Fairey Battle: cinco días en mayo de 1940 (ed. rev.) (V)
12 DE MAYO
En este día iban a continuar las acciones de bombardeo por parte de los Aliados sobre los puentes del Canal Alberto y las columnas de tropas en Luxemburgo, y no sólo por parte de la AASF.
El 2º Group del Bomber Command de la RAF puso en acción ese día a los Sqn Nº15, 82º, 107º y 110º, perdiendo a lo largo de la jornada once Bristol Blenheim. Por su parte, la Armée de l´Air atacó con los LeO 451 y los anticuados Amiot 143 de la 1ª Division Aérienne. También los Blenheim de la AASF atacaron en ese día, y al menos siete de ellos, del Sqn Nº139 fueron reclamados como derribados por la I./JG 1.
Sólo la Jagdgeschwader 27 terminó la jornada reclamando 33 victorias. Hay que reseñar que en este día, 12 de mayo, un oficial adjunto de la JG 27 en esos momentos, reclamó el primer derribo de su cuenta particular, al abatir un Hawker Hurricane sobre Lieja: un tal Adolf Galland.
Los Sqn de Fairey Battle de la AASF, aunque ya seriamente mermados de aviones y tripulantes, volverían a hacer un gran esfuerzo en este día. Al menos cinco Sqn tomaron parte en las acciones: cuatro de ellos se ocuparon de nuevo a atacar tropas y puentes de pontones en el área de Luxemburgo (los Sqn Nº103, Nº105, Nº150 y Nº218), mientras que el Nº12 era reclamado para a tacar los puentes en el Canal Alberto en la zona de Maastricht.
Quizá las acciones más exitosas de este día (y posiblemente de este periodo de cinco días de mayo) fueron las realizadas por el Sqn Nº103. Esta unidad lanzó hasta tres ataques en esta jornada: al amanecer, tres Battles despegaron desde su base en Bétheniville y atacaron los puentes de pontones en Bouillon, consiguiendo regresar los tres. A las 12:40 se repitió el ataque de nuevo con tres aviones, que también lograron regresar a su base. Seis salidas consecutivas sin bajas era algo que ya parecía extraño.
Peor resultó el último ataque del día, cuando otros tres aparatos despegaron a las 16:30 para atacar a las columnas de tropas en la misma zona: volando a unos 900 metros avistaron la columna a poco más de 1 km al sur de Bouillon, y los tres aparatos realizaron un ligero picado hasta los 300 metros. Hay que resaltar que en esta ocasión los Battle volaban con sólo dos tripulantes, el artillero y el piloto, que haría la función de lanzamiento de las bombas. El avión del Pl Off V. A. Cunningham consiguió lanzar las bombas mientras su aparato recibía impactos de armas ligeras, y no pudo observar los efectos de las bombas porque enfiló rápidamente hacia la base, donde consiguió llegar a salvo. No tuvieron la misma suerte sus compañeros. El P2193 y el L5512 cayeron abatidos por el fuego desde tierra, el primero cerca de Noirefontaine, ya en Luxemburgo, y el segundo en Haraucourt, en la parte francesa de las Ardenas. No hubo supervivientes, los cuatro tripulantes murieron.
También en la zona de Bouillon actuó el Sqn Nº218. Despegando ya por la tarde desde su base en Auberive-sur-Suippes, sufrieron ls pérdida de dos aviones, El K9353 cayó en la localidad belga de Sensenruth, unos tres km al norte de Bouillon. Este Sqn seguía volando con tres tripulantes, y en este caso los tres fallecieron: el Sgt Leonard C. Flisher y sus compañeros Leslie D. Davies y J. B. Horner.
El otro aparato fue el P2183, derribado sobre la localidad de Nouvion-Sur Meuse, en las Ardenas. El piloto, Frederick S. Bazalguette murió, pero sus dos compañeros lograron sobrevivir y evadir la captura, ya que cayeron en zona enemiga, logrando llegar por sus medios hasta su Sqn, por lo que fueron mencionados para ser condecorados.
Otros dos Sqn, los Nº105 y Nº142 despegaron a primeras horas de la tarde, a eso de las 14:30/14:45. El Sqn Nº105 despegó desde Villeneuve-les-Vertus para atacar en la zona de St Hubert, perdiendo dos aviones: el K9485 fue derribado por la flak cayendo cerca de Bouillon, muriendo sus tres ocupantes, mientras que el P2176 que también fue alcanzado logró a duras penas regresar a su base con los tres tripulantes a salvo, con el avión dañado pero reparable, por lo que fue trasladado a retaguardia al No.6 RSU (Repair and Salvaje Unit). Nunca llegó a repararse, y fue abandonado al mes siguiente, en junio.
Los aparatos del Sqn Nº142 consiguieron regresar a su base en Berry-au-Bac, pero uno de ellos, el K9259 fue alcanzado en tierra durante un ataque alemán. No se reparó y fue abandonado poco después durante la evacuación.
Por su parte el Sqn Nº150 despegó a las 14:45 desde su base en Écury-sur-Coole hasta la zona belga de Neufchâteau. El Battle P2236 cayó en la zona de ataque y murieron sus tres tripulantes, mientras que otro aparato, posiblemente el P2136 (las matrículas de los dos aparatos de este Sqn perdidos este día no están muy claras), consiguió regresar a la base, pero tan dañado que se declaró no reparable.
Aparte de todas esta acciones, los hechos más conocidos y destacados de este día fueron los protagonizados por el Sqn Nº12 en su ataque a los puentes de Maastricht. En su base de Amifontaine se recibió la orden a las 04:00 de la madrugada de atacar los puentes de Veldwezelt y Vroenhoven, que debían de ser destruidos "a toda costa". El día anterior, como comentamos en el capítulo anterior, los Fairey Battle de la Aéronautique belga habían sido barridos del aire intentando destruir estos mismos puentes, así como muchos otros aparatos tanto británicos como franceses. Se sabía que la concentración de flak en el área era muy alta, y que los cazas alemanes patrullaban las posibles rutas de aproximación, ya que era obvio que los puentes eran de vital importancia para el despliegue de las fuerzas blindadas alemanas. Por ello, según se dice, el CO del Sqn Nº12 reunió a todos los tripulantes disponibles y pidió voluntarios para la misión: por supuesto, todos dieron un paso al frente. Nada había cambiado con respecto a las defensas alemanas en la zona en relación al día anterior, por lo que no creo que ninguno de los aviadores albergara muchas esperanzas de regresar.
Así las cosas se prepararon seis aviones que había disponibles en esos momentos, y a eso de las 08:15 horas despegaron de Amifontaine en dos secciones de tres aviones. Poco después uno de los aviones de la primera sección tuvo que volver por problemas técnicos, por lo que sólo quedaban cinco aviones para destruir dos puentes "a toda costa", no lo olviden. Al menos, en esta ocasión contaban con la escolta de ocho Hawker Hurricane del Sqn Nº1.
La primera sección, reducida ya a tan sólo dos aviones, el L5241 y el P2332, pilotados respectivamente por el Pl Off T. D. H. Davey y el Fl Off Norman M. Thomas, que hacía de jefe, decidieron atacar el puente de Vroenhoven realizando un ligero picado desde los 2.700 metros, para intentar eludir al máximo a los temidos antiaéreos ligeros. Pero a esa altura fueron atacados por los Messerschmitt Bf 109, que a pesar de los intentos de los Hurricane, alcanzaron a los dos Battle, que luego cuando bajaron hasta los 610 metros para soltar las bombas fueron acribillados por el fuego de tierra. Las bombas de al menos uno de ellos consiguió dañar el puente.
El Fl Off Thomas cayó con su avión cerca del puente y los tres tripulantes fueron hechos prisioneros, mientras que el Pl Off Davey con un depósito del ala ardiendo dio orden de saltar en paracaídas, pero al momento se apagó y siguió volando hasta que a pocos km de la base se quedó sin combustible y tuvo que aterrizar de emergencia. Davey y su observador consiguieron escapar y alcanzar las líneas aliadas, pero el artillero, que había resultado herido, fue capturado.
Mientras, la escolta de Hurricane se batía con los Bf 109 superiores en número. Dos Hurricane eran abatidos y tres más resultaron gravemente dañados, aunque consiguieron como mínimo el derribo de un Emil.
La segunda sección con sus tres aviones estaba al mando del Fl Off Donald E. Garland, que habían optado por una aproximación a ras de las copas de los árboles, atravesando terreno belga a 15 metros del suelo, para en el último momento ascender hasta los 300 metros para poder "picar" y lanzar las bombas con cierto margen de precisión.
Una vez llegaron a la zona del puente de Veldwezelt y se elevaron empezaron a ser disparados por la flak. Garland, que marchaba el último, observó como los otros dos aviones de su sección que le precedían en el ataque, el L5227 al mando del Sgt Fred Marland y el L5439 del Pl Off I. A. McIntosh eran acribillados por los antiaéreos mientras se acercaban al objetivo. Marland era derribado antes de alcanzar el puente, cayendo fuera de control y muriendo los tres tripulantes. McIntosh consiguió enfilar el puente y lanzar las bombas a pesar de haber sido alcanzado en los depósitos de combustible y estar el llamas. Se estrelló poco después, salvando la vida los tres tripulantes, que fueron hechos prisioneros.
El Fl Off Garland, que iba tras ellos, no cejó en su empeño y se dispuso a atacar tras ver caer a sus dos aparatos de sección. Su Battle iba siendo acribillado conforme se acercaba, pero increíblemente consiguió lanzar sus bombas, que incluso es posible que alcanzaran el puente, aunque no está totalmente claro. Sea como fuere, el Fairey Battle P2204, código PH-K del Fl Off Garland y su tripulación, el observador Sgt T. Gray y el artillero L. R. Reynolds, se estrelló poco después de lanzar las bombas, muriendo los tres aviadores. A Garland y a Gray se les concedió póstumamente la Victoria Cross (la primera otorgada a miembros de la RAF en la Guerra) por "su arrojo en mantener el ataque aún viendo que era casi imposible el salir con vida de allí". Increíblemente, a su artillero, L. R. Reynolds, no se le concedió la distinción por estar en un puesto sin "toma de decisiones".
Garland, y en general todo el Sqn Nº12 habían intentado con un esfuerzo máximo hacer lo que se les pidió: destruir los puentes "a toda costa": cinco aviones llegaron a la zona de combate y los cinco cayeron abatidos. No lograron destruir los puentes, pero más no pudieron hacer: de quince aviadores, sólo dos regresaron a la base, mientras otros siete cayeron prisioneros y seis perdieron la vida.
El resumen del día para los Battle de la AASF era nuevamente nefasto: 14 aviones perdidos, 20 tripulantes muertos y 7 prisioneros. Evidentemente la situación era insostenible, no sólo por el desgaste en cuanto a aviones perdidos, sino el duro impacto moral de tantos compañeros muertos ó desaparecidos en tan pocos días de combate, sabiendo además que su sacrificio estaba siendo casi en vano, ya que el impacto de sus ataques seguía siendo mínimo sobre el torrente de fuerzas alemanas que seguían entrando por la zona y se les echaban encima.
Quizá lo peor para los que seguían en pie era pensar que en pocas horas tendrían que volver a subirse a unos aviones que estaban siendo masacrados.
Fuentes: las mismas fuentes citadas en las partes anteriores más:
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