Antes de continuar con los envíos del Club Run quiero hacer un resumen (muy básico, por supuesto) de la situación para hacernos una idea global de los acontecimientos.
Tras la desastrosa Operación White, que ya comentamos en el capítulo anterior, se decidió suspender este tipo de envíos de aviones hasta Malta. Esta decisión se pudo tomar por las circunstancias favorables a los Británicos en esos momentos. La flota italiana había recibido un duro golpe poco antes de White en el ataque a su base de Tarento, y en las acciones posteriores (la propia White o la Batalla del Cabo Sparviento) cada vez actuaría de forma más prudente. Aparte de esto, al Ejército Italiano las cosas no le iban muy bien ni en el frente de los Balcanes ni en el Africano, y en diciembre empeoraría bastante en ambos. La presión a la isla de Malta por parte de la Regia Aeronautica iba en descenso, ya que varias unidades aéreas eran necesarias en los otros frentes. Durante diciembre hubo otros convoyes de suministros, sin incluir aviones, y entre el 10 y el 11 de enero de 1941 se preparó otro gran despliegue para suministrar a la isla desde varios puntos distintos, la Operación Excess. En esta operación el carguero Essex, que partió junto a otros desde Gibraltar, llevaba entre su carga doce Hawker Hurricane embalados que fueron descargados en la isla. Además, el portaaviones Ark Royal había cargado también en Gibraltar cinco Fairey Swordfish previamente enviados por mar hasta allí (se habían enviado seis, pero uno presentaba defectos en el momento del embarque en el portaaviones y se dejó atrás), que despegaron desde su cubierta y también consiguieron llegar a la isla. Durante esta operación hizo acto de presencia por primera vez de forma masiva la Luftwaffe: el X. Fliegerkorps del General Hans-Ferdinand Geisler. Acompañando a la Fuerza H se encontraba el nuevo portaaviones Illustrious, que en realidad tenía como destino Alejandría para unirse allí a la Flota del Mediterráneo. Fue repetidamente atacado por la Luftwaffe teniendo que entrar en Malta en precarias condiciones, donde volvió a ser atacado y alcanzado, pero finalmente pudo reparar de urgencia y partir hacia Alejandría.
Durante el resto de enero, el mes de febrero y casi la totalidad de marzo, la superioridad de la Luftwaffe solo permitió un par de pequeños convoyes hasta la isla con suministros básicos. A primeros de marzo las reservas de cazas de Malta empezaban a estar bajo mínimos, y el vice-gobernador de la isla, el Teniente General sir William Dobie, clamaba por refuerzos de cazas de forma urgente. Desde el Mando de la RAF en Oriente Medio el Mariscal del Aire sir Arthur Longmore consiguió que se enviaran desde las bases de avanzada de la RAF en Libia seis Hawker Hurricane el día 2 de marzo en vuelo directo hasta la isla, y otros seis más el día 14, pero hay terminó la ayuda, ya que para finales de mes el General Erwin Rommel iniciaba su primera gran ofensiva en la zona haciendo retroceder rápidamente a los Británicos, por lo que la esperanza de recibir más aviones desde allí desapareció rápidamente. Afortunadamente para los residentes de Malta, la Luftwaffe tenía sus propios problemas: el X. Fliegerkorps tuvo que repartirse entre el Norte de África y los Balcanes para apoyar las ofensivas del Eje en ambos territorios, dejando muy poca presencia en el sur de Italia, lo que dejó de nuevo a Malta básicamente a cargo de la Regia Aeronautica. Recordemos que estamos narrando los sucesos de marzo de 1941, y ya por entonces la Luftwaffe era incapaz de poder atender adecuadamente la multitud de frentes que tenía abiertos: en el noroeste de Europa estaba dando fin al Blitz nocturno sobre Gran Bretaña y preparándose para trasladar casi todos sus efectivos al Este para Barbarroja, además de tener que mantener alguna unidades más al Norte, en Noruega, mientras que en el Sur tenía que atender al Africa Korps y a la invasión de los Balcanes, también con la vista puesta en las futuras operaciones contra la URSS. La Luftwaffe estaba demasiado extendida, por lo que Malta y el Mediterráneo Occidental se quedaron momentáneamente casi sin su presencia, lo que aprovecharían los Británicos para realizar una nueva sucesión de envíos del Club Run (entre otro tipo de suministros) para volver a reforzar Malta.
El Ark Royal era el único representante de su clase, ya que los siguientes portaaviones británicos cambiaron el diseño para estar más blindados. El Ark Royal tuvo un servicio de guerra muy ajetreado, y desde que se incluyó en la Fuerza H fue el elemento principal del Club Run durante 1940 y 1941. En la imagen parece que acaba de despegar un Fairey Fulmar mientras que otro se encuentra a popa.
OPERACION WINCH
A mediados de marzo estaba claro que era necesario volver a reactivar el Club Run como la solución más rápida para enviar cazas hasta la isla, y una vez más el Argus cargó en Gran Bretaña 12 Hawker Hurricane, en esta ocasión del tipo Mk II, además de tres Blackburn Skua. Partió del Clyde el 21 de marzo con la escolta del crucero Sheffield y cuatro destructores, a los que se les unieron el día 25 en el Atlántico el crucero de batalla Renown, el portaaviones Ark Royal, el crucero Fiji y otros tres destructores, que los acompañaron hasta Gibraltar, donde arribaron el día 29 de marzo.
En esta ocasión el Argus no realizaría los lanzamientos. A su llegada a Gibraltar todos los aviones fueron transferidos al Ark Royal, que partió el día 2 de abril escoltado por el Renown, el Sheffield y cinco destructores. Al día siguiente el grupo alcanzó el punto de lanzamiento, despegando todos los Hurricane y dos de los Skua. Además, el Ark Royal lanzó nueve Fairey Fulmar del 800º Sqn de la FAA también con la misión de llegar a Malta para reforzar las defensas.
Los cazas despegaron en dos grupos guiados por los Skua, y desde la isla se lanzaron un Short Sunderland y un Martin Maryland para ayudar en la navegación. El Maryland no logró contactar con ninguno de los grupos, pero si el Sunderland, consiguiendo llevarlos hasta la isla. Uno de los Hurricane realizó un aterrizaje forzoso en Luqa pero ni el piloto ni en avión sufrieron daños graves, siendo el caza reparado posteriormente. Los dos Skua tenían órdenes de regresar al Ark Royal, pero como sucediera en otras ocasiones, las condiciones climatológicas adversas llevaron a que se quedaran en la isla.
Por tanto la Operación Winch consiguió realizar un sustancial refuerzo aéreo de la isla, con un total de 23 aviones de tres tipos distintos. Pero eran necesarios más refuerzos, y la situación para los envíos era relativamente favorable, así se pronto se planeó otra misión.
Una imagen típica de la Fuerza H durante finales de 1940 y principios de 1941 podía ser esta, con el renovado crucero de batalla Renown y el crucero Sheffield escoltando al Ark Royal, en cuya cubierta de vuelo parece que hay un Fairey Swordfish y dos Hawker Hurricane.
OPERACION DUNLOP
El 17 de abril de nuevo el Argus estaba preparado en el Clyde para servir de ferry hasta Gibraltar. En esta ocasión se cargó el antiguo portaaviones hasta los topes con nada menos que 24 Hawker Hurricane mezclados de modelos Mk I y Mk II, y zarpó escoltado por los cruceros London y Fiji, a los que se unieron posteriormente desde Gibraltar el crucero Sheffield y tres destructores.
A su llegada a Gibraltar el día 23 se traspasaron todos los aviones al Ark Royal, dañándose uno de los cazas en el proceso y no pudo ser embarcado. Dos días después salieron hasta la zona de lanzamiento con la escolta del Renown, el Sheffield, el Fiji y cinco destructores de la 8º Flotilla. No hubo ningún incidente en este traslado, y los 23 Hurricane más tres Blackburn Skua que actuaron de guías llegaron sin novedad a Malta.
Esta misión del Club Run se realizó a la vez que la Operación Salient (I) (no confundir con Salient (II), que fue otra operación del Club Run pero de junio de 1942, en la que se enviaron Supermarine Spitfire desde el portaaviones Eagle). Se aprovechó para hacer pasar al crucero Dido, el crucero minador Abdiel y varios destructores de la 5º Flotilla (que tenían que reemplazar a la 14º Flotilla de destructores de Lord Mountbatten) hasta Alejandría. Se aprovechó el envío de estos buques de guerra para hacer escala en Malta, ya que se habían cargado de suministros para la isla.
Ambas operaciones se realizaron sin más inconvenientes, y es que en esas fechas los combates más importantes estaban ocurriendo más al este, ya que los alemanes estaban cerca de terminar la Operación Marita conquistando los Balcanes y expulsando a las tropas británicas de la zona. A pesar de los reveses británicos allí y en el Norte de África, era el momento adecuado para seguir reforzando Malta, y pronto se prepararía otro gran envío.
Hawker Hurricane Mk IIA Serie 2 Trop, con el horroroso filtro Vokes, que reducía las prestaciones del caza aproximadamente en un 8%, pero que era imprescindible para no engullir polvo en el aire de admisión. En esta serie en concreto se introdujo el ala "Universal", que incluía la capacidad de llevar dos depósitos subalares de 200 litros, y que en principio se desarrolló para ser enviada a Oriente Medio en vuelos directos de autotraslado, idea que desapareció tan pronto como cayó Francia e hizo imposible estos vuelos. Muchos de ellos, como este matriculado Z4544 acabaron en Malta. Al fondo a la izquierda aparece lo que parece ser un Bristol Beaufighter sobre caballetes y con el ala de estribor desmontada.
OPERACION SPLICE
Un nuevo elemento iba entrar en escena en esta operación. Para poder cargar más aviones desde Gran Bretaña hasta Gibraltar de los que era capaz de llevar el pequeño Argus, se "reclutó" al también veterano portaaviones Furious para la tarea. Aunque también era bastante antiguo, el varias veces remodelado desde sus días de crucero de batalla Furious (en esa forma al menos se diseñó) podía trasportar más del doble de aviones que el Argus. A primeros de mayo cargó en el puerto de Liverpool 64 Hawker Hurricane Mk II, y el día 12 zarpaba desde el Clyde con la escolta del crucero London (que llevaba 575 militares a bordo a parte de su tripulación) y cuatro destructores, que fueron reemplazados por otros cuatro procedentes de la Fuerza H antes de su llegada a Gibraltar, que se produjo el día 18 de mayo.
En Gibraltar el Furious atracó de popa con el Ark Royal y le traspasó por medio de una pasarela de madera 20 Hurricane y 5 Fairey Fulmar de la propia dotación del Furious, mientras se descargaban en el puerto otros 16 Hurricane que quedarían allí por el momento. Los dos portaaviones partieron el día 19 de mayo con la habitual escolta del Renown y el Sheffield, además de seis destructores. En el punto de lanzamiento previsto despegaron un total de 48 Hurricane y los cinco Fulmar, que consiguieron reunirse en el aire con tres Martin Maryland enviados desde Malta para servir de guías. Uno de los Hurricane se perdió en el vuelo y quedó como desaparecido al no saberse más de él, mientras que otro se estrelló a la altura del Cabo Bon. Los otros 46 cazas y los cinco Fulmar alcanzaron los aeródromos de la isla, lo que significó un refuerzo sustancial de las defensas.
Tras la pérdida del Courageous al ser torpedeado por un U-boat a las pocas semanas de empezar la guerra y la del Glorious aplastado a cañonazos por el Scharnhorst y el Gneisenau en aguas noruegas en junio de 1940, el Furious era el último de las "Tres Hermanas" que quedaba a flote, una reliquia de los cruceros de batalla de la Primera Guerra reconvertidos en portaaviones. A partir de la Operación Splice comenzó a operar para el Club Run de forma más o menos regular, realizando tanto misiones de ferry desde Gran Bretaña a Gibraltar como de allí hasta lanzar los aviones hacia Malta. Esta imagen posiblemente sea de 1941, y en la cubierta aparecen cuatro Hawker Hurricane.
OPERACION ROCKET
Intentando aprovechar al máximo la coyuntura del momento, una nueva misión del Club Run estuvo en marcha incluso antes de que terminase la Operación Splice. El día 22 de mayo, cuando los componentes de esta operación estaban llegando a Gibraltar, el portaaviones Argus se encontraba cargando en el Clyde otros 29 Hawker Hurricane, y partió de inmediato hacia Gibraltar uniéndose al convoy WS.8B que era escoltado por el crucero Exeter. El convoy con dirección sur era bastante lento, por lo que hasta el día 30-31 de mayo el Argus no pudo destacarse hasta Gibraltar, desde donde salió el destructor Foresight para escoltarlo en el último tramo del trayecto.
Mientras el Argus viajaba hacia el sur lentamente en compañía del convoy, el Furious realizó un viaje relámpago prácticamente a toda máquina y aparentemente sin escolta de ida y vuelta hasta Gran Bretaña, volviendo con otros 48 Hurricane Mk II hasta Gibraltar, donde llegó el día 1 de junio.
Hay que hacer aquí un apartado para volver a poner en contexto estas acciones: los inicios de esta operación se salen de los habituales que hemos visto hasta ahora, con los viajes de ferry desde Gran Bretaña con sus habituales escoltas. El motivo no es otro que, en esas fechas (del 22 de mayo hasta finales de mes), prácticamente la totalidad de la Home Fleet de la Royal Navy estaba persiguiendo al acorazado alemán Bismarck, de ahí que el convoy WS.8B llevase una escolta tan reducida. Además, casi al mismo tiempo que el Furious salía hacia Gran Bretaña, la Fuerza H recién llegada de la Operación Splice era reclamada para intentar frenar al Bismarck, que estaba escapando hacia la costa francesa. El resto de la historia del hundimiento del acorazado alemán es bien conocida, pero para lo que estamos tratando aquí, hay que resaltar que las unidades encargadas de los suministros a Malta no tuvieron descanso entre la Operación Splice y la siguiente, que como hemos dicho ya estaba en marcha.
Así que el 1 de junio en Gibraltar se encontraban los portaaviones Argus, Furious y Ark Royal, y comenzaron un trasbordo de cazas Hawker Hurricane entre ellos. Finalmente el Ark Royal cargó 24 aparatos y el Furious embarcó 20 más, quedando el resto en depósito en Gibraltar, donde también se quedó el Argus. El día 4 de junio daba comienzo la Operación Rocket, con los dos portaaviones y la escolta habitual del Renown, el Sheffield y seis destructores. El día 6 alcanzaron el punto de lanzamiento despegando los 44 cazas, aunque uno de ellos tuvo que regresar con problemas mecánicos. Poco antes habían despegado desde Gibraltar ocho Bristol Blenheim que iban a reforzar la isla y que debían sincronizarse con los cazas para actuar como guías de ellos hasta Malta. En esta ocasión todo salió como estaba previsto y todos los aviones alcanzaron la isla, aunque uno de los Blenheim se separó de la formación para realizar una misión de reconocimiento sobre Mers el Kébir en previsión de una posible salida del acorazado francés Dunkerque para interferir en las operaciones británicas en el Líbano.
El día 7 la Fuerza H estaba de vuelta a Gibraltar y el Furious partió de inmediato hacia Gran Bretaña, alcanzando en el trayecto al lento Argus que había partido anteriormente, llegando ambos el Clyde el día 14 de junio para volver a reabastecerse de aviones. Durante el viaje los portaaviones fueron escoltados hasta un punto del Atlántico por elementos de la Fuerza H, hasta que intercambiaron la escolta con otra que ya había partido desde Gran Bretaña y que acompañaba a un nuevo portaaviones hacia el sur que entraba en la escena del Club Run: era el HMS Victorious, que iba hacia Gibraltar con 48 Hawker Hurricane Mk I para la siguiente misión del Club Run. La dejaremos para la siguiente entrega.
No he conseguido detalles de esta imagen, pero por especular un poco, me parece que se puede tratar del Ark Royal en una de la misiones del Club Run. En la cubierta llego a contar 23 Hawker Hurricane (o eso me parece), posiblemente del modelo Mk IIA, completamente equipados con el filtro Vokes y depósitos extra. Todo esto, como digo, es sólo una apreciación personal.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 3: "Malta y el Mediterráneo".
Gracias por la nueva entrega; resulta chocante la penuria de cifras de cazas que con cuentagotas llegaban a la isla.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo, Vik!! Pues ya lo ves, así estaba el asunto, y casi que en esas fechas estaban en su mejor momento en referencia al número de cazas disponibles. Cuando volvió de lleno la Luftwaffe al año siguiente la cosa fue a peor, y ya por fin se decidieron a mandar los Spitfire, que ya era hora de que los dejaran salir de la Islas Británicas. Un saludo!!
EliminarAl final los Spitfire eran críticos para la defensa de Gran Bretaña. Aunque el caballo de batalla en la Batalla de Inglaterra fuera el Hurricane sin Spitfire la RAF difícilmente hubiera podido imponerse a los Bf-109 F.
ResponderEliminarAl año siguiente la batalla de Inglaterra había concluido y además había un número suficiente de Spitfire como para poder enviarlos, aparte la llegada de los primeros refuerzos americanos.
Al final los Spitfire eran críticos para la defensa de Gran Bretaña. Aunque el caballo de batalla en la Batalla de Inglaterra fuera el Hurricane sin Spitfire la RAF difícilmente hubiera podido imponerse a los Bf-109 F.
ResponderEliminarAl año siguiente la batalla de Inglaterra había concluido y además había un número suficiente de Spitfire como para poder enviarlos, aparte la llegada de los primeros refuerzos americanos.
Hola César!! Pues como tú dices, los Spitfire eran imprescindibles para poder enfrentarse a los Bf 109. Lo que en varios sitios que he leído se critica es que quizá tardaron demasiado en enviarlos al Mediterráneo, ya que para el verano de 1941 apenas quedaban unidades de caza alemanas en la costa francesa, y las incursiones sobre Gran Bretaña eran muy escasas, la mayoría nocturnas. Pero bueno, ellos sabrán lo que hacían, se supone... un saludo!!
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