Midway: el cuarto portaaviones (III)
BUSCANDO LA FLOTA
A pesar del excelente descifrado de los mensajes japoneses por parte de los analistas de la Us Navy, era imprescindible descubrir lo antes y lo más alejado posible a la Flota Japonesa, tanto a la destinada a la invasión de Midway como, aún más fundamental, a los portaaviones de ataque del Almirante Nagumo. Las patrullas aéreas de larga distancia serían las encargadas de la búsqueda. Aún con el recuerdo muy vivo de los ataques a Pearl Harbor y las Filipinas, donde gran parte de los aviones estadounidenses fueron sorprendidos en tierra, la prioridad era precisamente esa: que todos los aviones posibles estuviesen en el aire con antelación a los presumibles ataques para no ser directamente destruidos en tierra o quedarse estancados en ella por la destrucción de las pistas de despegue.
Se supuso (acertadamente) que los japoneses no lanzarían sus aviones a más de 370 km del objetivo, por lo que era necesario que la búsqueda diaria llegara a una distancia tal que, si no era descubierta, su avance hasta que las patrullas del día siguiente los localizaran no sobrepasase esa distancia estimada de 370 km. Se calculó que por tanto la distancia a cubrir en las patrullas debía de ser de alrededor 1.296 km, y que esto daría el margen suficiente para descubrir a la Flota Japonesa al día siguiente, calculando los km que podrían navegar durante las horas sin descubierta aérea, básicamente por la noche.
El principal inconveniente era que persistía una zona de muy mal tiempo y visibilidad muy reducida entre los 555 y los 740 km al noroeste de las Midway, y si los portaaviones de Nagumo se acercaban por esa zona (como así fue), no se podría localizarlos hasta casi el límite de tiempo para que los aparatos de búsqueda los descubriesen con casi un día de antelación. Como contrapartida, ese mismo mal tiempo impediría a los japoneses el realizar un despegue nocturno, por lo que tendrían que despegar entre las 04:30 y las 05:00 horas, prácticamente al amanecer, cuando pudiese fijarse con seguridad la posición de la Flota con respecto a sus objetivos, por lo que se esperaba que los ataques aéreos a Midway no llegarían hasta aproximadamente las 06:00 horas. Hay que destacar que todo este análisis resultó, en líneas generales, bastante correcto.
Pero en esos momentos realmente no existía certeza absoluta, por lo que las patrullas aéreas debían de cubrir la mayor cantidad de espacio posible. Durante los primeros días de estas patrullas la responsabilidad recayó básicamente en los Consolidated PBY-5 y PBY-5A de la Us Navy. Cuatro destacamentos de la Patrol Wind 2, los VP-23, -24, -44 y -51 comenzaron las tareas de forma sistemática desde el día 22 de mayo (aunque ya desde antes se hacían de forma menos exhaustiva), no sólo desde las Midway, sino desde algunos de los islotes cercanos, como las Islas Lisianski y las French Frigate Shoals (con la consiguiente merma en los reconocimientos aéreos japoneses a larga distancia que pretendían usar esas islas como apoyo logístico a sus hidrocanoas por medio de submarinos).
Al VP-23, que volaba los PBY-5 se le asignaron los accesos occidentales, ya que sus aparatos tenían un poco más de autonomía que los PBY-5A anfibios de los otros tres destacamentos, que se ocuparon de los sectores noroeste y suroeste.
Estas extenuantes patrullas, que llegaban a las diez horas de duración, no sólo eran tediosas para los tripulantes, sino más peligrosas de lo que podía parecer, demostrando que si bien los PBY eran fiables, duros y resistentes, sus capacidades de autodefensa eran muy limitadas. Los días 30 de mayo y 1 de junio, los PBY del sector suroeste se encontraron con aparatos japoneses procedentes de la isla de Wake, posiblemente Mitsubishi G3M del Chitose Kokutai. Hubo intercambios de disparos, y en ambas ocasiones los PBY se llevaron la peor parte, con varios tripulantes heridos y dos PBY que quedaron fuera de servicio temporalmente.
Se pensaba que el ataque a las Midway podía realizarse quizá el día 2 de junio, aunque no se tenía una fecha exacta, por supuesto, por lo que el propio Nimitz pidió que a partir del día 31 de mayo se realizara una búsqueda en una zona a unos 1.296 km al oeste. Tanto ese día como el 1 de junio la búsqueda en la zona fue infructuosa, así que el día 2 de junio se preparó un B-17 con combustible extra y sin carga de bombas que llegó hasta los casi 1.480 km al oeste, de nuevo sin resultados.
La rutina en los últimos días que precedieron a la batalla, en lo que respecta al componente aéreo, comenzaba con el despegue de los aparatos de patrulla sobre las 04:15 horas, un despliegue de 22 PBY para asegurarse la cobertura de la zona de búsqueda. Casi inmediatamente despegaban la mayor parte de los B-17 con la doble idea de, primero, mantener en el aire por precaución al mayor número posible de aparatos por si se producía un ataque inesperado al amanecer, y de camino, al despegar con la carga de bombas, dirigirse directamente a la Flota Japonesa en caso de ser detectada. Pasadas cuatro horas, cuando la búsqueda por parte de los PBY estaba ya más avanzada y la carga de combustible se había reducido, los B-17 dejaban de dar vueltas y podían aterrizar. Por su parte, tanto los B-26 Marauder como los TBF Avenger estaban en alerta y preparados para despegar hasta que los PBY alcanzaban una distancia de seguridad en la patrulla de unos 630 km. Los Vindicator y Dauntless de los Marines seguían un patrón similar, con algunos vuelos de prácticas, mientras que los cazas del VMF-221 realizaban las habituales patrullas por relevos.
3 DE JUNIO: PRIMER CONTACTO
Todos los informes que recopilaban los Servicios de Inteligencia coincidían en que la invasión era inminente, por lo que el día 3 de junio a las 04:30 horas los 22 PBY habituales salían para una nueva patrulla, mientras que los B-17 repetían su rutina de vuelos de prevención. Pero ese día iba a terminar la rutina.
A las 08:53 horas un PBY-5A del VP-51 transmitía que había localizado "buques sospechosos", y a las 09:04 horas la ampliaba comunicando que veía "dos buques de carga, a 870 km de Midway con rumbo 247º. Disparados por antiaéreos". Este fue el primer contacto con el enemigo en la que sería la Batalla de Midway, y como gran parte de las identificaciones realizadas, no era muy precisa: lo que realmente habían visto eran los barcos de transporte de apoyo del Grupo Dragaminas Nº16 del Capitán Miyamoto Sadachika, que en realidad eran la fuerza de avanzada para la invasión de las islas, aunque por supuesto los tripulantes del PBY nada sabían de eso.
Pocos minutos después, a las 09:25, el PBY-5A "Golden Pelicans" (Bu. No. 08031, matrícula 44-P-4), en este caso del VP-44 comandado por el Alférez Jewell "Jack" Harmon Reid, transmitía desde un sector adyacente al anterior uno de los mensajes más importantes a la vez que confusos, sobre todo para el Almirante Nimitz, que los recibía con nerviosismo: "Cuerpo principal avistado rumbo 261º, distancia 1.296 km, seis barcos grandes en columna".
Naturalmente, el mensaje era poco conciso, y se le pidió al piloto por radio que lo ampliase y lo detallase lo antes posible. Pero para un lento y vulnerable PBY, sobrevolar toda una Flota con la amenaza de los antiaéreos y posibles cazas era mucho pedir, por lo que "Jack" Reid estuvo alrededor de hora y media entrando y saliendo de las nubes hasta que por fin a las 11:00 transmitió que el grupo estaba formado por 11 barcos, rumbo 090º y 19 nudos de velocidad. Para entonces el aparato de Reid estaba escaso de combustible, y ante la amenaza de ser derribado se le ordenó que regresase a la Base, hasta la que aún le quedaba un largo camino.
Para intentar aclarar el asunto, a las 12:40 horas despegaba de Midway el B-17 preparado con depósitos extra del que hablamos antes y con un observador de la Us Navy a bordo para intentar localizar e identificar correctamente ese "Cuerpo Principal". Se pensaba que el B-17, más rápido, volando más alto y con buen armamento defensivo tendría más oportunidades de sobrevivir que el PBY. Sin embargo no fueron capaces de localizar la formación vista por "Jack Reid", aunque a las 16:40 horas avistaron 2 transportes y varios destructores con rumbo 261º y a 1.296 km de Midway.
Para los mandos estadounidenses, todas estos avistamientos empezaban a resultar confusos, pero finalmente se convencieron de que lo que se estaba descubriendo eran las diferentes partes de la Fuerza de Invasión del Almirante Nobutake Kondo, y no los portaaviones de Nagumo. Realmente el día 3 de junio nunca se llegó a ver a estos portaaviones. Nimitz estaba convencido de ello, y le dio las órdenes pertinentes a los Contraalmirantes Fletcher y Spruance en sus portaaviones para que actuasen conforme a ello. Mientras, en Midway, el Capitán Cyril T. Simard, dudaba de comprometer a su fuerza principal de ataque a larga distancia, los B-17, pero finalmente el mensaje radiado a las 11:00 que incluía hasta 11 barcos hizo que se decidiera a realizar un ataque, aunque un tanto limitado: a las 12:40 horas despegaron 9 B-17 con combustible extra y carga de bombas reducida para atacar esa formación lo más alejado posible de las islas.
Midway, "el cuarto portaaviones" de Nimitz, sería el primero en atacar, aunque aún le quedaba a sus aviones de patrulla la tarea principal: descubrir los portaaviones japoneses. Lo dejamos para la siguiente entrega.
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