Midway: el cuarto portaaviones (VII)
MIDWAY CONTRAATACA CON BOMBARDEROS
Tras el ataque fallido con torpedos, el turno fue para los bombarderos en picado del VMSB-241 de los Marines. La intención era reunirlos a todos para un ataque coordinado, pero en el desorden y la confusión que reinó durante los despegues de emergencia en Midway y el tiempo que tardaron en reunirse (lo hicieron en un punto a unos km al oeste de la isla), los torpederos, que además eran más rápidos, llegaron unos 45 minutos antes que los bombarderos. Estos, a su vez, se tuvieron que dividir en dos grupos, uno con los Douglas SBD Dauntless y otro con los Vought SB2U Vindicator, ya que estos últimos, aún más lentos, no podían seguir el ritmo de los Douglas.
En principio, el mando de todos ellos recaía en el Major Lofton R. Henderson, que pilotaba uno de los 16 Dauntless, pero al separarse el Major Benjamin W. Norris se quedó al mando del grupo de 12 Vindicator, que rápidamente perdió uno de ellos que se vio obligado a regresar por problemas mecánicos.
Alrededor de las 07:55 el grupo con los 16 Dauntless de Henderson (dos aparatos más se quedaron en la isla, ya que no pudieron despegar por problemas de motor) avistaba a la Flota Japonesa. Consciente de la poca o nula experiencia de gran parte de sus tripulaciones, la mayoría de las cuales llevaban sólo unos días de adaptación con el Dauntless, con el que apenas habían podido realizar prácticas debido a la escasez de combustible en la isla, Henderson había optado por un ataque en aproximación y suave picado en vez del más difícil ataque en picado casi vertical, más efectivo pero que requería alguna práctica anterior que sencillamente no tenían.
Conforme se acercaba a los portaaviones, se prepararon para atacar al Kaga y al Hiryu, pero pronto hicieron su aparición los A6M Zero, que enseguida comenzaron a perseguir al aparato líder de Henderson, que cayó al mar envuelto en llamas. Sus compañeros vieron como al menos un paracaídas se abría y descendía, pero nunca se supo más de Henderson ni de su artillero. Inmediatamente el Capitán Richard E. Fleming asumió el mando, pero en pocos minutos otros cinco Dauntless caían al mar ametrallados por los Zero, con todas las tripulaciones perdidas. Los diez aparatos que quedaban se dividieron en dos grupos, uno al mando de Fleming y otro al del Capitán Elmer Glidden, y se las arreglaron para lanzar su bombas. Varias cayeron cerca del Kaga, y otras aún más cerca del Hiryu, que desde el puente de mando del Akagi había dado la impresión de que había sido alcanzado. Pero en realidad todos fueron impactos cercanos, y ninguno de los buques sufrió daños.
Los diez Dauntless que habían escapado a la cacería pusieron rumbo a Midway, pero casi todos estaban dañados, algunos de gravedad, tanto que dos de ellos ni siquiera alcanzaron la isla: al avión del Capitán R. L. Blain se le paró el motor y tuvo que realizar un amerizaje. Tras dos días en una pequeña balsa hinchable tanto él como su artillero fueron rescatados por uno de los Consolidated PBY que buscaban supervivientes. El que pilotaba el Teniente Schlendering también se le paró el motor algunos km antes de llegar a la isla y también tuvo que amerizar de emergencia. Schlendering llegó a nado hasta un arrecife, y pocas horas después fue rescatado por un patrullero de Midway, pero su artillero desapareció en el mar.
Apenas habían terminado su ataque los Dauntless, aproximadamente a las 08:14 horas llegaron casi de improviso los 15 Boeing B-17E Flying Fortress a las órdenes del Teniente Coronel Walter C. Sweeney que habían despegado de Midway hacía ya unas cuatro horas, en principio para atacar a los transportes avistados y atacados el día anterior, pero que tras localizar a los portaaviones fueron desviados hacia ellos. Debido a los varios ataque anteriores, encontraron a los cuatro portaaviones bastantes dispersos, por lo que se dividieron en varios pequeños grupos y atacaron desde unos 6.000 metros de altura. Desde ahí, las bombas tardaban alrededor de un minuto en llegar al nivel del mar, por lo que los buques tenían tiempo para poder esquivarlas. Atacaron al Akagi, Soryu y al Hiryu, logrando impactos cercanos en estos dos últimos, pero sin causarles ningún daño reseñable. Lo que si consiguieron fueron unas excelentes imágenes a gran altura de estos tres portaaviones esquivando sus bombas, de las pocas de estos barcos durante la Batalla. Aparte de esto, lo que realmente si lograron fue dispersar aún más los buques de la Flota Japonesa. A cada oleada de los aparatos de Midway la formación japonesa se disgregaba más, sobre todo el portaaviones Hiryu, con sus escoltas, a esas alturas estaba bastante retirado de sus tres compañeros.
Los B-17 no tuvieron bajas, ya que los antiaéreos no alcanzaron ninguno de ellos y sólo un puñado de A6M Zero lograron alcanzar su altura de vuelo, pero sin tiempo para atacarlos, ya que inmediatamente otra amenaza se presentó a baja altura.
Y es que prácticamente cuando las últimas bombas de los B-17 caían cerca de los portaaviones aparecieron a la 08:20 horas los viejos SB2U Vindicator del Major Norris, que mucho más lentos que los Dauntless, llegaban "con retraso" al combate. Si el Major Henderson se hacía pocas ilusiones con sus novatos pilotos en los Dauntless, Norris era aún más consciente de las pocas probabilidades de supervivencia de sus anticuados aparatos, por lo que, aunque obviando un tanto las órdenes de atacar preferentemente los portaaviones, cuando divisó la Flota Japonesa desde su ángulo de llegada se dio cuenta rápidamente de que tendría que atravesar la pantalla de buques de escolta para llegar a ellos, así que prefirió enfilar a uno de los acorazados de la pantalla exterior, en este caso el Haruna.
Norris y su formación atacaron de forma similar a los SBD Dauntless de Henderson, picando ligeramente desde unos 4.100 metros, con el propio Norris en cabeza seguido por los aparatos del 2nd Lt Lumpkin y del 2nd Lt Campion. Para entonces ya habían aparecido los A6M Zero de las patrullas, pero, por algún motivo, no fueron tan incisivos y letales como en las anteriores incursiones. Es difícil establecer los motivos para ello, pero por especular en alguno, quizá actuaron así al percatarse que el objetivo no eran los preciados portaaviones, o quizá simplemente por el cansancio acumulado ya por los pilotos de los cazas japoneses, en continua patrulla y rechazando ataques desde hacía ya unas horas. Sea como fuere, lo cierto es que aparentemente sólo dos Vindicator fueron derribados en el ataque (aunque realmente se les dio por perdidos sin saber el motivo exacto) los del 2nd Lt Campion y el del 2nd Lt Marmande, mientras que otros dos aparatos se perdieron en el regreso a la isla: el del 2nd Lt Ringblom se quedó sin combustible y amerizó en el océano, siendo recogido tanto él como su artillero por una patrullera, mientras que el aparato del Teniente Cummings, posiblemente dañado, también cayó al mar cerca de Midway, aunque en su caso sólo él mismo pudo ser rescatado por otra de las patrulleras de la isla. Los otros siete Vindicator, de forma algo sorpresiva, consiguieron llegar hasta Midway.
Dos Vought SB2U-3 Vindicator despegan en paralelo de Eastern Island. Primer bombardero en picado monoplano embarcado de los EEUU, era relativamente moderno cuando entró en servicio en 1937, pero los avances en la aviación en esos años lo habían dejado obsoleto para la época de la Batalla de Midway.
El ataque de los Vindicator tampoco logró ningún impacto en los buques japoneses, aparte de un par de ellos cercanos posiblemente en el acorazado Haruna, pero sin más consecuencias. Quizá lo más reseñable que ocurrió durante su ataque fue que, casi en el momento que lo comenzaron a las 08:20 horas, la Flota Japonesa recibía otro mensaje por radio del hidroavión Aichi E-13A del crucero Tone, indicando que entre los buques estadounidenses que había avistado con anterioridad se encontraba un portaaviones. Para el Vicealmirante Nagumo, las cosas cada vez estaban más torcidas. A la amenaza de los aviones con base en tierra, que ya llevaban cinco oleadas consecutivas, se unía ahora la de los aviones embarcados. Además, en esos momentos era ya prioritario hacer aterrizar a los aviones del raid sobre Midway a las órdenes de Tomonaga si no quería verlos caer al agua por falta de combustible, maniobra que terminaron, aproximadamente, a las 09:10 horas.
Lo sucedido a continuación está bastante detallado en innumerables relatos: quince minutos después de que terminaran de aterrizar los aviones japoneses de vuelta de Midway, a las 09:25, aparecían los primeros torpederos Douglas TBD Devastator de los portaaviones estadounidenses, iniciando la cadena final de acontecimientos que terminaron con el ataque de los bombarderos en picado Douglas SBD Dauntless de esos mismos portaaviones alrededor de las 10:25 horas, y que en pocos minutos dejaban en llamas e inutilizados los portaaviones Akagi, Kaga y Soryu. Para entonces, la Batalla estaba decidida....
...pero todavía no había acabado. Quedaba otro portaaviones japonés operativo, aparte del resto de la imponente Flota, dividida en varios grupos. Aunque los aviadores de Midway habían sufrido una auténtica debacle, todavía tendrían que hacer un último esfuerzo. Lo veremos en el siguiente y último capítulo de esta serie, en la que intentaré hacer un resumen y una valoración de todo ello.
Fuentes:
Respecto a las menores bjas de los Vindicator, tal vez para cuando atacaron los Ceros ya estuviesen escasos de munición de 20 mm, ya que derribar un avión sólo con las ametralladoras ligeras no es tan fácil (sobre todo cuando eso te obliga a ponerte al alcance de su armamento defensivo y tú vuelas en un avión que no destaca por su resistencia)
ResponderEliminarHola! Pues bien pudiera ser. La verdad es que resultó un poco extraño, afortunadamente para las tripulaciones de los Vindicator, claro.
Eliminar