Curtiss SB2C Helldiver: pesadilla en las Marianas (III)

Mientras que el Grupo Aéreo 14 del USS Wasp se enfrascaba en los combates con los petroleros, el resto de la oleada de aviones de la TF.58 comenzaba a llegar hasta los portaaviones de Ozawa con el cielo cada vez más oscuro.Un total de 181 aviones norteamericanos se disponían a dejar fuera de combate a la Flota Japonesa.Ozawa apenas pudo reunir unos 35 cazas para defenderse.

El objetivo de la mayoría de los SB2C Helldiver fue el portaaviones más importante que quedaba, el veterano Zuikaku, que salvo en Midway, había estado en todos los encuentros importantes entre portaaviones de la Guerra.Posiblemente fue el VB-2 del USS Hornet el primero en atacar.Uno de sus integrantes era el Lt Hal Buell con su SB2C-1C.Al entrar en el descenso en picado desde unos 3.600 metros, Buell se encontró inmediatamente con una cortina de fuego antiaéreo que le hizo sentir como si estuviese suspendido en el espacio.Tomó la decisión de soltar los frenos de picado para salir lo antes posible de lo peor de las explosiones.Luego, cuando se encontraba a unos 1.800 metros contradijo su propia experiencia y la del manual de vuelo del Helldiver cuando volvió a accionar los frenos de picado.Comentó que fue ..."como si un gigante hubiera enganchado mi avión por la cola"...
Lanzó sus bombas a unos 600 metros sobre el Zuikaku, pero la artillería antiaérea y la penumbra cada vez mayor le impidieron ver con claridad el resultado.
Además en esos momentos tenía otros problemas: lo habían alcanzado en un ala y la metralla lo había herido y estaba sangrando.En esas condiciones (que se repetirían en muchos otros aviadores que fueron heridos y sus aviones alcanzados) puso rumbo hacia el este, hacia una oscuridad cada vez mayor en busca de la TF.58.Consiguió llegar y aterrizar en forzoso, pero no en su portaaviones, sino en el USS Lexington, pero su avión tuvo que ser desechado y causó baja.

Varias bombas estallan cerca del portaaviones Zuikaku, en el atardecer del día 20 de junio, mientras realiza maniobras evasivas junto a los destructores Akizuki y Wakatsuki.Es difícil de asegurar, pero da la impresión de que el portaaviones está humeando.Aunque fue alcanzado y estuvo a punto de ser abandonado, el buque sobrevivió.No así su componente aéreo, que quedó diezmado.Cuatro meses después, el legendario portaaviones sólo sirvió de señuelo en Cabo Engaño, donde vio su final.


Con todo, el Lt Buell se pudo considerar afortunado.El Escuadrón VB-2 al que pertenecía había mandado 14 Helldiver.De ellos, uno fue derribado, ocho realizaron amerizajes y tres que consiguieron aterrizar en forzoso tuvieron que ser echados por la borda debido a su mal estado.Sólo dos aviones sobrevivieron, aunque ninguno aterrizó en su portaaviones: uno lo hizo en el USS Enterprise y otro en el USS Bunker Hill.

Tras el VB-2 llegó el turno del VB-1 del USS Yorktown, al mando del Lt Cdr J. W. Runyan al frente de otros 14 Helldiver que también se lanzaron (o lo intentaron) sobre el Zuikaku.Lanzándose en picado desde unos 4.500 metros. los pilotos del Bombing 1 informaron posteriormente de un intenso y preciso fuego de artillería antiaérea que castigó a los aviones tanto en el picado como en la posterior retirada hacia el punto de reunión.Los lanzamientos se realizaron en su mayoría por deabjo de los 600 metros, con reclamaciones de tres impactos directos y varios cercanos.En una oscuridad cada vez mayor se vio al Zuikaku en llamas.Tan dañado parecía que los últimos aviones del ataque se desviaron y lanzaron sus bombas sobre uno de los cruceros de escolta.

Pero el Zuikaku sobrevivió a las atenciones de los VB-1 y VB-2, además de las de otros seis TBF Avenger del USS Hornet.Se habían lanzado sobre él dos docenas de bombas pesadas, iniciándose varios fuegos en la cubierta del hangar.Los japoneses informaron de que habían sido alcanzados por un sólo impacto directo y al menos seis muy cercanos, lo cual parece un informe un tanto conservador, ya que en un momento dado se dio la orden de abandonar el buque.Pero los servicios de extinción de incendios trabajaron bien y lograron controlar las llamas, logrando salvar el buque.

El VB-1 salió sólo un poco mejor parado que su escuadrón compañero de ataque sobre el portaaviones, el VB-2.De los 14 aparatos que despegaron se perdieron 9, aunque todas las tripulaciones de vuelo que cayeron al mar en el regreso consiguieron ser rescatadas.

Dos SB2C-1 del VB-1 basados en el USS Yorktown, en una imagen algo posterior al encuentro de las Marianas, posiblemente de finales de ese verano.De los 14 Helldiver del VB-1 que atacaron el día 20 se perdieron 9, pero todas las tripulaciones sobrevivieron.Ocho de los aviones que se perdieron amerizaron cerca de la TF.58, y el noveno se estrelló en la cubierta del USS Cabot, teniendo que ser arrojado al mar.


La cuarta y última unidad equipada con los Helldiver que participó en la misión (recordemos que el VB-15 del USS Essex no llegó a a despegar) fue el VB-8 del USS Bunker Hill, y participó en el ataque a la "Fuerza C", al mando del Vicealmirante Kurita.Los doce Helldiver que lo componían se dividieron en dos equipos de seis, tomando como objetivo el portaaviones ligero Chiyoda, uno al mando del Jefe del Grupo, el Lt Cdr J. D. Arbes que atacó desde el sureste y el otro al  mando del Lt A. D. Jones desde el norte.
La "Fuerza C" estaba bien protegida, con cuatro acorazados como escolta (Yamato, Musashi, Kongo y Haruna), además de 8 cruceros pesados, uno ligero y varios destructores, por lo que la artillería antiaérea era abundante.Arbes sintió varios impactos durante su picado desde 4.000 metros.Observó agujeros  en sus alas, pero siguió adelante y lanzó sus bombas desde unos 600 metros.Cuando posteriormente atacó la división de Jones el portaaviones seguía maniobrando, pero parecía soltar humo.Los pilotos del VB-8 reclamaron seis impactos en el portaaviones y tres más en dos de sus escoltas.
Según los  japoneses, el Chiyoda sólo recibió un impacto en la parte posterior de la cubierta de vuelo que sólo provocó daños superficiales.Lo cierto es que el buque siguió navegando.

Sólo un escuadrón de Helldiver, el VB-8 del USS Bunkerl Hill, atacó a la "Fuerza C" japonesa.En la imagen aparece en el centro un acorazado de la clase Kongo, quizá este mismo o el Haruna, y más a la derecha el portaaviones Chiyoda, ambos siendo atacados por los aviones norteamericanos ese atardecer.El Bombing 8 sufrió graves pérdidas: sólo un avión consiguió aterrizar (en el USS Cabot, que también había recuperado un aparato del VB-1).


Más éxito tuvieron los TBF Avenger del portaaviones ligero USS Belleau Wood.Cuatro de ellos consiguieron llegar hasta el portaaviones ligero Hiyo, de la "Fuerza B", endosándole al menos un torpedo, que fue suficiente para hundirlo.Era el tercer portaaviones perdido en 48 horas.

Respecto al VB-8, varios de ellos fueron atacados cuando empezaban el regreso por los A6M, que derribaron dos Helldiver.De los 12 aviones que partieron, sólo uno consiguió aterrizar.Dos cayeron derribados, y el resto tuvieron que amerizar al quedarse sin combustible o se estrellaron cuando intentaban alcanzar un portaaviones donde aterrizar.En total el grupo perdió tres tripulaciones completas.

El ataque en sí duró apenas 20 minutos.Ahora todos los Grupos Aéreos se veían en la perspectiva de volver, casi de noche, hasta sus portaaviones, sabiendo que de conseguir encontrarlos, tendrían que aterrizar a oscuras.
Por supuesto, la decisión de Mitscher de encender los reflectores ayudó en al menos la orientación, ya que estos se veían desde bastantes kilómetros en la oscuridad del océano.Muchos pilotos no podían ni creerlo: su Almirante se arriesgaba a ser un blanco fácil para los submarinos y los bombarderos nocturnos para poder hacerlos regresar a salvo.Muchos de ellos relataron después que en ese momento no pudieron contener las lágrimas.
Luego tenían que aterrizar.Eso era algo más complicado, aún con las luces, o a pesar de ellas.Hay que recordar que prácticamente ningún piloto tenía experiencia en estos casos, que no había forma de identificar a cada portaaviones por las luces, y lo más importante, que casi todos llegaban sin combustible, muchos de ellos con los aviones dañados y con pilotos o ametralladores heridos.La confusión y la saturación de los canales de radio, con los pilotos desesperados comunicando que tenían los depósitos vacíos, era total.

Finalmente se perdieron en esa misión unos 100 aviones de todo tipo, de los que unos 20 habían sido derribados o se perdieron durante el combate, y unos 80 se perdieron al caer al mar por falta de combustible o al estrellarse al intentar aterrizar.

Para todos los modelos de aviones implicados fue un desastre, pero en concreto para los Helldiver la misión fue una auténtica pesadilla: de los 226 aviones que atacaron, 51 eran Helldiver.Esto representa aproximadamente el 22,5% de la fuerza atacante.
Sin embargo, de los 100 aviones perdidos, 43 de ellos eran Helldiver, lo que representa, claramente, un 43% de las bajas totales.

Ciñéndonos en concreto a los Helldiver, de los 51 que participaron en el ataque, sólo 8 regresaron a salvo, lo que nos da un porcentaje aproximado de un 85% de bajas en este modelo.Tan sólo 2 Helldiver consiguieron aterrizar en su portaaviones (2 pilotos del VB-1 del USS Yorktown); los otros 6 que consiguieron aterrizar lo hicieron en otro portaaviones que no era el suyo.
De los 43 Helldiver que se perdieron ese día, 4 cayeron en combate sobre la Flota Japonesa, otros 4 se estrellaron al intentar aterrizar, y 35 cayeron al mar al quedarse sin combustible.

Como contrapartida, los VB equipados con este modelo habían hundido dos petroleros, dañado un tercero (que escapó), dañado un portaaviones ligero (el Chiyoda, que también escapó), y alcanzado levemente a quizá un crucero pesado y un par de destructores.Muy poca recompensa.
Los aviadores de los Helldiver habían realizado un esfuerzo máximo, habían despegado tarde, sabiendo que se les haría de noche, tenían información equivocada sobre la distancia hasta el objetivo, lanzaron sus bombas entre la artillería antiaérea, tuvieron que sortear los cazas tras atacar y afrontar una vuelta en la oscuridad para intentar unos aterrizajes en mitad del océano, de noche, sin haberlos practicado nunca, con sus aviones dañados y muchos de los aviadores heridos.Como he dicho, un esfuerzo desproporcionado en relación a los daños ocasionados.

Afortunadamente para los norteamericanos, las bajas entre los aviadores no fueron tan graves.Recordemos que fueron 43 Helldiver perdidos, o sea, 86 aviadores que pudieron caer.Pero como hemos visto, 35 aviones cayeron al mar sin combustible, y la mayoría de ellos consiguieron amerizar cerca de la TF.58.Los servicios de rescate hicieron un trabajo soberbio rescatando a la mayoría de ellos, y también a algunos de los que cayeron en la zona de los combates.En total, fueron "solo" 8 pilotos y 10 tripulantes los que desgraciadamente perdieron la vida.

Y en el aspecto puramente material, la pérdida de los 43 Helldiver sólo supuso un cierto contratiempo a corto plazo.Recordemos que los modelos utilizados en esta acción eran los SB2C-1 y en mayor medida el casi idéntico SB2C-1C.Para entonces. este modelo iba a ser de todas formas sustituido por la nueva y más poderosa versión, el SB2C-3, por lo que la pérdida material era muy relativa (aparte de que en esas fechas, el verano de 1944, la producción de aviones de todo tipo por parte de los EEUU alcanzaba niveles extraordinarios).Cuatro meses después, en la Batalla del Golfo de Leyte, eran ya ocho grupos de bombarderos los equipados con los SB2C-3, aunque sólo dos de ellos habían participado en las operaciones de las Marianas (el VB-14 y el VB-15), y tan sólo uno, el baqueteado VB-14 del USS Wasp, de nuevo al mando del Lt Cdr Blitch, podía alardear de haber participado y sobrevivido a la "misión más allá de la oscuridad".

Fuentes:

-Aviones en Combate: Ases y Leyendas Nº18: Los Curtiss Helldiver en la Segunda Guerra Mundial.Osprey Aviation-Ediciones del Prado.

-Aviones en Combate: Ases y Leyendas Nº29: Los Ases de los Estados Unidos en Filipinas.Osprey Aviation-Ediciones del Prado.

-https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_the_Philippine_Sea

-https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_del_Mar_de_Filipinas

-http://www.webring.org/l/rd?ring=airwarpacificwor;id=33;url=http%3A%2F%2Fwww%2Esb2c%2Eco%2Euk%2F

-https://en.wikipedia.org/wiki/USS_Belleau_Wood_(CVL-24)



Comentarios

  1. "Pero el Zuikaku sobrevivió a las atenciones de los VB-1 y VB-2, además de las de otros seis TBF Avenger del USS Hornet.Se habían lanzado sobre él dos docenas de bombas pesadas, iniciándose varios fuegos en la cubierta del hangar.Los japoneses informaron de que habían sido alcanzados por un sólo impacto directo y al menos seis muy cercanos, lo cual parece un informe un tanto conservador, ya que en un momento dado se dio la orden de abandonar el buque."

    Puede parecer un poco exagerado lo de pensar en abandonar un buque tan grande después de haber recibido una sola bomba, pero también el Akagi en Midway recibió una sola bomba (y una impacto cercano) y acabó hundido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola amable lector, encantado de que des tu opinión!!

      Ciertamente hay varios casos en que un sólo torpedo o una sola bomba echan a pique un buque, incluso de grandes dimensiones.El Akagi, como bien dices, es un buen ejemplo.El Tahio, del que hablé en el capítulo anterior, corrió una suerte parecida (en este caso un torpedo).
      Realmente lo que yo quería destacar en este párrafo (y en el anterior a este) es la eterna disparidad entre los informes de los bandos, sea cual sea la acción y la guerra en la que se produzcan.Para los norteamericanos, el barco recibió varios impactos directos y bastantes cercanos.Para los japoneses sólo hubo un impacto, y varios cercanos.Entiendo que los pilotos norteamericanos, "en el fragor de la batalla", exageraran sus resultados.Pasa casi siempre, independientemente del bando.Pero, y es mi opinión desde luego, el Zuikaku fue atacado por posiblemente más de treinta aviones.Incluso algunos pilotos del VB-1 se desviaron del blanco por considerarlo "acabado".¿Error de apreciación? está claro que sí, porque el barco se salvó.Pero que alrededor de treinta aviones lo atacaran, con pilotos que en su mayor parte eran bastante experimentados, e incluso a pesar de la creciente oscuridad, "sólo" le colocaran una bomba, me parece extraño.
      Pero bueno, en el fondo, es sólo una apreciación.El Zuikaku se salvó, pero quizá si se hubiera hundido habría tenido un final más "decoroso" que el que tuvo, sirviendo de carnada, un barco con tanta historia.

      Un saludo!!

      Eliminar
  2. Como ya has dicho la orden del Almirante Mitscher de despegar es muy controvertida.
    Pero debemos estudiarlo a la vista de los datos que él tenía ese día.
    Sabia que había causado daños enormes a las unidades aéreas y sabía que el enemigo tenía una gran fuerza de portaaviones.
    El no podía saber lo que ahora sabemos, que Japón no podía reponer pilotos ni aviones. Por tanto su obligación era buscar al enemigo y tratar de destruirlos.
    Él evaluó la situación sopeso riesgos y tomó una decisión.
    Quizá se le pueda reprochar que, conocida la posición japonesa más al oeste, no ordenará regresar a la primera oleada, pero para aterrizar los aviones hubieran tenido que lanzar, por seguridad, su carga militar al mar, lo que habría dificultado un posible ataque al día siguiente.
    Luego hizo todo lo que pudo y más para recuperar a sus aviones.
    Que los resultados de los ataques a los japoneses fueran menores de lo esperado es parte de los azares de la guerra.

    ResponderEliminar
  3. Hola César!! como siempre, encantado de que escribas en el blog!!
    Yo estoy completamente de acuerdo contigo.Mitscher hizo lo que creo que debía de hacer: atacar.Por supuesto, esto es fácil de decir "a posteriori", pero es lo que opino.
    En mi muy modesta opinión, fue el Almirante Spruance el que pecó de demasiado prudente.El día 18 conocía, por vía de Nimitz, la posición aproximada de la Flota Japonesa, y Mitscher le pidió autorización para esa noche, la del 18 al 19, moverse al oeste y estar en una posición ventajosa.Pero Spruance no quería dejar sin la cobertura de la TF.58 a la Flota de Invasión (algo también lógico), y no se lo permitió.Repito que es fácil criticar ahora, con datos que ellos no conocían con exactitud.Pero siempre en mi opinión, Spruance pecó de conservador, y Mitscher hizo lo que debía.Pero esto siempre será opinable y motivo de discusión eternamente, jejeje...

    ResponderEliminar
  4. Aparte de felicitarte de nuevo por un excelente estudio de un combate aeronaval en circunstancias excepcionales, comentar para quien no lo sepa, que el USS Cabot que aparece en el artículo acabaría prestando servicio en la Armada Española como "Dédalo".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Motores: BMW 801

Clásicos en detalle: Messerschmitt Bf 109E

Motores: Pratt & Whitney R-2800 Double Wasp