Big Week (II)
Dia 20/2/1944
A pesar de que la "Gran Semana" iba a ser un asunto principalmente de la USAAF, sería el Bomber Command de la RAF quien comenzaría la serie de ataques la noche del 19 al 20 de febrero. Esa noche despegaron 921 aparatos, de los que 823 realizaron el ataque principal sobre la zona de Leipzig, donde se concentraban varias industrias relacionadas con la aviación. Esta gran formación la componían 561 Avro Lancaster, 255 Handley Page Halifax y 7 de Havilland Mosquito. Siguiendo sus tácticas de bombardeo de zona, se atacaron los barrios residenciales del sur (Connewitz) y las zonas industriales y residenciales del sureste (Schleubig y Grobzschocher). Se realizaron otras salidas con el propósito de desviar parte de los cazas nocturnos alemanes: 45 Short Stirling con la guía de 4 Handley Page Halifax de la Pathfinder Force (PFF) realizarían una misión de minado en las aguas próximas a Kiel, despegando antes que la fuerza principal para ser detectados y atraer más al norte a los cazas alemanes. Mientras, otros 16 de Havilland Mosquito con dispositivos Oboe atacarían los aeródromos de la Nachtjagd en los Países Bajos, otros tres atacaron Aquisgrán y tres más bombardearon posiciones de las V-1 en Francia. Los señuelos incluirían otros 15 de estos bimotores que zumbarían por el área de Berlín. Por último, el gran despliegue de la RAF se completaba con otros 12 Mosquito equipados con el sistema Serrate que actuarían libremente como cazas buscando a los interceptores alemanes. Pero los operadores de radar alemanes no se dejaron engañar en esta ocasión, y cuando comenzaban a desviar a los cazas hacia la incursión de Kiel, se percataron de la incursión principal más al sur, enviando allí a todas las fuerzas disponibles.
El resultado fue que los cazas alemanes los persiguieron durante todo el trayecto de ida y vuelta, además de que la flak los estuvo esperando, conociendo su ruta y rango de altura. Nada menos que 44 Lancaster y 34 Halifax se perdieron esa noche, cuatro de ellos por colisión en el aire, unos veinte por la flak y el resto a manos de los cazas. Fue una buena noche de caza para algunos de los experten de la Nachtjagd, como el Hauptmann Martin "Tino" Becker del 2./NJG6, que acreditó dos Handley Page Halifax y un Avro Lancaster (más otro probable).
El porcentaje de bajas entre la fuerza principal alcanzó el 9,5%, una cifra que en el caso de los Halifax era del 13,3% y significó el fin de las operaciones sobre suelo alemán de los modelos -II y -V. Del resto de todas las unidades participantes sólo se perdió uno de los Mosquito que atacaron Berlín, por lo que la cifra total de bajas entre todas las incursiones alcanzó el 8,6%, con un total de 79 aviones perdidos. Era la mayor cifra de bajas en una sola misión del Bomber Command en toda la Guerra, superando ampliamente los 58 aparatos perdidos la noche del 21 al 2 de enero de 1943 sobre Magdeburgo. La Nachtjagd, aunque cada vez más presionada, aún no estaba derrotada, y al menos en determinadas circunstancias, aún causaría incluso más bajas (como la noche del 30 al 31 de marzo siguiente, en el desastre de Nuremberg).
Las siluetas de un par de Avro Lancaster PFF se recortan por la luz de los señalizadores que lanzan para orientar a la corriente principal de bombarderos. Los aparatos de la Pathfinder Force montaban los más novedosos sistemas de guía disponibles para localizar los objetivos, y realizaban pasadas en diferentes sentidos sobre los blancos. Eran los primeros en llegar y se mantenían en la zona el mayor tiempo posible, por lo que eran buenos objetivos para la flak. Además, al ir repletos de sistemas electrónicos eran como auténticos "radiofaros" para los cazas alemanes, que precisamente detectaban sus señales con sus radares de búsqueda. No era un trabajo fácil, desde luego. A la derecha vemos un Handley Page Halifax Mk II Serie I, con motores Merlin XX, torreta de morro y la enorme torreta dorsal tipo "Hudson". Las grandes bajas de este tipo durante la Big Week llevaron a que se le retirara de las misiones sobre Alemania. Las torretas del morro y la prominente torreta dorsal, mas los apagallamas de los escapes, reducían su velocidad y el techo operativo, y se fueron eliminando en las siguientes series, hasta la llegada de los Halifax con motores radiales Bristol Hércules, que acabaron sustituyéndolos por completo.Al despuntar el día comenzaron a rugir los motores de los aparatos de la USAAF para la primera de sus misiones de la "Gran Semana". Por primera vez desde que comenzó la Guerra, el VIII Mando de Bombardeo pudo reunir más de 1.000 cuatrimotores para una sola misión, aunque fuese por poco, ya que despegaron 1.003 aparatos, 731 B-17 y 272 B-24. La escolta casi igualaba en número a los atacantes: un total de 835 cazas les acompañarían. Una vez más el elemento principal de la escolta lo componían los P-47, de los que despegaron 668 aparatos, junto con 94 P-38 y 73 P-51. Y se pretendía que la incursión fuese aún mayor con la participación de elementos de la 15º FA del General Natahn F. Twining estacionada en Italia. Pero este asunto fue bastante problemático: en esos momentos se estaban librando en la cabeza de playa de Anzio unos combates decisivos, con las Fuerzas Aliadas acorraladas y con serias opciones de ser expulsadas al mar. El propio General Mark Clark del 5º Ejército y el General John K. Cannon de la 12ª FA coincidían en que el día 20, precisamente, sería decisivo para el mantenimiento de la cabeza de playa, y esperaban una ayuda total por parte de la 15ª FA para bombardear los refuerzos alemanes que llegaban a la zona, por lo que pidieron al General Ira C. Eaker (que recordemos acababa de llegar al Teatro del Mediterráneo tras dejar la 8ºFA) que no se involucrase, de momento, en la Big Week. Otro problema era que los pretendidos objetivos asignados a la 15º FA en el sur de Alemania se esperaban cubiertos de nubes, y en ese momento la 15ª FA aún no disponía de los necesarios equipos de radar cartográfico H2X, por lo que Eaker apuntó que los bombardeos serían poco efectivos. El General Spaatz estaba decidido a que la 15ª FA participase en el ataque, y el asunto llegó hasta las más altas esferas: el propio Primer Ministro Winston Churchill "aconsejó" que la 15ª FA apoyase la batalla en Anzio (típico de él), y la 15ª FA se quedó ese día en Italia.
Hay que decir que generalmente cuando la 8ª FA realizaba una gran incursión, los bombarderos bimotores de la 9ª FA táctica del General Lewis H. Brereton realizaban otras misiones de corto alcance, casi siempre sobre aeródromos de la Luftwaffe en la zona de los Países Bajos y el Norte de Francia, con la intención doble de desviar la atención de los cazas de estos grupos de combate hacia ellos y de destruir en tierra tanto sus instalaciones como los aparatos que pudiesen sorprender sin haber despegado. Ni que decir tiene que se trataba de misiones muy arriesgadas tanto por los propios cazas enemigos como por la temible flak alemana de corto y medio alcance. El primer día de la Big Week no fue una excepción, y alrededor de 140 Martin B-26 Marauder despegaron para ello, pero la escasa visibilidad a cotas bajas sobre East Anglia y la zona del Canal hizo que al menos 100 de ellos se diesen la vuelta, y tan sólo unos 35 aparatos bombardearon el aeródromo de Haanstede en los Países Bajos. La RAF mantendría también la presión sobre toda la zona del Canal y la costa ocupada con hasta 16 Sqn de cazas (Spitfire y Mustang) realizando continuos relevos.
Volviendo a la fuerza principal de ataque, lo cierto es que la misión estuvo en duda hasta el último momento. El motivo no fue otro que las condiciones climáticas: a pesar de que los meteorólogos de la USSTAF (recordemos que este organismo estaba ahora al cargo de todas las operaciones estratégicas de los EEUU en Europa) pronosticaban unos cuantos días de tiempo más favorable, ni los meteorólogos de la 8ª FA ni de la 9ª FA compartían su opinión. Tanto el General Doolittle como el General Kepner (que estaba al mando del VIII Mando de Caza) temían que las condiciones en el momento de los despegues, con literalmente cientos de aparatos subiendo para reunirse mientras atravesaban capas de nubes, acabara con docenas de bombarderos colisionando en el aire; además, el General Kepner veía complicado que los cazas pudieran reunirse con sus respecticos grupos de bombarderos que debían escoltar. Pero el General Spaatz estaba completamente decido a realizar la Operación Argument antes del mes de marzo, e incluso llegó a comentarles a sus subordinados que estaba dispuesto a mandar los bombarderos sin que se reunieran con los cazas de escolta. Finalmente, tras una larga noche de nervios (mientras por cierto centeneras de bombarderos de la RAF si que despegaban a pesar de todo), y con unas previsiones tan pesimistas como las de llegar a perder hasta 200 bombarderos en ese día, el General Spaatz se decidió: desde se Cuartel general en Teddington, a las afueras de Londres, envió un mensaje por cable a sus subordinados: "Déjenlos ir".
La fuerza atacante se iba a dividir en tres grandes formaciones, cada una de ellas con varios objetivos principales y alternativos por si las condiciones de visibilidad sobre los primeros no eran idóneas, algo bastante habitual. La formación principal, al menos por el número de atacantes, la formaba la 1ª División de Bombarderos, con 417 B-17 Flying Fortress de once Grupos (91º, 92º, 303º, 305º, 306º, 351º, 379º, 381º, 384º, 401º y 428º). Su objetivo primario era la zona industrial de Leipzig, en especial la que rodeaba al aeródromo de Mockau. Otra formación compuesta por 272 B-24 Liberator de la 2ª División de Bombarderos (Grupos 44º, 93º, 389º, 392º, 445º, 446º, 448º y 453º) seguirían una ruta similar pero con la zona de las ciudades de Halberstadt y Brunswick como objetivos primarios. La otra gran formación volaría una ruta un poco más al norte, y estaba compuesta por 10 Grupos de la 3º División de Bombarderos con 314 B-17 Flying Fortress (Grupos 94º, 95º, 96º, 100º, 385º, 388º, 390º, 447º, 452º y 482º).
Las impresionantes estelas de condensación que dejaban los bombarderos también servían para ocultar las que dejaban los cazas, propios o enemigos. En primer plano aparece un B-17 del 95º BG, perteneciente a la 3ª División de Bombarderos, atravesando las pequeñas nubes oscuras que deja la flak. No era extraño que a partir de los 7.000 metros de altura se encontrasen temperaturas de hasta -35ºC, lo que hacía que los artilleros de los puestos laterales abiertos tuviesen serios problemas de congelación.De estas tres grandes formaciones, sólo la 1ª y 2ª División de Bombarderos, que llevarían aproximadamente la misma ruta, recibirían escolta de los cazas, mientras que la 3ª División, que llevaría una ruta sobre el Mar del Norte y Dinamarca, volaría sin la protección de los cazas. Se tomó esta decisión porque las Divisiones 1º y 2ª atravesarían la zona principal de concentración de los cazas alemanes. Los 668 P-47 Thunderbolt que formaban el grueso de la escolta pertenecían a nueve Grupos de Caza del VIII Fighter Command (4º, 56º, 78º, 352º, 353º, 355º, 356º, 359º y 361º) más otros dos Grupos "prestados" por el IX Fighter Command, los 358º y 362º. Todos los P-38 Lightning disponibles de los dos Grupos que los utilizaban, el 20º y el 55º, fueron lanzados al aire, con un total de 94 aparatos. Y quedaban los P-51B Mustang. Desde la última gran incursión (la del día 11 de enero que narramos en la entrada anterior) un nuevo Grupo equipado con estos deseados aparatos estaba ya operativo, el primero en serlo oficialmente encuadrado dentro del VIII Fighter Command de la 8ª FA: se trataba del 357º FG, que estaría acompañado por los Mustang del 354º FG que seguía perteneciendo al IX Fighter Command y volvía a actuar de "prestado" para misiones de escolta. Entre ambos Grupos pudieron poner en el aire 73 Mustang.
La organización para la defensa aérea del Frente Occidental por parte de la Luftwaffe era, como casi todo lo relacionado con esta rama de la Wehrmacht, bastante enrevesada, con una sucesión de mandos por zona y por grupos de combate casi caótica, además de estar bastante desestructurada. Entre finales de 1943 y comienzos de 1944 se intentó una reorganización: el 23 de diciembre el General Hans-Jürgen-Stumpff se hacía cargo de la Luftwaffen-Befehlshaber Mitte, que el día 3 de febrero, poco antes de comenzar la Big Week, se transformaba en la Luftflotte Reich, a partir de entonces la unidad encargada de la defensa aérea del propio Reich, Austria y los Países Bajos. Subordinado a él estaba el General Josef Schmid, al mando del I. Jagdkorps, que llevaba tiempo abogando por que hubiese un mando centralizado para la defensa aérea contra los bombardeos diurnos y nocturnos que englobase todas las unidades de combate y las agencias implicadas (inteligencia, radio, radares, observadores, etc.), algo que no se lograría (y sólo en teoría) hasta el 31 de marzo de 1944. Y sería precisamente el I. y el II. Jagdkorps los que iban a recibir la embestida Aliada de la Big Week.
La Luftwaffe iba a tener serios problemas para poder enfrentarse a esta avalancha de aviones en dirección al corazón de Alemania. Y uno de ellos era el mismo que casi había derrotado a la RAF en 1940, cuando la propia Luftwaffe intentaba hacer lo mismo que ahora pretendían los Aliados: conquistar la supremacía aérea para la invasión. Y este primer problema no era otro que la falta de pilotos con experiencia. Gracias al enorme programa de instrucción de pilotos implementado por el Teniente General Werner Kreipe, había un flujo constante de pilotos de reemplazo, pero a costa de sacrificar la calidad por la cantidad, ya que los novatos llegaban a las unidades de combate con apenas 30 horas de vuelo en los aparatos en los que debían enfrentarse a sus adversarios. Este era otro de los problemas: la base de los cazas diurnos en esos momentos en la zona la componían los Messerschmitt Bf 109G-6 y los Focke-Wulf Fw 190A-6 y -7, que aunque seguían siendo buenos cazas, cada vez tenían menos opciones contra los últimos P-47D11-RE Thunderbolt y los nuevos P-51B Mustang. Y luego estaba, por supuesto, la gran desventaja numérica: aunque intentar conseguir las cifras de disponibilidad de los aparatos alemanes creo que es algo bastante aventurado, en un informe del 31 diciembre de 1943 el General Stumpff calculaba que la fuerza de cazas diurnos conjunta de monomotores Bf 109 y Fw 190 era de unos 453 aparatos, a los que se añadían unos 196 Zerstörer (en su mayoría Bf 110G-2 y Me 410A-1), con un total combinado de 649 aparatos, de los que sólo unos 482 estaban en condiciones operativas. Para Stumpff, las fuerzas de cazas diurnos estaban en estado crítico.
En lo referente a los cazas nocturnos, el asunto era ligeramente mejor. En ese mismo informe del 31 de diciembre se contabilizaban unos 611 cazas nocturnos, la mayor parte de ellos Messerschmitt Bf 110G-4 y Junkers Ju 88C-6, aunque había cierta variedad de otros modelos en servicio en números bastante inferiores, aparte de los monomotores de la 30. Jagddivision "Wilde Sau". En general el número de aparatos disponibles era de unos 400, gran parte de ellos equipados con los radares Lichtenstein SN-2 (FuG 220), y algunos con elementos adicionales como el Flensburg (FuG 227) que captaba las señales del radar de alerta "Monica" de la RAF, o el Naxos Z (FuG 350) que hacía lo mismo con las señales del radar cartográfico H2S. Aunque la mayoría de pilotos de la "Wilde Sau" preferían la interceptación visual, algunos montaban los radares Neptun J (FuG 218). Las pérdidas del Bomber Command en la primera incursión de la Big Week son una muestra de que la Nachtjagd aún no estaba derrotada.
Lockheed P-38H-5 "Texas Ranger" del 55º FG, pilotado por el Col. Jack Jenkins. Este piloto se anotó las primeras victorias en Europa de este Grupo con los P-38, al derribar el día 3 de noviembre de 1943 un Bf 109 y un Fw 190 del JG 1. Pocos días antes de la Big Week, Jenkins asumió el mando del 55º FG, y no pudo participar activamente en los combates al estar "obligado" a realizar tareas organizativas. Sin embargo, el día 3 de marzo de 1944, ahora con un P-38J ("Texas Ranger IV") lideró a su Grupo en la primera misión en la que los cazas de escolta de la USAAF alcanzaban Berlín.La misión se desarrolló como cabía esperar por un clima no tan favorable como se creía, o sea, con bastantes grupos de bombarderos desconectados entre si y atacando a los objetivos secundarios o "de oportunidad": de la 1ª División de Bombarderos 239 de ellos alcanzaron los objetivos principales de Leipzig-Mockau, Heiterblick y Abtnaundorf; 37 atacaron Bernburg y 44 alcanzaron la planta de AGO en Oschersleben, mientras que 20 aparatos atacaron "objetivos de oportunidad". Se perdieron derribados siete B-17, uno regresó sin posibilidad de ser reparado y hasta 161 aparatos recibieron algún tipo de daño.
La 2º División de Bombarderos se disgregó más, con 76 aviones que atacaron los objetivos primarios de Brunswick, Wilhelmtor y Neupetritor, 87 en Gotha, 58 en Helmstedt, 13 en Oschersleben y otros 10 aparatos en objetivos de oportunidad. Cayeron derribados ocho B-24, tres más regresaron para ir al desguace y hasta 37 más recibieron daños. La 3ª División de Bombarderos, la que fue más al norte sin escolta, tenía que dividirse a su vez en dos grupos, uno con el objetivo principal del aeródromo de Tutow, y aunque encontraron el cielo cubierto y uno de los aparatos guía no llegó a despegar, 105 aparatos bombardearon Tutow, Greifswald y Straslund, mientras que el segundo grupo (que según he leído tenía como objetivo Posen (Poznan) en Polonia, algo que me hace dudar bastante), terminaron atacando 76 de ellos las instalaciones de Heinkel en Rostock y nada menos que 115 aparatos objetivos de oportunidad. Se derribaron seis B-17, uno más quedó inservible y 37 fueron dañados.
Los cazas de escolta sufrieron pocas bajas: sólo se perdieron un P-38, un P-51 y dos P-47, más otros dos irrecuperables y unos cuatro aparatos con daños menores. En definitiva, los norteamericanos perdieron en total 21 bombarderos y 4 cazas derribados, más 5 bombarderos y 2 cazas irrecuperables. Las bajas entre los aviadores alcanzaron un total combinado de 20 fallecidos, 27 heridos graves y 213 desaparecidos en combate (prisioneros de guerra, fallecidos o evadidos).
Por su parte, la Luftwaffe, en especial el I. Jagdkorps del General Schmid, que fue la principal fuerza opositora, sufrió una bajas que, sin ser todavía alarmantes, se pudieron calificar como graves. Por supuesto la reclamación de bajas enemigas por parte de los artilleros de los bombarderos fue no ya exagerada, si no casi pura ficción: 65 derribados/ 33 probablemente derribados/ 29 dañados, lo que unido a los derribados por los cazas habrán supuesto casi la aniquilación del I. Jagdkorps en una sola incursión. Las cifras que se consideran más acertadas distan mucho de esto: ese día el I. JK solo pudo realizar alrededor de 362 salidas de caza, y las cifras de pérdidas más realistas las sitúan en 62 aviones destruidos y 18 dañados, lo que no dejaba de ser un duro golpe para los cazas diurnos alemanes.
Por tanto, para los Aliados, y teniendo en cuenta los objetivos finales de esta campaña, el primer día de la Big Week acabó con un sabor un tanto agridulce: por parte del Bomber Command de la RAF se saldó con el mayor número de pérdidas en una sola incursión en lo que iba de Guerra, aunque para su Comandante tampoco significaba tanto, teniendo en cuenta que habían logrado arrasar un par de barrios residenciales de Leipzig, junto con algunos de sus edificios industriales, y matando alrededor de entre 700-800 personas.
Para la USAAF, esta primera gran misión acabó con 21 bombarderos derribados, una cifra que seguramente no esperaban ni los más optimistas, y mejor aún, con solo cuatro cazas abatidos. Los 62 aviones derribados a los alemanes también se podía considerar una buena cifra. Lo que funcionó peor fue el propio bombardeo: estaba claro que sobre objetivos cubiertos los visores ópticos de gran calidad que poseían servían de muy poco, por lo que era necesario aumentar el número de aviones dotados con radar cartográfico si no querían verse inevitablemente limitados a atacar en días muy concretos. A pesar de tratarse de la primera incursión de unos 1.000 bombarderos pesados, los resultados en las industrias aeronáuticas distaron de ser los ideales para una fuerza tan enorme. Allí donde fue posible utilizar las miras Norden los ataques fueron más efectivos (sobre todo los realizados sobre Gotha y sobre la planta de Erla en Heiterblick). El resto, como demostraron los posteriores reconocimientos, distó mucho de ser efectivo.
En la imagen de la izquierda vemos un Consolidated B-24 Liberator del 704º BS, 446º BG sobre la factoría de Gotha, y a la derecha, un Boeing B-17 Flying Fortress del 95º BG sobre Rostock. Con el cielo despejado la mira Norden lograba unos buenos resultados, pero el clima en Alemania durante el invierno-primavera no era precisamente favorable.Fuentes:
-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta, Tomo 6: "La Campaña de Bombardeo"
-Aviones en combate: Ases y Leyendas. Osprey Aviation/Ediciones del Prado, Tomos 3, 8, 35, 37 y 41
-https://www.americanairmuseum.com/mission/1634
-https://www.americanairmuseum.com/mission/1957
-http://www.8thafhs.com/missions.php
-https://www.ibiblio.org/hyperwar/AAF/III/AAF-III-2.html
-https://en.wikipedia.org/wiki/1st_Fighter_Corps_(Germany)
-https://de.m.wikipedia.org/wiki/Luftangriffe_auf_Leipzig
-https://en.wikipedia.org/wiki/Big_Week
Y la marea comenzó a cambiar. Magnífico artículo. Esperando los siguientes.
ResponderEliminarMuchas gracias César!!!.. estoy en ello!!
EliminarGracias por esta nueva y muy interesante entrega, amigo!
ResponderEliminarMuchas Gracias Vik!!!
Eliminar