"Club Run" (I)

 Club Run era el nombre extraoficial con el que se conocieron los envíos de aviones utilizando portaaviones hasta la isla de Malta por parte de la Royal Navy. El nombre viene dado a su vez por otro apodo no oficial: a la Fuerza H, con base en Gibraltar, se la conocía como "The Club", y según ellos mismos, estaba formada por los buques de guerra más eficientes de la Royal Navy

 En este mismo Blog, en el apartado de "Monográficos", tenéis una serie de entradas que titulé "Traslados de Spitfire a Malta". En ellos ya hablo del "Club Run", pero como el propio título indica, están centrados en los envíos de Supermarine Spitfire hasta la asediada isla a partir de febrero de 1942, cuando la situación de los combates en la zona hizo que la presencia de los Spitfire fuese imprescindible. Hasta ese momento, ningún aparato de este modelo había sido destacado fuera de las Islas Británicas, por lo que Malta se convirtió en su primer destino de ultramar. Pero antes de la llegada de estos cazas, la isla sobrevivió a duras penas con otros modelos más anticuados, sobre todo los Hawker Hurricane. Así que esta serie se va a centrar en los envíos efectuados por portaaviones desde su comienzo, en el verano de 1940, hasta noviembre de 1941, cuando se realizó el último envío de Hurricane por medio de portaaviones hasta la isla.

 Desde el primer día que comenzaron las hostilidades, el 11 de junio, hasta finales de ese mes, los defensores de Malta se las tuvieron que arreglar con los aparatos que había en la isla. La defensa aérea en esos primeros días correspondió a los famosos Sea Gladiator Mk I, cuatro aparatos de la Fleet Air Arm que habían quedado en depósito en el aeródromo de Kalaframa procedentes del portaaviones  Glorious. Dos de ellos resultaron destruidos el día 21 de junio en sendos accidentes, aunque pocos días después, el día 28 de junio, llegaron en vuelo a la isla desde Túnez cuatro Hawker Hurricane Mk IA que iban de camino al Mando de la RAF en Oriente Medio. El primer refuerzo significativo se había realizado el día 24 de junio, cuando el portaaviones  Argus destacó a los 12 Fairey Swordfish Mk I del 767º Sqn que llevaba embarcados a bordo con destino al aeródromo de Hal Far, donde el grupo fue reconstituido como el 830º Sqn. Este primer envío de aparatos hasta Malta desde el  Argus generalmente no se incluye entre las operaciones Club Run, ya que se trataba de una unidad que ya llevaba embarcada. Tras destacarlas en Malta, el portaaviones abandonó el Mediterráneo y se dirigió a las Islas Británicas, donde finalmente se decidiría que comenzase el traslado de aviones para el refuerzo de la isla, a pesar de que un par de meses antes el Estado Mayor de la RAF había comunicado que era prácticamente imposible reforzar las defensas aéreas de la isla. El 20 de julio el  Argus cargaba en el estuario del Clyde doce Hawker Hurricane Mk IA y dos Blackburn Skua y puso rumbo a Gibraltar. Comenzaba así la Operación Hurry, la primera del Club Run. Estas operaciones implicarían a una cantidad enorme de buques de combate de la Royal Navy, incluidos acorazados y portaaviones, para hacer llegar a la isla un puñado de aviones en cada misión, arriesgando estos valiosos buques en una ruta bien conocida por el enemigo, y obligando a los pilotos de los aviones trasladados a realizar un trayecto sobre el mar para el que no tenían apenas experiencia, además de que tendrían que volar generalmente desarmados para ahorrar peso, ya que despegarían en el límite de su radio de acción.


 El HMS Argus era un veterano de la Primera Guerra Mundial, y el primer portaaviones en servicio con la Royal Navy con cubierta principal corrida, aunque no es considerado como el primer auténtico portaaviones, ya que fue construido sobre la base del transatlántico italiano Conte Rosso, cuya construcción había sido suspendida por los astilleros británicos al comenzar la Guerra. Por tanto sus dimensiones eran bastante reducidas, no sólo en la cubierta principal, si no también en los hangares, que son los que vemos en esta imagen, que posiblemente sea de finales de 1942 o incluso posterior, y en la que se ven cinco Hawker Sea Hurricane y un Supermarine Seafire al fondo. Como se puede apreciar, al no disponer estos modelos de alas plegables su envergadura ocupaba casi la totalidad de la anchura del hangar. En las misiones de ferry hasta Malta el portaaviones se veía obligado a mantener la mitad de los aparatos en cubierta. Aún así, el veterano buque prestó un gran servicio en este papel.



OPERACION HURRY

 El  Argus partió de Gran Bretaña acompañado de los destructores Gallant, Greyhound, Encounter y Hotspur y puso rumbo a Gibraltar, donde se le unieron los acorazados Valiant y Resolution, el crucero Arethusa y los destructores Escapade y Velox.

 Paralelamente a esta operación se realizaría otra que serviría como distracción: de Gibraltar partieron el portaaviones Ark Royal escoltado por el crucero de batalla Hood y cuatro destructores, que se dirigieron hacia el este hasta un punto determinado para que los aviones del Ark Royal atacasen la ciudad de Cagliari. El crucero Enterprise se separó de este grupo en busca de un posible buque francés en la zona.

 Mientras, el 2 de agosto, el Argus alcanzaba el punto de lanzamiento al oeste de Sicilia. Los Hurricane partirían en dos tandas de seis aparatos, guiados en cada turno por uno de los Skua embarcados. Las dos formaciones lograron alcanzar la isla sin mayores problemas durante el vuelo, pero en los aterrizajes en el aeródromo de Luqa se estrellaron un Hurricane (el N2700) y el Skua que lideraba la segunda formación. Los dos pilotos lograron salvarse, y posteriormente los equipos de tierra consiguieron arreglar ambos aparatos. Los dos Skua, que en principio debían volver a Gibraltar, se quedaron definitivamente en la isla para ser utilizados allí. 
 Otro apartado igual de importante de estas misiones era la necesidad de trasladar al personal de tierra imprescindible para el mantenimiento de los aparatos. En esta ocasión, dos submarinos, el Pandora y el Proteus, se encargaron de llevarla a cabo, iniciando una larga serie de traslados a bordo de submarinos para llevar no sólo personal, si no todo tipo de suministros posibles a la asediada isla.
 Aunque no está directamente relacionado con el Club Run y los refuerzos de Malta, hay que comentar que en esta operación el portaaviones Ark Royal, aprovechando su situación en el Mediterráneo, lanzó tres Fairey Fulmar que siguieron un plan de vuelo independiente de los aviones del Argus, y que aterrizaron en Malta sólo para repostar y continuar su viaje hasta llegar al otro extremo del Mediterráneo, donde aterrizaron en el portaaviones Illustrious como refuerzo de su ala embarcada.

 Por su parte, la respuesta italiana a este primer envío fue bastante tibia, y aunque se destacaron varios submarinos a la zona no consiguieron avistamientos. Tres bombarderos-torpederos Savoia-Marchetti S.M.79 Sparviero logaron localizar a la Fuerza H e intentaron atacar al Ark Royal, resultando derribado uno de ellos por un Blackburn Skua del portaaviones en funciones de patrulla de combate.

OPERACION WHITE

 Los defensores de Malta se las arreglaron con los pocos efectivos aéreos que tenían en las siguientes semanas, pero el desgaste y la pérdida de algunos aviones era imposible de evitar, por lo que a primeros de noviembre de 1940 se planeó un nuevo envío. Se envió al Argus hasta el Clyde donde cargó otros doce Hawker Hurricane y dos Blackburn Skua. Zarpó de las Islas Británicas el día 11 de noviembre escoltado por el crucero Despatch  y los destructores Fury, Duncan y Wishart, llegando a Gibraltar el 15 de noviembre, donde se les unieron el crucero de batalla Renown, el crucero Sheffield, el portaaviones Ark Royal y hasta cinco destructores más.


Esta imagen pertenece a una conocida secuencia fotográfica realizada desde el crucero HMS Sheffield, y en todas las referencias que he encontrado de ella la sitúan en noviembre de 1940, por lo que debería de ser de la desafortunada Operación White, ya que en primer plano aparece el HMS Ark Royal, seguido del HMS Argus, que lleva en cubierta al menos cinco Hawker Hurricane. Están siendo sobrevolados por lo que parece un Fairey Swordfish, mientras que en la cubierta del HMS Ark Royal hay otro aparentemente preparado para despegar. El buque que aparece tras ellos es identificado en algunos sitios como el acorazado HMS Rodney, pero que yo sepa no fue destinado a la Fuerza H hasta después del hundimiento del Bismarck en la primavera de 1941. Lo más probable es que se trate del antiguo crucero de batalla HMS Renown, que sí participó en la Operación White, y si esto es así, el buque que aparece más al fondo debe de ser el crucero HMS Despatch.


 Dos días después, el 17 de noviembre, el grupo llegaba a un punto situado a unos 640 km al este de Malta cuando se decidió por parte del Almirante Sir James Somerville, a cargo de la Fuerza H, que los aviones debían de ser lanzados lo antes posible, ya que una escuadra italiana encabezada por los acorazados Vittorio Veneto y el Giulio Cesare junto con dos cruceros pesados y varios destructores había zarpado de sus bases y se encontraban en algún punto al sur de Cerdeña. Esto dejaba a los Hurricane con un margen teórico de 45 minutos de reserva de vuelo cuando avistasen la isla de Malta, siempre que las condiciones de vuelo fuesen las ideales. De todas formas, la decisión estaba tomada, y el primer grupo de seis cazas y uno de los Skua despegaron del Argus a las 06.15 horas.
 Pero de la teoría a las condiciones reales siempre hay mucha diferencia, y desde el comienzo las cosas empezaron a torcerse. Este primer grupo perdió casi un tercio de su combustible intentando organizarse y unirse en una formación coherente para poner rumbo a Malta, y una vez logrado esto, las condiciones climáticas tampoco estuvieron a su favor, ya que encontraron vientos desfavorables y nubes muy cerradas en la altura de vuelo óptima para mantener una velocidad de crucero económica, por lo que volaron a unos 240 km/h de velocidad y a unos 610 metros de altura, gastando mucho más combustible del previsto. Incluso así, esta primera formación tuvo algo de suerte, ya que consiguieron enlazar con un hidrocanoa Short Sunderland (el L5803) que había despegado desde Malta para ayudarles en el camino, uniéndose a él a la altura de la Isla Galita, en la costa de Túnez. 
 De cualquier forma estaban casi en el límite de la autonomía, y con la isla de Malta a la vista en la lejanía, a las 09:08 uno de los Hurricane caía al mar sin combustible. Cuatro minutos después, a las 09:12 horas, casi llegando a la costa, caía otro de los Hurricane. Inmediatamente el Short Sunderland abandonó la formación, a la que ya no era necesario guiar por tener la isla a la vista, y se volvió para intentar posarse en el mar y recatar a los dos pilotos caídos. Sólo consiguieron encontrar uno de ellos (el Sgt R. A. Spyer), del otro desafortunado piloto nunca se supo más. Mientras, los restantes cuatro Hurricane y el Skua conseguían aterrizar sin más problemas en el aeródromo de Luqa a las 09:20 horas, aunque con los depósitos de los cazas casi vacíos. Sus dos compañeros caídos no habían conseguido llegar por escasos minutos.

 Si a la primera formación las cosas no le fueron del todo bien y perdió un tercio de los Hurricane que habían partido, además de unos de los pilotos, a la segunda formación le llegó el desastre total. Se tardó alrededor de una hora en conseguir preparar los aparatos en el Argus para que pudiesen despegar, algo que era ineludible debido a las reducidas dimensiones del antiguo buque, que no podía mantener en cubierta listos para el despegue mas que un pequeño número de aparatos. Para entonces el convoy estaba ya retrocediendo a toda máquina ante la amenaza de la escuadra italiana, y nada más despegar se encontraron con fuertes vientos que habían rolado al sureste, por lo que poco a poco los empujó al norte de su ruta, por lo que perdieron de vista la Isla Galita, donde debían reunirse con otro aparato de guía. En este punto hay ciertas discrepancias en los relatos sobre el avión que debía de servirles de guía: es probable que el avión designado fuese otro Short Sunderland (el L5907) pero al parecer sufrió problemas de algún tipo y se dice que fue sustituido por uno de los Martin Mariland Mk I de la 431ª Escuadrilla (que en realidad era uno de los tres Martin 167F que habían pertenecido a Francia y ahora formaban esta escuadrilla de reconocimiento de largo alcance en Malta). Sea como fuere, la segunda formación nunca llegó a a contactar con el aparato guía.
 Así las cosas, con la formación perdida sobre el mar y con un tiempo pésimo, empezaron a quedarse sin combustible. Las llamadas desesperadas de socorro transmitidas por los pilotos que se quedaban sin combustible eran captadas en la banda de HF tanto en el aeródromo de Luqa al este como por parte de la Fuerza H al oeste, pero en Luqa no podían detectarlos en los radares y no conseguían localizar su posición para poder orientarlos, mientras que la Fuerza H estaba situada ya muy al oeste y tampoco podía darles ayuda. Los dos Sunderland no pudieron despegar a tiempo para intentar ayudarlos, ya que el que había guiado a la primera formación aún tenía que repostar y el otro estaba momentáneamente fuera de servicio. Casi en el último momento lograron contactar con Luqa y solicitaron su posición por radiogoniómetro, que al parecer les fue enviada, aunque nunca se supo si llegaron a recibirla. De todas formas, estaban demasiado al noroeste de Malta para poder llegar.
 Finalmente los seis Hawker Hurricane, con sus respectivos pilotos, cayeron al mar uno tras otro y nunca más se supo de ellos. Sólo el Blackburn Skua, con mayor autonomía y dos tripulantes a bordo continuaba volando, pero tampoco podría alcanzar Malta. El piloto viró al norte con la esperanza de tocar tierra en algún lugar, y finalmente apareció frente a él la costa de Sicilia. Ahora ya sabía su posición, pero también sabían que no tenían combustible para llegar a Malta, por lo que buscaron un lugar en la isla para poder aterrizar de emergencia. Naturalmente el aparato fue recibido con fuego antiaéreo, pero se las arreglaron para realizar un aterrizaje forzoso bastante exitoso, salvando ambos tripulantes la vida, aunque fueron rápidamente capturados y hechos prisioneros.


Un Blackburn Skua siendo preparado en la cubierta del HMS Ark Royal en el Mediterráneo. Aunque ya algo obsoleto a finales de 1940, el Skua prestó excelentes servicios en la Royal Navy. A pesar de sus limitaciones de armamento y velocidad, el aparato tenía una buena autonomía, y era empleado tanto en funciones de bombardeo como en las de caza, y durante algunas misiones del Club Run, como aparato de guía de los cazas. El tener alas plegables lo hacía ideal para las operaciones embarcadas en los reducidos hangares de los portaaviones británicos. Poco después comenzó a ser sustituido por los más capaces Fairey Fulmar en las funciones de caza.


 Así terminó la desastrosa Operación White. En los informes posteriores de la misión se culpó a la tripulación del Blackburn Skua de haber errado el rumbo, por lo que nunca pudieron contactar con el aparato mandado desde Malta para realizar el tramo desde la Isla Galita hasta Malta, aunque también se reconocía que el mal tiempo y sobre todo el temor de la Fuerza H a ser descubierta por la poderosa formación italiana habían contribuido al desastre. Lo cierto es que los aparatos de la Operación White habían despegado unos 64 km más al oeste que en la anterior Operación Hurry, lo que sin duda pudo condenarlos. El propio Almirante Sir James Somerville calificó la operación como un "fracaso espantoso".
 En total, de doce Hurricane y dos Skua lanzados para refuerzo, llegaron a la isla cuatro Hurricane y un Skua, lo que da un total de nueve de catorce aparatos perdidos, así como siete pilotos fallecidos y dos capturados. El impacto de White fue bastante fuerte, y se acordó que por el momento no se realizarían más operaciones tipo Club Run para reforzar la isla. A partir de entonces los aviones serían enviados por tierra desde las bases del Norte de África. Esto era posible porque a finales de 1940 y principios de 1941 el Ejército Británico estaba arrollando (contra todo pronóstico) al Ejército Italiano en Libia, lo que hacía posible el traslado de los aviones desde allí hasta Malta. Pero como ya sabemos, esta situación no duraría mucho, ya que un nuevo actor entraba en la escena del Mediterráneo: Alemania acudía al rescate de su Aliado, y la situación iba a volver a cambiar drásticamente en pocas semanas, por lo que de nuevo se hizo necesaria la actuación del Club Run. Lo veremos en la siguiente entrega.


El acorazado italiano Vittorio Veneto, en una imagen posterior a las fechas que hemos visto. Aunque por desgracia no tuvo una carrera con muchos éxitos, su sola presencia era motivo de alarma para la Royal Navy en el Mediterráneo. Durante la Operación White zarpó con el antiguo acorazado (aunque modernizado) Giulio Cesare, más otros cruceros pesados y destructores de escolta. El Almirante Somerville sólo contaba con los grandes cañones del veterano (pero también modernizado) crucero de batalla HMS Renown (y con los aviones del HMS Ark Royal), y decidió que no debía enfrentarse a los italianos, por lo que los aviones del HMS Argus despegaron muy cercanos al límite de su autonomía. El hidroavión que lleva a popa parece ser un IMAM Ro.43.


El modelo principal de las operaciones del Club Run en las primeras etapas fue el Hawker Hurricane, ante la negativa de la RAF a que los Spitfire salieran de Gran Bretaña. Durante más de un año este modelo se convirtió en el principal defensor de Malta, realizando un gran papel ante la aviación italiana, pero empezó a sufrir graves pérdidas con la llegada de los Bf 109 de la Luftwaffe. En la imagen un piloto de la Fleet Air Arm en un aeródromo de Malta acude a su caza mientras el personal de tierra, también de la Navy, ya está girando la hélice. Muchos pilotos de la Fleet Air Arm, que habían pilotado Fairey Swordfish, Albacore, y otros modelos navales y que estaban sin aviones pidieron a los mandos de la RAF en la isla que les dejasen participar en los combates. Este Hurricane está equipado con dos bombas, por lo que parece que va a realizar alguna misión de cazabombardeo.



Comentarios

  1. Muy bueno. Aunque me parece que el Almirante Somerville se pasó de prudente. Con lis Swordfish del Ark Royal podría haber establecido patrullas de reconocimiento y aprovechar su superioridad técnica con el radar para localizar a los italianos a distancia y evitar el contacto.
    Mantener el rumbo 4 horas más le habría dado 80 millas de ventaja a los aviones.
    Aunque claro, es cómodo criticar desde un sillón 50 años después.

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    1. Hola César!! Pues yo también lo veo así, hay que estar en el momento para ver que decisión tomaría uno. Un saludo!!

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  2. Muy interesante, Antonio! La guerra aeronaval en el Mediterráneo fue realmente apasionante.

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    1. Hola Vik! Pues coincidimos del todo, un teatro de la guerra fascinante.

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