Aviadores: Sadamu Komachi

Por supuesto los pilotos de la Marina Imperial Japonesa sufrieron una enorme cantidad de bajas durante la Guerra.Tras los éxitos iniciales de los seis primeros meses, comenzaron los reveses y las fuertes pérdidas, primero en Midway y posteriormente en la larga y sangrienta campaña de Guadalcanal.
Ello propició que muchos de los pilotos con experiencia que quedaban en activo fuesen poco a poco retirados a unidades de instrucción en el propio Japón, con la intención de "preservarlos" y, evidentemente, de enseñar a los novatos.Este fue uno de los motivos por lo que, curiosamente, varios de sus ases de las primeras campañas consiguieron sobrevivir a la Guerra, aunque la inmensa mayoría de ellos odiaron este destino: eran pilotos de caza, y prácticamente a ninguno le gustó ese tipo de destino.

No fue este el caso del piloto que nos ocupa, ya que sólo estuvo durante un breve período de tiempo destinado a unidades de instrucción.Durante la Guerra, acumuló 2.500 horas de vuelo, participó en 180 combates aéreos, realizó dos aterrizajes forzosos, fue derribado en una ocasión y se le atribuyen oficialmente 18 victorias en combate aéreo durante el conflicto.... e incluso un poco más, como veremos más adelante.

El piloto del que hablamos es Sadamu Komachi, al que sus aventuras y algunas temerarias acciones le hicieron famoso en su región natal, al hacerse eco de ellas los periódicos de la zona.Con sus 1,85 de altura, fue sin duda uno de los pilotos de los Zero más altos.Nació en 1920 en la prefectura de Ishikawa, y con 18 años ingresó en la Marina, y tras un corto período de tiempo solicito ser entrenado como piloto naval, siendo aceptado (a pesar de su altura), consiguiendo la graduación como piloto en junio de 1940.En octubre de ese año pilotaba por primera vez el nuevo caza Mitsubishi A6M Zero, y era destinado al portaaviones Akagi para terminar su capacitación en los portaaviones, hasta que en mayo de 1941 fue destinado al portaaviones Shokaku.A bordo de él participó en el raid hasta Pearl Harbor, pero a su unidad se le encomendó la protección de la flota, por lo que no llegó a entrar en combate en ese famoso día.
Su primer combate aéreo llegó en el Océano Índico, durante la incursión realizada por los portaaviones a las órdenes del Vicealmirante Nagumo.Entabló combate con un Hawker Hurricane de la RAF, al que al parecer consiguió alcanzar, pero no se pudo confirmar la presunta victoria.

Sadamu Komachi en una imagen probablemente de 1941, por la época del ataque a Pearl Harbor a bordo del Shokaku.



Su primera victoria confirmada en combate aéreo tuvo que esperar hasta mayo de 1942, durante la Batalla del Mar del Coral.De nuevo fue asignado a la cobertura de la flota, pero en esta ocasión si que llegaron los aviones enemigos.Consiguió derribar un Douglas SBD Dauntless y un Grumman F4F Wildcat, además de compartir el derribo de al menos otro caza estadounidense (también se dice que compartió el derribo de cuatro Wildcat).Pese a ello no pudo evitar que su portaaviones, el Shokaku, resultara dañado de consideración, por lo que tuvo que aterrizar en el compañero de éste, el Zuikaku.Con su portaaviones averiado y de vuelta al Japón para reparaciones, Komachi no pudo participar en la Batalla de Midway.

Tras el gran revés sufrido en esta batalla por la Marina Imperial, el siguiente foco de atención se trasladó mucho más al sur, hasta las Islas Salomón.Durante una de las acciones englobadas en la lucha por Guadalcanal (concretamente el enfrentamiento llamado la Batalla de la Salomón Orientales en agosto de 1942), de nuevo Komachi se vio las caras contra los Wildcat, en este caso los del VF-6 del USS Enterprise, en un combate que casi le cuesta la vida: actuando en esta ocasión como escolta de los aviones de ataque, y al llegar a la altura de la cobertura de cazas estadounidenses, Komachi localizó un Wildcat al que inmediatamente atacó en picado, sin percatarse de que otro caza norteamericano, pilotado por el Teniente Albert Vorse, se le echaba encima desde sus seis, abriendo fuego y alcanzando al Zero de Komachi.Dándose cuenta de que la situación era crítica, pero sabiendo que aún mantenía el control de su caza, Komachi se fingió muerto, entrando en una barrena aparentemente incontrolable en la que descendió 1.800 metros.Tan real parecía que el Lt Vose le dio por muerto, reclamando esta victoria como su quinta en la Guerra, con lo que oficialmente se convertía en un as (terminaría con un recuento total de 11,5).
Komachi pudo recuperar el control, pero sus excesos en el combate y los daños sufridos le habían dejado casi sin combustible, por lo que sabía que no regresaría.Finalmente abandonó el avión, y se quedó flotando en el mar agarrado a un bidón flotante que por fortuna estaba cerca.Pero estaba completamente solo, y se resignó a morir ahogado por agotamiento o devorado por los tiburones.Pero una vez más le acompañó la fortuna, ya que por la noche, uno de los muchos destructores japoneses que circulaban por esas aguas tuvo el acierto de enfocarlo con los reflectores.Se había salvado por poco.

El portaaviones Shokaku, donde estuvo destinado Komachi desde que comenzó la Guerra hasta la Batalla de Santa Cruz.Junto a su gemelo el Zuikaku, estos dos buques vieron más combates que ningún otro portaaviones japonés: Pearl Harbor, Indonesia, el raid del Índico, el Mar del Coral, las Salomón Orientales, Santa Cruz y la Batalla del Mar de Filipinas.El Zuikaku sobrevivió hasta la Batalla de Cabo Engaño, unos meses después.



En octubre estaba de nuevo en la brecha, y su siguiente combate fue nada menos que la sangrienta Batalla de Santa Cruz.Asignado para la escolta del grupo de ataque conjunto de los portaaviones Shokaku y Zuikaku, durante el trayecto las formaciones antagonistas se cruzaron en el aire aproximadamente a mitad de camino de ambas flotas.Los cazas del Zuikaku abandonaron la escolta y atacaron a la formación norteamericana, por lo que el grupo de cazas del Shokaku donde se encontraba Komachi fue el único que protegió a sus bombarderos y torpederos contra la cobertura de Wildcat que esperaban sobre su flota.En un intenso combate sin descanso, Komachi asegura que derribó dos F4F, pero como los combates eran incesantes no pudo confirmarlas por completo, por lo que no se le atribuyeron oficialmente.En el viaje de regreso su grupo perdió contacto con el resto de los aviones supervivientes, que volvían de forma desperdigada.Komachi no fue capaz de encontrar los portaaviones, y al terminársele en combustible tuvo que amerizar en las cercanías de un crucero y cuatro destructores, siendo recogido por uno de ellos.De nuevo se libraba de la muerte en el agua.No es tan fácil salir indemne de un amerizaje en alta mar.

Con la práctica destrucción de los grupos aéreos embarcados durante la Batalla de Santa Cruz, los portaaviones japoneses se retiraron de los combates.No volverían a aparecer de forma masiva hasta la Batalla del Mar de Filipinas, casi dos años después.Tras Santa Cruz, Komachi fue enviado a la base aérea de Omura, en la Isla de Kyushu, para hacer de instructor de pilotos de caza.Allí estuvo hasta que en agosto de 1943 fue enviado a un nuevo destino: Rabaul, "la tumba de los pilotos de caza".
Tal era la fama de la otrora poderosa base japonesa.

Sadamu Komachi posa junto a un nativo de Papúa en la Base de Rabaul.



Primero fue destinado por breve tiempo al 204 Grupo Aéreo, para pasar luego al campo de aviación de Tobera formando parte del 253 Grupo Aéreo.En esta base se especializó en la utilización de bombas de explosión en el aire (Ta-Dan) para atacar a las formaciones de bombarderos Consolidated B-24 Liberator.
Su último día en la zona de Rabaul nos da una idea de su carácter: la noche del 18 al 19 de febrero de 1944, la 12ª Escuadra de destructores (los USS Woodworth, Landsdowne, Buchanan, Lardner y Farenholt) se acercaron a la costa y comenzaron a bombardearla, además de lanzar al menos 15 torpedos contra los barcos amarrados en la Bahía de Keravia.Por entonces, las defensas de la zona brillaban por su ausencia, y Komachi, furioso por la incapacidad de estas, despegó en solitario desde la pista de Kokopo con su Zero, cargado con 60 kg de bombas, dirigiéndose en la noche hasta los destructores a los que localizó por los destellos de los disparos de su artillería.Las primeras pasadas de ametrallamiento no recibieron respuesta por parte de los buques, pero cuando lanzó sus bombas (que no dieron en el blanco), las baterías antiaéreas comenzaron a dispararle.Komachi siguió ametrallando a los destructores hasta agotar la munición, tras lo cual regresó a la base.En su informe señaló: "Ataqué los destructores y provoqué fuegos pequeños y medianos en tres de ellos y los eché de la bahía".
En realidad apenas provocó algún daño.Los fuegos que creyó haber iniciado eran en realidad las lonas de algunos de los cañones que ardían al no haber sido retiradas con las prisas de la batalla por parte de las tripulaciones.

En esta imagen Komachi aparece en el extremo derecho, y posiblemente esté tomada en la base de Truk, un par de meses antes de ser derribado por última vez en el vuelo de traslado hasta Guam.Los demás pilotos que aparecen en la imagen puede que lo acompañasen en ese día.



Al día siguiente, el 19 de febrero de 1944, el 253 Grupo Aéreo era trasladado a Truk, donde continuaría con su lucha contra los B-24 utilizando el bombardeo aéreo.Fue entonces cuando recibió una condecoración por parte de sus superiores por sus destrezas técnicas, algo poco frecuente para los aviadores japoneses que estaban en servicio.
El 19 de junio de 1944, una formación de 15 cazas Zero al mando del Teniente Comandante Harutoshi Okamoto, y entre los que se encontraba Komachi, despegaron de Truk con destino a la Isla de Guam, en un intento de reforzar el componente aéreo de la isla en plena Batalla del Mar de Filipinas.En el momento en que los Zero llegaban casi sin combustible al campo de aviación de Orote, la zona acababa de ser atacada por los Grumman F6F Hellcat del VF-15 (USS Essex).Cuando se disponían a abandonar, vieron la aproximación del grupo japonés, y los siempre agresivos pilotos de la US Navy no dudaron en virar y atacarles a baja altura.Uno de los Hellcat, pilotado por el Alférez Wendell Twelves atacó frontalmente a Komachi, que recibió varios impactos en el motor.Con el avión en llamas y sufriendo quemaduras en la cara y el cuerpo, Komachi fue capaz de amerizar suavemente su avión y de llegar a nado hasta la orilla.Una vez más lograba salvar la vida.

Trasladado en submarino hasta Japón, estuvo recuperándose de las graves quemaduras hasta que en 1945 fue de nuevo asignado al Grupo Aéreo de Yokosuka, donde comenzó a volar con los Kawanishi N1K-2J "George" para la defensa aérea de las Islas.Y allí combatió hasta el final de la Guerra, y como dije antes, quizá un poco más, ya que Komachi fue uno de los participantes en el ataque del día 18 de agosto contra los bombarderos Consolidated B-32 Dominator del 386 BS en misión de reconocimiento fotográfico (se supone), y en la que resultó dañado, muriendo uno de los tripulantes, el aparato pilotado por el Teniente John R. Anderson.
Este ataque fue controvertido, ya que técnicamente la rendición japonesa tuvo lugar el 2 de septiembre, pero se la suponía de hecho desde el 15 de agosto.Aquí tenemos la última aventura de Komachi: temiendo las represalias estadounidenses por este ataque, se mantuvo escondido y en la clandestinidad hasta que las Fuerzas de Ocupación Aliadas abandonaron el Japón.

Nada menos que 50 años después de que Wendell Twelves lo derribase en Guam, ambos pilotos iniciaron una correspondencia mutua, y hubieran llegado a conocerse en persona de no ser por el fallecimiento de Twelves durante una operación de corazón.Dos años antes, en 1992, Komachi había sido invitado a los EEUU, concretamente a una reunión conmemorativa de la Batalla del Mar del Coral realizada en Pensacola, Florida.Allí, para su sorpresa, pudo conversar de tú a tú con antiguos Altos Mandos de la US Navy, que al menos en apariencia lo trataban con absoluta cortesía, a pesar de que él nunca llegó a un rango elevado, una actitud impensable en el Japón de su época de militar.

Las atribuciones de victorias siempre serán motivo de discusión, y más en el férreo sistema japonés, que no tenía en cuenta las victorias individuales, sino las del grupo.Se dice que los compañeros de Komachi que sobrevivieron a la Guerra le atribuían unas 40 victorias, aunque él mismo pensaba que quizá logró la mitad de esa cifra.
Tras sus aventuras en la Guerra, donde sobrevivió a tantos combates, tuvo una larga vida, muriendo de causas naturales en julio del 2012 a los 92 años.

Fuentes:

-Aviones en Combate: Ases y Leyendas Nº 9: Los ases de la Marina Imperial Japonesa 1937-1945.Osprey-Aviation/Ediciones del Prado.
-http://www.cieldegloire.com/010_komachi_s.php
-https://en.wikipedia.org/wiki/Sadamu_Komachi
-http://ww2awartobewon.com/wwii-articles/zero-ace-sadamu-komachi-closure/

Comentarios

  1. Un bravo piloto que combatio en inferioridad de condiciones pero nuca se rindió.
    Y como los últimos de la Luntwaffe voló contra un enemigo superior en número y medios sin pensar en nada más que cumplir con su deber para con su nación.

    ResponderEliminar
  2. Es en cierto modo consolador ver que algunos de los pocos supervivientes de entre tantos jóvenes que perdieron la vida por unos pésimos dirigentes, alcanzaron una notable longevidad, pudiendo dar testimonio viviente durante décadas sobre aquellos turbulentos tiempos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Motores: BMW 801

Clásicos en detalle: Messerschmitt Bf 109E

Motores: Pratt & Whitney R-2800 Double Wasp