el "Sueco" planteó abiertamente sus ideas como experimentado aviador naval, cosa que desde luego Kinkaid no era.

Pero órdenes son órdenes, y a las 14:25 horas del día 25 se lanzó el ataque, en el que participaron cinco SBD Dauntless, siete TBF Avenger y ocho F4F Wildcat, estando los cazas a cargo de Vejtasa.Aproximadamente una hora después de su despegue, se le comunicó a Kinkaid que la Flota Japonesa había cambiado de rumbo y se dirigía hacia el norte.Efectivamente, los japoneses habían detectado a los PBY Catalina y, en una maniobra lógica al saberse descubiertos, cambiaron el rumbo.Seguirían así hasta la noche, cuando al amparo de la oscuridad volviesen a dirigirse al sur.
Para mantener el silencio radio, Kinkaid ordenó que no se le comunicara nada de esto al grupo de ataque.Si para los pilotos de este grupo ya les había dado la sensación, al mandarlos fuera de su rango de vuelo, de que eran "prescindibles", ahora estaba claro: se le abandonaba a su suerte.

Y por supuesto, cuando llegaron al lugar aproximado donde debería estar la Flota Japonesa sólo encontraron agua, agua por todas partes.Tras patrullar unas millas más, pusieron rumbo de vuelta.Poco después llegó la primera baja, cuando por razones desconocidas, el Lt Don Miller desapareció con su F4F Wildcat en el mar.El grupo siguió adelante, y al llegar al punto designado para localizar la baliza de radio del USS Enterprise que les guiaría hasta él, sólo encontraron silencio.Todos los sistemas que pudiesen delatar la presencia de la Flota estaban en silencio.En ese momento, los pilotos de los bombarderos decidieron lanzar sus bombas al mar para ahorrar combustible, pero una o dos de ellas detonaron en la superficie del mar y alcanzaron a dos SBD Dauntless que volaban muy bajo, quedando tan dañados que tuvieron que amerizar.

Ahora había que encontrar al USS Enterprise, y con un golpe de suerte, Vejtasa logró ver una estela de petróleo que salía del buque, de la que se había dado cuenta en una patrulla de cobertura sobre el portaaviones que había realizado a primeras horas de la mañana.(Hay que recordar que el buque había sido alcanzado de gravedad hacía ahora dos meses, en la Batalla de la Salomón Orientales, y que fue reparado a toda prisa para poder estar presente en la batalla que se avecinaba, por lo que las reparaciones habían sido un tanto provisionales).Siguiendo esa estela y esperando que fuese la correcta, Vejtasa condujo al resto del grupo hasta el portaaviones.Pero el aterrizaje, casi en la oscuridad y con los depósitos de los aviones en las últimas, no iba a ser fácil.En la confusión reinante, Vejtasa se libró por los pelos de ser embestido por el F4F Wildcat del Alférez Ed Coalson en un aterrizaje casi simultáneo de los dos pilotos.Uno de los SBD Dauntless se estrelló en la cubierta al aterrizar, destrozando su avión y otro Dauntless que había en la cubierta, dejándola impracticable hasta que se retiraran todos los escombros.Pero el resto del grupo, sencillamente, no tenían más tiempo de vuelo, y tres TBF Avenger se vieron obligados a amerizar al quedarse sin combustible. Afortunadamente las tripulaciones lograron ser rescatadas.
Entre los aviadores que Vejtasa consiguió llevar aquel día hasta su buque estaban hombres como su compañero en el VF-10 el Alférez Edward "Whitey" Feightner, futuro as de los cazas y que acabaría su carrera militar como Contraalmirante, el Lt Albert P. "Scoofer" Coffin del grupo de torpederos, el Lt Cdr Jim Thomas, que era el Comandante del Bombing Ten, y el Cdr Richard Gaines, nada menos que el Comandante del Grupo Aéreo 10.

Quizá sea fácil criticar las acciones de Kinkaid ese día, pero para ello había que estar en su situación: mandar una fuerza de ataque poco preparada (cuando la del USS Hornet si lo estaba) y fuera de su rango de vuelo puede que fuese por insistencia de su superior, el Almirante Halsey, en atacar a la Flota Japonesa lo antes posible.Además, quizá tenía la esperanza de reducir la distancia con los japoneses y lograr recuperarlos.
Cuando supo que la Flota Japonesa eludía el contacto, tuvo que retirarse para buscar una posición más favorable para la batalla inminente que con seguridad llegaría al siguiente día, y por ello cambión su posición, además de tener que cortar las comunicaciones y las balizas de radio para intentar por todos los medios no ser detectado.Ello, inevitablemente, dejaba solos a los pilotos del grupo de ataque.

Pero para estos, simplemente pensaban que habían sido abandonados y que eran prescindibles.Además, este nefasto día acababa con la pérdida de nada menos que trece aviones del USS Enterprise, ya que a los cinco destruidos por la mañana en el accidente del F4F Wildcat se unían los ocho que se perdieron en el grupo de ataque.En total, se habían perdido ocho SBD Dauntless, tres TBF Avenger y dos F4F Wildcat sin que el enemigo hubiese intervenido en ello y sin lograr dañarlo en absoluto.Estas pérdidas eran muy serias, ya que el total de aviones disponibles en la Task Force 61 era sensiblemente inferior a los que podían poner en vuelo los cuatro portaaviones japoneses a los que se iban a enfrentar, situación que se agravó con esta pérdidas y que tendría sus consecuencias en la batalla posterior.
Los pilotos no estaban para nada satisfechos con su Almirante, y especialmente Vejtasa pensaba que las decisiones de Kinkaid eran poco menos que "criminales".Y ya sabemos que no solía callarse al respecto.

El USS Enterprise soportando las bombas de los Aichi D3A Val que impactan justo a su lado, mientras los barcos de escolta lo rodean para protegerlo.En las semanas que había pasado en Pearl Harbor reparando tras la Batalla de las Salomón Orientales, se le sustituyeron los anticuados montajes antiaéreos de 28 mm por los nuevos Bofors cuádruples de 40 mm (excepto uno bajo la popa), que dieron un resultado excelente.



Pero la batalla era inminente, y con las primeras luces del alba el USS Enterprise lanzaba sus SBD Dauntless de exploración.A su vez, la Flota Japonesa hacía lo propio.Ambas Flotas fueron descubiertas y se lanzaron mutuamente a sus grupos de ataque.En ese momento, el USS Enterprise solo consiguió lanzar una fuerza de ataque de apenas 20 aviones: 3 SBD Dauntless, 9 TBF Avenger y 8 cazas de escolta.Sin duda una fuerza de ataque muy débil, debido a la cantidad de aviones que había mandado como exploradores (unos 16 SBD Dauntless) y por supuesto a las graves pérdidas del día anterior.Era el momento más importante de la batalla, y el grupo aéreo del Big E que debía atacar a la Flota Japonesa era demasiado escaso.Por su parte, el USS Hornet consiguió lanzar hasta 54 aviones en dos tandas antes de ser atacado.
No voy a entrar ahora en detalles del combate.La Batalla de las Islas Santa Cruz daría para toda una serie de artículos, aparte de los relacionados con el "Sueco", por supuesto.Quizá en otro momento, ya que es sin duda el encuentro entre portaaviones que más me llama la atención.Así que volvamos a lo que sucedió con el "Sueco".

Ese día fue asignado a la patrulla de protección de la Flota, y tras partir el grupo de ataque del USS Enterprise a las 08:10 horas, Vejtasa y su Sección 7 de los Grim Reapers estaban ya en las cabinas de sus Wildcat esperando la orden de despegar.Todos sabían que habían sido localizados, y que el ataque era inminente.A las 08:30 horas, los aviones que habían partido confirmaron esto al cruzarse con la primera oleada japonesa, e informaron a la Flota que iban a ser atacados de inmediato.Vejtasa, aún en la cubierta del portaaviones, se retorcía en su asiento, sin comprender porqué no se les daba permiso para despegar.Y siguieron allí durante bastantes minutos.En un momento dado, Vejtasa estuvo a punto de bajarse de su avión y salir corriendo hasta el control de vuelo para pedir explicaciones.Sabía que estaban perdiendo un tiempo valioso para poder tomar altura y situarse en una posición óptima para atacar a la formación japonesa, pero la orden de despegue no llegaba.Cuando finalmente se les permitió salir, eran aproximadamente las 09:00 horas, y los primeros aviones japoneses estaban ya encima de ellos.Para entonces, cuando Vejtasa despegó, estaba más que furioso.

Lo que le sucedió durante esa primera patrulla ya lo hemos visto.Sólo recordar que casi inmediatamente después de despegar derribó dos Val, y que cuando llegaron los torpederos Kate un poco después, derribó cinco de ellos y dañó un sexto.Posiblemente acababa de salvar a su buque.Tras aterrizar en el maltrecho portaaviones, no hubo tiempo para mucho, ya que tras reabastecerse de combustible y municiones volvió para su segunda patrulla del día.Volando sobre el USS Enterprise, era pasado ya el mediodía cuando observaron a los lejos otra formación japonesa que se dirigía al moribundo USS Hornet.En ese momento Vejtasa le rogó al control de cazas que se les permitiera atacarlo, pero la respuesta fue negativa: debían de mantener su posición.Vejtasa volvió a pedir que al menos le permitieran separar tres Wildcat para atacarles, y de nuevo recibió una negativa como respuesta.La rabia del "Sueco" iba en aumento, porque habían estado en una posición óptima para atacarles.En vez de ello, vio a lo lejos como remataban al USS Hornet y volvían hacia su Flota.Al aterrizar tras esta segunda patrulla, varios pilotos del USS Hornet que habían aterrizado en el USS Enterprise les mostraron abiertamente su resentimiento al considerar que simplemente habían abandonado su barco y no habían hecho nada para intentar salvarlo.Para Vejtasa y sus compañeros de los Grim Reapers era ya lo que les faltaba.

El día aún no había terminado, y de nuevo repostados realizaron la tercera patrulla del día, mientras el USS Enterprise empezaba a alejarse de la zona de combate.Fue una patrulla más corta y sin apenas incidentes, hasta que llegó la hora de aterrizar.Este último acto del día tuvo como protagonistas a los Oficiales encargados de traer los aviones hasta el barco.Desde primeras horas de la mañana el encargado había sido el Lt James G. Daniels, realizando un trabajo excelente, pero para el mediodía estaba realmente agotado.Vino entonces en su ayuda para hacerse cargo el Lt Robin M. Lindsay, otro héroe olvidado que escribiría otra página brillante en ese día.
Y es que los problemas se le acumulaban rápidamente, ya que el USS Enterprise, tras los impactos de las bombas, tenía el elevador de proa fuera de servicio y un buen agujero en esa zona.Esto inevitablemente hacía que los aviones se acumularan en la cubierta, lo cual siempre es muy peligroso cuando se está bajo ataque.Pero además Lindsay tenía que hacerse cargo de los aterrizajes de los aviones supervivientes del USS Hornet, que hacía horas que no podía realizar operaciones de vuelo desde su cubierta.Por ello era necesario mantener en el aire los aviones necesarios que estuviesen en condiciones, así como deshacerse por la borda de los aparatos que tuviesen daños.Sencillamente no había sitio.Cuando por la tarde la situación del USS Hornet era irremediable, el USS Enterprise se preparó para abandonar la zona, y por tanto había que recoger todos los aviones que quedaban en el aire, incluida la última patrulla de combate de Wildcat al mando de Vejtasa, que serían los últimos en aterrizar.

Al menos eso pensaba Lindasy, ya que tras ir acumulando aviones en la cubierta de vuelo, esta se estaba "acabando".Con cada vez menos sitio, los aviones pasaron de tener tres cables donde poder engancharse a sólo dos.En un momento determinado de la tarde, desde el control de vuelo se le comunicó por el interfono a Lindsay que se iban a suspender las labores de recogida, ya que el riesgo de accidentes con poco espacio para aterrizar y con la cubierta atestada de aviones era muy grande, y no se podía poner en peligro al USS Enterprise más de lo que ya estaba.Lindsay no sabía si esta orden venía del Capitán del barco Osborne Hardison o del propio Contraalmirante Kinkaid, pero en cualquier caso le daba igual: él iba a seguir aterrizando aviones hasta que se lo llevaran de allí, detenido si era necesario.Conocía personalmente a muchos de esos pilotos, entre ellos a su amigo Vejtasa, y tras recibir la orden le dijo a su interlocutor que apagase el sistema de comunicación y le soltó un tajante "no quiero escuchar nada de nadie".

Siguió en su tarea, recibiendo un avión tras otro, sabiendo que acababa de desobedecer una orden.Por los motivos que fuesen, nadie más le molestó, y el barco siguió su rumbo para poder seguir con las operaciones de recogida.Finalmente, sólo quedaba un cable para detener a los aviones, y Lindsay había dejado para el final a Vejtasa, a sabiendas de que tenía la suficiente experiencia y habilidad para realizar un apontaje extremo, más bien un accidente controlado.Vejtasa, que también había pedido que aterrizaran antes sus compañeros menos experimentados, se puso en manos de Lindsay: siguiendo exactamente las instrucciones que le marcaba con las paletas, Vejtasa se acercó en el ángulo que le marcaba, y cortó el motor justo cuando se lo indicó Lindsay, "cayendo" de golpe al final de la cubierta y agarrando el único cable disponible.El avión se detuvo, y tuvieron que dejarlo ahí,  enganchado al cable en la popa de la cubierta de vuelo.No había más sitio.
Vejtasa recuerda que se bajó de su avión y fue a saludar a su amigo Lindsay, mientras todo el personal en la cubierta aplaudía la pericia del Oficial de señales.Con este acto acabaron las operaciones de vuelo del día 26 de octubre.

Lindsay fue confinado en su camarote tras esto, y posiblemente se esperaba lo peor por desobediencia.Pero afortunadamente no fue así, y en julio del año siguiente se le entregó la Estrella de Plata por sus acciones en ese día.Lo más curioso es que casi setenta años después, Vejtasa pensaba que si alguien había merecido ganar la Medalla de Honor ese día, no era otro que el Lt Robin Lindsay, por llevar a bordo todos los aviones que estaban en el aire en esos momentos.

Robin M. Lindsay en plena tarea con las paletas, ejerciendo sus funciones.El día de la Batalla de Santa Cruz se jugó ser llegado a un Consejo de Guerra al desobedecer la orden de dejar de recibir aviones.Por la noche, mientras estaba arrestado en su camarote, el Oficial de Enlace Aéreo (John Crommelin, que también llegaría a ser Contraalmirante) fue a verlo, al parecer con cierta "bebida no autorizada", y le dijo que si quería algo en concreto, a lo que Lindsay contestó que le gustaría tener la bandera de combate que había llevado el USS Enterprise ese día.Al parecer la consiguió, y hoy en día está expuesta en el Museo de la Aviación Naval de Pensacola.



Pero para todos los demás, Vejtasa era un auténtico héroe.Recordemos: el día 25 consiguió llevar hasta el buque al grupo de ataque, salvando a muchos pilotos, entre ellos un futuro as de caza, al jefe de los bombarderos y al jefe del grupo aéreo.Al día siguiente derribó los siete enemigos y dañó otro, salvando posiblemente al USS Enterprise, y en la última patrulla del día, se quedó el último para aterrizar, intentando que otros compañeros con menos experiencia tuviesen más oportunidades, cosa que consiguió.Estoy seguro de que en el USS Enterprise estaban convencidos de que se le concedería la Medalla de Honor por todo ello.Incluso algunos pilotos pensaban que ya se le debería de haber concedido por su acciones durante la Batalla del Mar del Coral.

Como sabemos, no fue así.Casi 70 años después, el que entonces era un Alférez novato y ahora era Contraalmirante retirado, Edward "Whitey" Feightner, seguía opinando lo mismo, pero incluso ahora, tras volver a proponerlo, no se le concedió a un ilustre veterano, que había continuado en la US Navy hasta 1970, aunque nunca pasó del grado de Capitán.

Esto ya son sólo especulaciones, pero me imagino que desafiar abiertamente al Comandante de la Flota el día 25 de octubre cuando se propuso el ataque a la Flota Japonesa, no iba a pasar desapercibido.Si realmente ese día llamó "idiota" a Kinkaid en voz alta durante el briefing, lo raro es que no tuviese consecuencias más graves.Quizá su reputación, con dos Cruces de la Marina a sus espaldas, le libró de males mayores.Y hay que tener en cuenta que tras ese día, y las continuas discrepancias que tuvo con los controladores el día 26, quien sabe lo que sucedería esa noche tras regresar al portaaviones.Vejtasa estaba furioso porque no salió pronto en la primera patrulla, y luego aún más cuando no le dejaron interceptar al grupo japonés que se dirigía al USS Hornet.Sabiendo que no solía callar cuando algo no le parecía bien, estoy convencido que esa noche, tras aterrizar, no estaría muy contento, a pesar de sus logros.

Especulando un poco, me parece que esa falta de respeto hacia el Contraalmirante Kinkaid pesó demasiado.Las Fuerzas Armadas deben de mantener la disciplina y el orden.Esa es su base, y que un subalterno critique y puede que incluso insulte a un Oficial de alto rango de forma tan ostentosa delante de tanto personal no puede ser pasado por alto.Puede que Vejtasa pagara por ello con un reconocimiento inferior al que merecía.

Stanley Winfield Vejtasa, el héroe que derribó siete en un día en Santa Cruz, falleció el 23 de enero del 2.013 a los 98 años de edad.

Conocida imagen para la prensa de un sonriente Stanley Vejtasa en la cabina de un F4F Wildcat.Su registro final de victorias fue de 10,25: los tres derribados en el Mar del Coral, los siete de Santa Cruz y un derribo compartido entre cuatro (de ahí el decimal) el 13 de noviembre de 1942 (un Kawanishi H6K Mavis).En mayo de 1943 abandonó el VF-10 y ya no volvió a combatir durante la Guerra.



Fuentes:
-https://en.wikipedia.org/wiki/Swede_Vejtasa
-https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_the_Santa_Cruz_Islands
-https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_las_Islas_Santa_Cruz
-http://navalaviationnews.navylive.dodlive.mil/2013/05/09/swede-vejtasa-in-memoriam/
-http://navalaviationnews.navylive.dodlive.mil/2012/08/03/943/
-https://www.usni.org/magazines/navalhistory/2011-10/solving-mysteries-santa-cruz
-https://www.usni.org/magazines/navalhistory/2015-08/big-e-leadership-factory
-https://militaryhistorynow.com/2018/04/19/passed-over-why-was-u-s-navy-ace-stanley-swede-vejtasa-denied-the-medal-of-honor/
-http://www.cv6.org/1942/1942.htm















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