"Oscuro Affaire" en Bari
El bombardeo por parte de la Luftwaffe del puerto de Bari, en el sureste de Italia la noche del 2 al 3 de diciembre de 1943 podría haber sido uno más de los innumerables ataques aéreos de la Segunda Guerra Mundial, pero acabó convirtiéndose, recordando el título de una antigua canción de los años 80, en un "oscuro affaire" para los Aliados.Veamos al menos un poco de la situación en aquel momento y de lo que sucedió en esa fecha.
Tras los desembarcos en Salerno, el Ejército Alemán inició la retirada hacia el norte de la Península Itálica, para ocupar las diferentes líneas defensivas que estaba preparando en la zona central de ésta.La Guerra en Italia tomó entonces para los alemanes un carácter plenamente defensivo, y la presencia de la Luftwaffe en la zona disminuyó notablemente.Varias unidades fueron trasladadas al Egeo, otras al sur de Francia y alguna al sur de Alemania para intentar reorganizarse tras las fuertes pérdidas de los últimos meses.A finales de septiembre, en el territorio italiano apenas quedaban unos 432 aviones encuadrados en la Luftflotte II al mando del Generalfeldmarschall Wolfram Freiherr von Richthofen.Tras los traslados, las únicas unidades de bombardeo disponibles eran el III KG 54 en Bérgamo y el I y III KG 30 en Piacenza y Villafranca.
Esta exigua fuerza atacante no parecía representar una grave amenaza para las Fuerzas Aéreas Aliadas, que realmente tenían en esos momentos una superioridad aérea indiscutida en la zona.A pesar de ello, estas unidades (apoyadas en algunos ataques por las unidades antes trasladadas) consiguieron durante octubre y noviembre algunos éxitos atacando convoyes de suministros Aliados tanto en el Tirreno como en el Adriático, pero teniendo a su vez bastantes pérdidas.Tan confiados estaban los Aliados que el propio Air Marshall Sir Arthur Coningham, que aún estaba al mando de las operaciones aéreas en la zona, había ofrecido una conferencia de prensa en la misma tarde del día 2 de diciembre de 1943 expresando que la Luftwaffe había perdido la guerra aérea en el teatro italiano.
Posiblemente tenía toda la razón, pero el que hubiesen perdido la guerra aérea no quería decir que estuviesen fuera de combate... ni mucho menos.
Pero esta situación de superioridad manifiesta trajo consigo una indudable relajación en las defensas.Centrándonos en Bari, en esos momentos no había unidades de caza nocturna en sus inmediaciones.La artillería antiaérea encargada del puerto estaba integrada por los Sqn Nº2862 y 2856 de la RAF, pero ambos eran sólo parcialmente operacionales, con la unidad de radar Nº548 MSU fuera de servicio.Y eso que por entonces el puerto de Bari era una zona muy concurrida, ya que estaba siendo utilizada como entrada de suministros para los Ejércitos Aliados en el sureste de la Península.
Además, el puerto estaba siendo "visitado" regularmente por los Messerschmitt Me 410A de reconocimiento del 2(F)/122, como el realizado el mismo día 2 de diciembre por parte del Lt Werner Hahn a primeras horas de la tarde, permitiéndose el "lujo" de dar un par de pasadas sobre el puerto a unos 7.000 metros de altura sin ser molestado por al artillería antiaérea.El reconocimiento reveló un puerto abarrotado de transportes.
El informe llegó rápidamente hasta al Generalfeldmarschall Albert Kesselring, Comandante en Jefe de las tropas en Italia, que inmediatamente ordenó a Richthofen que preparase un ataque en masa con todos los aparatos que pudiese reunir.Richthofen tenía en mente desde hacía unas semanas la realización de un posible ataque sobre el complejo de aeródromos de Foggia, y le comunicó a Kesselring que podría reunir unos 150 aparatos.
Tras "rebuscar" apresuradamente entre las unidades del norte de Italia, sur de Francia y de los Balcanes, finalmente sólo se pudieron reunir 105 bombarderos, en su mayoría Junkers Ju 88A-4 y algunos Dornier Do 217E-5 de las Kampfgeschwader 54, 30, 26, 76, 77 y 100, aunque el grueso de los aviones atacantes pertenecían a la KG 54 "Totenkopf".
Pensando que los Aliados esperarían un ataque desde el norte, se trazó una ruta sobre la costa de Yugoslavia para luego girar al oeste, entrando al puerto de Bari desde el mar.Evidentemente los alemanes desconocían que no había radares operando en la zona, por lo que el ataque se realizó suponiendo que sí los había, por lo que sobre las 19:25 horas de la tarde-noche algunos aparatos que iban en vanguardia de los atacantes realizaron lanzamiento de Düppel para confundir a los radares, algo que era innecesario, lo mismo que los siguientes aparatos en llegar, que lanzaron bengalas para iluminar el puerto, !cuando este se encontraba con las luces encendidas!, ya que se estaba intentando agilizar el desembarco de los suministros para las tropas de tierra, que luchaban en la Línea Gustav, por lo que se decidió no suspender los trabajos nocturnos, dejando las luces encendidas ante la escasa probabilidad de un ataque aéreo.En fin, el mismo Sir Coningham lo había dicho esa tarde: "consideraría una afrenta personal que el enemigo mandara un sólo avión sobre la ciudad".
El caso es que la sorpresa fue total, y los bombarderos atacaron con casi total impunidad, destrozando la zona portuaria y gran parte de los barcos anclados.Finalmente sólo unos 88 aparatos consiguieron alcanzar el objetivo.Las bajas entre los atacantes puede que llegasen a un sólo avión perdido.Veintiocho buques fueron hundidos, y al menos otros doce dañados seriamente.Al menos 34.000 toneladas de material se fueron a pique en los barcos.El puerto quedó inutilizado completamente durante tres semanas, y hasta febrero de 1944 no estuvo a plena rendimiento.
Aunque la superioridad Aliada era inmensa, no podemos olvidar que el Teatro del Mediterráneo era secundario, y que para entonces, aunque se estaban librando posiblemente los combates más sangrientos de la Guerra en Italia (o se iban a librar dentro de pocas fechas), el flujo de suministros a la zona chocaba con la acumulación de reservas para Overlord, que empezaba a vislumbrarse en el horizonte y que por supuesto tenía prioridad máxima.
Sin duda, este ataque fue un serio contratiempo para la ofensiva terrestre en Italia, así como para la puesta en servicio de la Decimoquinta Fuerza Aérea de los EEUU, que se estaba comenzando a formar.
Posteriormente muchos llamaron a este ataque "The Little Pearl Harbor".La Luftwaffe había perdido la guerra aérea, pero aún pudo dar este último zarpazo.
Hasta aquí el relato (a grandes rasgos y resumido) de los antecedentes, del ataque y de sus consecuencias materiales.El auténtico problema comenzó con las bajas humanas.
Desgraciadamente, los muertos se contaban por centenares.Mientras, a los hospitales llegaban cada vez más heridos, muchos de ellos con los típicos síntomas de quemaduras de petróleo por haber estado en el agua cubierta de combustible ardiendo.Otros muchos padecían además ceguera y otras quemaduras de aspecto químico, lo que desconcertó a los médicos que trabajaban en la zona, y que empezaron a pedir ayuda ante estos extraños síntomas.
Ante estos informes, el General de Sanidad Fred Blesse envió a Bari al Teniente Coronel Médico Stewart Francis Alexander, experto en guerra química.Alexander tardó poco en confirmar que los síntomas que presentaban muchos heridos se correspondían con los del gas mostaza.Siguiendo el patrón de los civiles afectados en la ciudad, el cono propagación le llevaba a una zona concreta del puerto.Por entonces, Alexander creía que algunas de las bombas lanzadas por la Luftwaffe contenían el agente químico.Pero su investigación le deparó una sorpresa, ya que descubrió la carcasa de una bomba norteamericana M47A1, que él, como experto en guerra química, sabía que las tenía el Ejército de los EEUU como vectores para el gas mostaza.Impresionado por cada vez más pruebas que señalaban el que en el puerto había armas químicas de origen estadounidense, envió informes clasificados a sus superiores, que finalmente confirmaron sus sospechas: uno de los cargueros Liberty que había en el puerto, el SS John Harvey, transportaba una carga secreta de 2.000 bombas M47A1, cada una con entre 27 y 32 kilogramos de gas mostaza.
El SS John Harvey no había sido hundido directamente por el bombardeo, pero al parecer se incendió al recibir los escombros ardiendo de los barcos que explotaron al su alrededor.Los incendios no se pudieron controlar y el barco explotó, liberando el gas mostaza tanto en el aire como en el agua.Alexander no sólo estaba preocupado por los heridos directamente por el gas (en el mes siguiente al ataque murieron 83 de los 628 pacientes afectados por el gas), sino que tenía claro que el SS John Harvey podía contener en su interior aún muchos de los artefactos sin explotar.Si se pensaba recuperar el barco y su carga debería de hacerse con todas las precauciones para no exponer al agente tóxico a los encargados de hacerlo.
Pero todo este asunto era polémico y embarazoso, y las autoridades al más alto nivel intervinieron, y por supuesto lo hicieron para ocultar el affaire todo lo posible.Desde las más altas esferas se ordenó silenciar completamente el asunto: los heridos por el agente químico no serían tales, sino que sus heridas las habría provocado el combustible derramado y los explosivos.La ocultación funcionó bastante bien, y hasta 1959, coincidiendo con los últimos meses del mandato de Eisenhower como Presidente de los EEUU (y que por supuesto sabía lo ocurrido en Bari desde el primer momento, como Comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa) que se desclasificó en parte el secreto, confesando que en 1943 se habían trasladado armas químicas a Italia como prevención y para usarlas como represalia para hipotéticos ataques químicos de los alemanes.Por su parte, el Gobierno Británico hizo que se revisaran las pensiones de sus militares afectados en Bari... en el año 1986!!.
Se calcula que las bajas totales del ataque fueron de unas 1.000 personas entre el personal militar y de la marina mercante, y quizá otras 1.000 entre los civiles.Pero sobre todo estas cifras entre los civiles pueden ser muy erróneas, ya que buena parte de la población salió de la ciudad tras el ataque buscando refugio en poblaciones cercanas.Con el secretismo oficial, el número de muertos por el agente químico es imposible de saber.
Todo este vergonzoso asunto tuvo al menos una parte positiva: las autopsias llevadas a cabo en Bari demostraron que el agente tóxico del gas mostaza había realizado bien su trabajo atacando a las células blancas de la sangre.Los informes de estas, hechos por el propio Alexander y otros colegas médicos en la zona, llegaron acabada al Guerra hasta los investigadores de la Universidad de Yale, que buscaban tratamientos para la leucemia, y que con el tiempo llevó a los primeros pasos para el tratamiento de esta enfermedad con la llamada quimioterapia de la Mustina.
En fecha tan tardía como 1988, y gracias al empeño de varios políticos e historiadores, el Cirujano General del Ejército de los EEUU reconoció por fin públicamente la labor del entonces Teniente Coronel Médico Stewart Francis Alexander en todo este asunto.
Fuentes:
-Enciclopedia "La Segunda Guerra Mundial", Tomo 42: "La Guerra Secreta (I)".Editorial Time-Life/Folio.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 8: "Frente Mediterráneo".
-https://en.wikipedia.org/wiki/Air_raid_on_Bari
-http://ww2today.com/2nd-december-1943-mustard-gas-disaster-in-bari-harbour
-http://www.historynet.com/world-war-ii-german-raid-on-bari.htm
-http://fly.historicwings.com/2012/12/deadly-mystery-at-bari/
-https://lflank.wordpress.com/2015/08/06/the-bari-air-raid-when-the-allies-unintentionally-gassed-their-own-side/
-http://ahoy.tk-jk.net/macslog/SlaughteratBariSouthernIt.html
Tras los desembarcos en Salerno, el Ejército Alemán inició la retirada hacia el norte de la Península Itálica, para ocupar las diferentes líneas defensivas que estaba preparando en la zona central de ésta.La Guerra en Italia tomó entonces para los alemanes un carácter plenamente defensivo, y la presencia de la Luftwaffe en la zona disminuyó notablemente.Varias unidades fueron trasladadas al Egeo, otras al sur de Francia y alguna al sur de Alemania para intentar reorganizarse tras las fuertes pérdidas de los últimos meses.A finales de septiembre, en el territorio italiano apenas quedaban unos 432 aviones encuadrados en la Luftflotte II al mando del Generalfeldmarschall Wolfram Freiherr von Richthofen.Tras los traslados, las únicas unidades de bombardeo disponibles eran el III KG 54 en Bérgamo y el I y III KG 30 en Piacenza y Villafranca.
Esta exigua fuerza atacante no parecía representar una grave amenaza para las Fuerzas Aéreas Aliadas, que realmente tenían en esos momentos una superioridad aérea indiscutida en la zona.A pesar de ello, estas unidades (apoyadas en algunos ataques por las unidades antes trasladadas) consiguieron durante octubre y noviembre algunos éxitos atacando convoyes de suministros Aliados tanto en el Tirreno como en el Adriático, pero teniendo a su vez bastantes pérdidas.Tan confiados estaban los Aliados que el propio Air Marshall Sir Arthur Coningham, que aún estaba al mando de las operaciones aéreas en la zona, había ofrecido una conferencia de prensa en la misma tarde del día 2 de diciembre de 1943 expresando que la Luftwaffe había perdido la guerra aérea en el teatro italiano.
Posiblemente tenía toda la razón, pero el que hubiesen perdido la guerra aérea no quería decir que estuviesen fuera de combate... ni mucho menos.
Pero esta situación de superioridad manifiesta trajo consigo una indudable relajación en las defensas.Centrándonos en Bari, en esos momentos no había unidades de caza nocturna en sus inmediaciones.La artillería antiaérea encargada del puerto estaba integrada por los Sqn Nº2862 y 2856 de la RAF, pero ambos eran sólo parcialmente operacionales, con la unidad de radar Nº548 MSU fuera de servicio.Y eso que por entonces el puerto de Bari era una zona muy concurrida, ya que estaba siendo utilizada como entrada de suministros para los Ejércitos Aliados en el sureste de la Península.
Además, el puerto estaba siendo "visitado" regularmente por los Messerschmitt Me 410A de reconocimiento del 2(F)/122, como el realizado el mismo día 2 de diciembre por parte del Lt Werner Hahn a primeras horas de la tarde, permitiéndose el "lujo" de dar un par de pasadas sobre el puerto a unos 7.000 metros de altura sin ser molestado por al artillería antiaérea.El reconocimiento reveló un puerto abarrotado de transportes.
El informe llegó rápidamente hasta al Generalfeldmarschall Albert Kesselring, Comandante en Jefe de las tropas en Italia, que inmediatamente ordenó a Richthofen que preparase un ataque en masa con todos los aparatos que pudiese reunir.Richthofen tenía en mente desde hacía unas semanas la realización de un posible ataque sobre el complejo de aeródromos de Foggia, y le comunicó a Kesselring que podría reunir unos 150 aparatos.
En casi todas las páginas consultadas sobre este tema se dice que el reconocimiento realizado el mismo día del ataque a Bari se realizó por un Messerschmitt Me 210, pero lo cierto es que el 2(F)/122 había dejado de utilizarlo desde el verano de 1943, cambiándolos por los mucho más eficaces Me 410A-1 ó A-3.El que aparece en la imagen es un Me 410A-3 (Wkr-No 10253, F6+QK), inspeccionado por las tropas aliadas tras ser derribado por los cazas al lado del Río Sangro el 26 de noviembre de 1943.Los dos tripulantes fueron hechos prisioneros.El grupo estuvo basado en Perugia desde octubre hasta abril de 1944.
Tras "rebuscar" apresuradamente entre las unidades del norte de Italia, sur de Francia y de los Balcanes, finalmente sólo se pudieron reunir 105 bombarderos, en su mayoría Junkers Ju 88A-4 y algunos Dornier Do 217E-5 de las Kampfgeschwader 54, 30, 26, 76, 77 y 100, aunque el grueso de los aviones atacantes pertenecían a la KG 54 "Totenkopf".
Pensando que los Aliados esperarían un ataque desde el norte, se trazó una ruta sobre la costa de Yugoslavia para luego girar al oeste, entrando al puerto de Bari desde el mar.Evidentemente los alemanes desconocían que no había radares operando en la zona, por lo que el ataque se realizó suponiendo que sí los había, por lo que sobre las 19:25 horas de la tarde-noche algunos aparatos que iban en vanguardia de los atacantes realizaron lanzamiento de Düppel para confundir a los radares, algo que era innecesario, lo mismo que los siguientes aparatos en llegar, que lanzaron bengalas para iluminar el puerto, !cuando este se encontraba con las luces encendidas!, ya que se estaba intentando agilizar el desembarco de los suministros para las tropas de tierra, que luchaban en la Línea Gustav, por lo que se decidió no suspender los trabajos nocturnos, dejando las luces encendidas ante la escasa probabilidad de un ataque aéreo.En fin, el mismo Sir Coningham lo había dicho esa tarde: "consideraría una afrenta personal que el enemigo mandara un sólo avión sobre la ciudad".
Junkers Ju 88A-4 del I/KG 54 "Totenkopf", basado en Bérgamo en septiembre de 1943, y que actuó en los ataques contra los desembarcos de Sicilia y Salerno.Es posible que esta unidad en concreto se hubiese trasladado al norte de Alemania en la fecha del ataque a Bari, en preparación para la ofensiva "Steinbock" contra Inglaterra, pero nos sirve de muestra para ilustrar a los Ju 88 que participaron en el raid, ya que las fotos que he encontrado en la red de Junkers Ju 88 volando en la misión de Bari me crean muchas dudas sobre si realmente lo son, aunque es una opinión personal, por supuesto.
El caso es que la sorpresa fue total, y los bombarderos atacaron con casi total impunidad, destrozando la zona portuaria y gran parte de los barcos anclados.Finalmente sólo unos 88 aparatos consiguieron alcanzar el objetivo.Las bajas entre los atacantes puede que llegasen a un sólo avión perdido.Veintiocho buques fueron hundidos, y al menos otros doce dañados seriamente.Al menos 34.000 toneladas de material se fueron a pique en los barcos.El puerto quedó inutilizado completamente durante tres semanas, y hasta febrero de 1944 no estuvo a plena rendimiento.
Aunque la superioridad Aliada era inmensa, no podemos olvidar que el Teatro del Mediterráneo era secundario, y que para entonces, aunque se estaban librando posiblemente los combates más sangrientos de la Guerra en Italia (o se iban a librar dentro de pocas fechas), el flujo de suministros a la zona chocaba con la acumulación de reservas para Overlord, que empezaba a vislumbrarse en el horizonte y que por supuesto tenía prioridad máxima.
Sin duda, este ataque fue un serio contratiempo para la ofensiva terrestre en Italia, así como para la puesta en servicio de la Decimoquinta Fuerza Aérea de los EEUU, que se estaba comenzando a formar.
Posteriormente muchos llamaron a este ataque "The Little Pearl Harbor".La Luftwaffe había perdido la guerra aérea, pero aún pudo dar este último zarpazo.
Un par de imágenes del puerto de Bari tras el ataque, con barcos ardiendo, petróleo derramado en el mar y los equipos de salvamento trabajando para intentar salvar todo lo posible de las cargas transportadas.
Hasta aquí el relato (a grandes rasgos y resumido) de los antecedentes, del ataque y de sus consecuencias materiales.El auténtico problema comenzó con las bajas humanas.
Desgraciadamente, los muertos se contaban por centenares.Mientras, a los hospitales llegaban cada vez más heridos, muchos de ellos con los típicos síntomas de quemaduras de petróleo por haber estado en el agua cubierta de combustible ardiendo.Otros muchos padecían además ceguera y otras quemaduras de aspecto químico, lo que desconcertó a los médicos que trabajaban en la zona, y que empezaron a pedir ayuda ante estos extraños síntomas.
Ante estos informes, el General de Sanidad Fred Blesse envió a Bari al Teniente Coronel Médico Stewart Francis Alexander, experto en guerra química.Alexander tardó poco en confirmar que los síntomas que presentaban muchos heridos se correspondían con los del gas mostaza.Siguiendo el patrón de los civiles afectados en la ciudad, el cono propagación le llevaba a una zona concreta del puerto.Por entonces, Alexander creía que algunas de las bombas lanzadas por la Luftwaffe contenían el agente químico.Pero su investigación le deparó una sorpresa, ya que descubrió la carcasa de una bomba norteamericana M47A1, que él, como experto en guerra química, sabía que las tenía el Ejército de los EEUU como vectores para el gas mostaza.Impresionado por cada vez más pruebas que señalaban el que en el puerto había armas químicas de origen estadounidense, envió informes clasificados a sus superiores, que finalmente confirmaron sus sospechas: uno de los cargueros Liberty que había en el puerto, el SS John Harvey, transportaba una carga secreta de 2.000 bombas M47A1, cada una con entre 27 y 32 kilogramos de gas mostaza.
El SS John Harvey no había sido hundido directamente por el bombardeo, pero al parecer se incendió al recibir los escombros ardiendo de los barcos que explotaron al su alrededor.Los incendios no se pudieron controlar y el barco explotó, liberando el gas mostaza tanto en el aire como en el agua.Alexander no sólo estaba preocupado por los heridos directamente por el gas (en el mes siguiente al ataque murieron 83 de los 628 pacientes afectados por el gas), sino que tenía claro que el SS John Harvey podía contener en su interior aún muchos de los artefactos sin explotar.Si se pensaba recuperar el barco y su carga debería de hacerse con todas las precauciones para no exponer al agente tóxico a los encargados de hacerlo.
Pero todo este asunto era polémico y embarazoso, y las autoridades al más alto nivel intervinieron, y por supuesto lo hicieron para ocultar el affaire todo lo posible.Desde las más altas esferas se ordenó silenciar completamente el asunto: los heridos por el agente químico no serían tales, sino que sus heridas las habría provocado el combustible derramado y los explosivos.La ocultación funcionó bastante bien, y hasta 1959, coincidiendo con los últimos meses del mandato de Eisenhower como Presidente de los EEUU (y que por supuesto sabía lo ocurrido en Bari desde el primer momento, como Comandante supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa) que se desclasificó en parte el secreto, confesando que en 1943 se habían trasladado armas químicas a Italia como prevención y para usarlas como represalia para hipotéticos ataques químicos de los alemanes.Por su parte, el Gobierno Británico hizo que se revisaran las pensiones de sus militares afectados en Bari... en el año 1986!!.
Se calcula que las bajas totales del ataque fueron de unas 1.000 personas entre el personal militar y de la marina mercante, y quizá otras 1.000 entre los civiles.Pero sobre todo estas cifras entre los civiles pueden ser muy erróneas, ya que buena parte de la población salió de la ciudad tras el ataque buscando refugio en poblaciones cercanas.Con el secretismo oficial, el número de muertos por el agente químico es imposible de saber.
Una bomba norteamericana M47, similar a las que trasportaba el SS John Harvey.
Todo este vergonzoso asunto tuvo al menos una parte positiva: las autopsias llevadas a cabo en Bari demostraron que el agente tóxico del gas mostaza había realizado bien su trabajo atacando a las células blancas de la sangre.Los informes de estas, hechos por el propio Alexander y otros colegas médicos en la zona, llegaron acabada al Guerra hasta los investigadores de la Universidad de Yale, que buscaban tratamientos para la leucemia, y que con el tiempo llevó a los primeros pasos para el tratamiento de esta enfermedad con la llamada quimioterapia de la Mustina.
En fecha tan tardía como 1988, y gracias al empeño de varios políticos e historiadores, el Cirujano General del Ejército de los EEUU reconoció por fin públicamente la labor del entonces Teniente Coronel Médico Stewart Francis Alexander en todo este asunto.
Fuentes:
-Enciclopedia "La Segunda Guerra Mundial", Tomo 42: "La Guerra Secreta (I)".Editorial Time-Life/Folio.
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 8: "Frente Mediterráneo".
-https://en.wikipedia.org/wiki/Air_raid_on_Bari
-http://ww2today.com/2nd-december-1943-mustard-gas-disaster-in-bari-harbour
-http://www.historynet.com/world-war-ii-german-raid-on-bari.htm
-http://fly.historicwings.com/2012/12/deadly-mystery-at-bari/
-https://lflank.wordpress.com/2015/08/06/the-bari-air-raid-when-the-allies-unintentionally-gassed-their-own-side/
-http://ahoy.tk-jk.net/macslog/SlaughteratBariSouthernIt.html
No hay nada más peligroso que menospreciar a tu enemigo.
ResponderEliminarY más cuando ese enemigo ha dado muestras, como lo hicieron los alemanes toda la guerra, de ser capaz de responder rápida y efectivamente con medios de forma improvisada pero muy eficaz.