Curtiss SB2C Helldiver en Leyte

 
Curtiss SB2C-3 Helldiver del VB-20 preparándose para despegar desde la cubierta del USS Enterprise CV-6

LA GRAN BATALLA

 Siempre me sentí atraído por esta batalla. Se discute si fue o no fue la batalla aeronaval más grande de la Historia, pero a mi no me interesa este debate, ya que para mí lo fue sin duda. Otra cosa distinta es la trascendencia que pudo tener, y ahí si que otros enfrentamientos seguramente fueron más cruciales. Y es que como sabemos, para finales de octubre de 1944 la Armada Imperial Japonesa carecía de un cuerpo aéreo digno de mención, aún conservando todavía varios portaaviones de mayor ó menor tamaño. Por ello trazó un plan casi suicida involucrando prácticamente a la totalidad de sus unidades de superficie, pensando que sus grandes acorazados aún podrían dar un gran golpe de efecto.
 Pero la Historia de este enfrentamiento es bien conocida en términos generales, por lo que no voy a entrar más en ese asunto. Al igual que ya hice en otra entrada de este Blog, referente a la Batalla de las Marianas, en este caso me centraré en la actuación de los bombarderos en picado embarcados Curtiss SB2C Helldiver. Como sabéis, la llamada Batalla del golfo de Leyte fueron en realidad una serie de distintos enfrentamientos alrededor del archipiélago de las Filipinas, generalmente divididos en cuatro batallas principales, que fueron la del Mar de Sibuyan, la del Estrecho de Surigao, la de Cabo Engaño y la del Mar de Samar, aunque hubo muchas más acciones más pequeñas y puntuales. 

 Para lo que nos ataña en esta entrada, los Helldiver no llegaron a participar activamente en la Batalla del Estrecho de Surigao, un encuentro entre unidades de superficie "a la antigua usanza", con cañones y torpedos. En la Batalla del Mar de Samar su participación fue poco importante (aunque costosa, como ya veremos), muy al final de la acción cuando los japoneses se encontraban en retirada. Así que nos centraremos en los otros dos grandes combates, el del Mar de Sibuyan y el de Cabo Engaño.

LOS GRUPOS DE BOMBARDEO EMBARCADOS DE LA TF 38

 Para el otoño de 1944 los Helldiver equipaban a todos los Escuadrones de Bombardeo (VB) que estaban embarcados en los portaaviones de escuadra de la por entonces Task Force 38.  
 Al mando de la 3ª Flota el Almirante William Halsey disponía en esos momentos de ocho grandes portaaviones de la Clase Essex, más el veterano Enterprise, divididos en cuatro grupos (del TG 38.1 al 38.4) Los portaaviones ligeros que también formaban parte de la TF 38, no incluían a los Helldiver en su grupos aéreos, compuestos en exclusiva por cazas Grumman F6F Hellcat y torpederos Grumman TBF Avenger en distintas variantes.
 Estos nueve grandes portaaviones cargaban justo antes de la gran batalla un total de 261 Helldiver. Veamos un listado de su distribución:
 
TG 38.1

VB-11.... Hornet CV-12............. 25 SB2C-3.................... Lt L.A. Smith
VB-7.......Hancock CV-19......... 30/12 SB2C-3/-3E....... Lt J.L. Erickson
VB-14.... Wasp CV-18............... 25 SB2C-3..................... Lt J.D. Blitch


TG 38.2

VB-18.... Intrepid CV-11........... 28 SB2C-3.................... Lt M. Eslick
VB-8...... Bunker Hill CV-17..... 21 SB2C-1.................... Lt J.D. Arbes


TG 38.3

VB-15.... Essex CV-9................ 25 SB2C-3.................... Lt J.H. Mini
VB-19.... Lexington CV-16....... 30 SB2C-3.................... Lt R. McGowan


TG 38.4

VB-13.... Franklin CV-13......... 31 SB2C-3.................... Lt C.A. Skinner
VB-20.... Enterprise CV-6....... 34 SB2C-3.................... Lt R.E. Riera


HELLDIVER MEJORADOS

 Como se puede apreciar en la tabla, para esas fechas la nueva variante -3 había sustituido casi por completo al original SB2C-1/-1C excepto en el caso del VB-8 del Bunker Hill, aunque como veremos más adelante para los que concierne a esta batalla todos fueron del nuevo modelo -3, que fue considerado en general como muy superior (no sin reticencias) con respecto al anterior, que recordemos fue el protagonista de los combates en las Marianas en la famosa misión más allá del anochecer
 Como ya comenté en la entrada sobre los Helldiver en las Marianas el propio Vicealmirante Marc Mitscher, Comandante de la TF 38, era uno de sus máximos detractores. Durante los anteriores combates alrededor de Saipán, los Sqn VB-10 y VB-16, que aún estaban equipados con los viejos Douglas SBD Dauntless tuvieron un comportamiento excepcional, y Mitscher consideró seriamente la posibilidad de volver a equipar a sus unidades de bombardeo con ellos. Pero la compañía Douglas había interrumpido la fabricación del Dauntless en julio, por lo que no hubo más alternativa que seguir sustituyéndolos por los nuevos SB2C-3.

 El apodo más común del Helldiver era el de "La Bestia", no sólo por su gran tamaño y peso, sino también por su temperamental manejo, y no menos por tener ciertos bordes especialmente afilados, especialmente los frenos de picado y las compuertas de la bodega de bombas, que hacía que los equipos de tierra se hiriesen y sangrasen con frecuencia. Pero la mayoría de las quejas venían de otros aspectos: se le achacaba falta de potencia para su peso elevado, así como la poca fiabilidad de su motor Wright R-2600-8 Twin Cyclone de 1.700 hp y de la hélice tripala instalada. Los sistemas eléctricos e hidráulicos fallaban frecuentemente, el hidráulico además con importantes y peligrosas fugas de líquido. Pero con todo, el principal problema eran sus pobres características de vuelo a baja velocidad, con posibilidad de entrada en pérdida a una velocidad relativamente elevada, lo que hacía que las tomas en los portaaviones se realizasen a unos 155/160 km/h con escaso control sobre unos mandos demasiado "duros". Los problemas se agravaban por su escaso control longitudinal, debido al diseño del fuselaje relativamente corto para adaptarse a las medidas exigidas por la Us Navy para los ascensores de los portaaviones, de ahí su gran deriva para mitigar en los posible esto (se decía jocosamente que si se desmontaba la deriva y se le daba la vuelta serviría de timón para el barco). Todo esto produjo una gran cantidad de accidentes, sobre todo al apontar, por lo que es normal que el modelo no fuese muy querido, a pesar de que también contaba con otros buenos argumentos a sus favor, como su alta velocidad , capacidad para soportar daños en combate, excelente blindaje para los tripulantes y los depósitos de combustible, gran carga de bombas y potente armamento.

 La nueva versión -3 introdujo el motor R-2600-20 de 1.900 hp mucho más fiable, así como una nueva hélice Curtiss-Electric de cuatro palas sin cono, que mejoraron bastante las prestaciones del  aparato, así como sus características de entrada en pérdida. Otra gran mejora fue la revisión del sistema hidráulico, ahora apenas sin fugas. También, por primera vez, se incluía un radar de descubierta en la variante -3E, aunque sólo doce de ellos estaban presentes en el VB-7 a bordo del Hancock en esos momentos. 

 Como muestra de lo que habían cambiado los Helldiver podemos ver lo que relataba sobre ellos el por entonces Alférez de 19 años Donald D. Engen (que llegaría a retirarse como Vicealmirante, y fue Administrados de la FAA y Director del Museo Nacional del Aire y del Espacio) y que por entonces formaba parte del VB-19 a bordo del Lexington, buque insignia de Mitscher, y que habían relevado en ese barco al VB-16 equipado con los Dauntless:

 ..."Cuando llegamos al Lexington, estaba claro que el Vicealmirante Mitscher no tenía buen concepto del SB2C.... Sentía la pérdida de los aviones en la Batalla del Mar de las Filipinas. Al principió simplemente nos toleró. Pero el SB2C-3 era completamente diferente al SB2C/C-1 que habíamos pilotado antes. El motor y la hélice daban más potencia. Se había mejorado el terrible sistema hidráulico con cuatro válvulas independientes... todavía perdía algo de fluido por aquí y por allí, pero realmente eran aparatos agradables de pilotar y fiables en el sentido aeronáutico. Por supuesto teníamos nuestros desafíos de mantenimiento, pero en general, los aviones y el VB-19 cambiaron por completo el concepto negativo de Mitscher en unos 60 días. Se convirtió en partidario de ellos e incluso envió una notificación a la Sala de Preparación Nº 2 a comienzos de septiembre, indicando que había cambiado de opinión. Desde entonces, estos aviones se incluían en su equipo"...

SB2C-3 "75" del VB-19 plegando las alas tras apontar en el USS Lexington CV-16 de regreso de una misión en agosto de 1944, semanas antes del encuentro en Leyte. Por entonces el USS Lexington era el buque insignia del Contralmirante Mitscher, y fue precisamente le gran actuación del VB-19 en los meses previos a Leyte lo que hizo cambiar de opinión sobre "La Bestia". En la imagen se aprecian claramente los slats del borde de ataque que aún están extendidos.

En la imagen podemos ver a los integrantes de la Primera División del VB-19, con su Comandante, el Lt Cdr Richard S. McGowan de pie en el centro. Tras ellos está un SB2C-3, fácilmente distinguible del anterior SB2C-1 por la hélice de cuatro palas y la ausencia del cono en el buje.



DISPERSOS ANTES DE LA BATALLA

 Pero la poderosa TF 38 resultó que justo al comienzo de los combates no lo era tanto. El caso es que los grupos aéreos de estos portaaviones llevaban combatiendo desde agosto, por lo que el 1 de octubre Halsey dictó una orden de rotación de descanso, rearme y reavituallamiento en el Atolón de Ulithi para la mitad de sus grupos cada turno. El mismo día 22 de octubre, que coincidió con la salida del Almirante japonés Takeo Kurita con su flota, Halsey destacó a dos de sus grupos de trabajo hasta Ulithi: el poderoso TG 38.1 del Vicealmirante John McCain, con tres portaaviones de escuadra, el CV-18 Wasp, el CV-12 Hornet y el CV-19 Hancock; y el día siguiente, 23 de octubre, al TG 38.4 del Contralmirante Ralph Davison, con los portaaviones de escuadra CV-13 Franklin y CV-6 Enterprise, y además al CV-17 Bunker Hill del TG 38.2 que tenía que pasar una revisión importante. 

 Pero al día siguiente, el 23 de octubre, dos submarinos estadounidenses, el Darter y el Dace establecieron contacto por radar y luego visualmente con la flota de Kurita en el Paso de Palawan, radiando el Darter varios informes con la composición y rumbo de la flota enemiga, por lo que horas después Halsey llamaba al Contralmirante Davison y su TG 38.4 de regreso inmediato, pero no así al TG 38.1 ni al Bunker Hill. Así que definitivamente cuando iban a comenzar los combates el número de Helldiver disponibles era de 148 aparatos... también en teoría, porque además de faltarle todo un grupo de portaaviones, las necesidades imperiosas de los reconocimientos aéreos necesarios por casi todo el extenso archipiélago filipino, ya que aparte de la flota de Kurita, ya detectada por los sumergibles, pero que aún así había que seguirla con reconocimientos aéreos, no se podía saber por que zona, paso, estrecho, etc.. vendría otra más que probable flota atacante, sobre todo los esperados portaaviones japoneses que aún quedaban y que se esperaba se lanzaran al combate. Por tanto, de los tres  grupos que quedaban, se utilizaron unos 100 cazas Hellcat y al menos 58 Helldiver para misiones de reconocimiento, donde los Helldiver eran muy necesarios por su largo alcance, acorde con el inmenso escenario en el que se iba a combatir.

 En definitiva, cuando iba a comenzar la batalla el TG 38.3 del Contralmirante Frederick C. Sherman se encontraba frente a la costa central de Luzón (donde estaba enfrascado en fuertes combates con la aviación japonesa con base en tierra), el TF 38.4 del Contralmirante Davison en la parte sur de la costa de Samar, mientras que el TG 38.2 del Contralmirante Gerald Bogan, el más débil de todos los grupos de portaaviones en ese momento, ya que como comentamos antes sólo disponía uno de la Clase Essex, el Intrepid, más los portaaviones ligeros Cabot e Independence, se encontraba situado justa a la salida del Estrecho de San Bernardino. Esta disposición era la más efectiva para cubrir la mayor área posible con vuelos de reconocimiento, pero dificultaba la concentración de fuerzas para atacar, como veremos en el siguiente capítulo.

Antes de realizar los desembarcos previstos en las Filipinas, era necesario desgastar lo máximo posible el poderío aéreo japonés, que aunque privado de alas aéreas embarcadas dignas de mención, aún mantenía una gran fuerza aérea basada en tierra, tanto de la Armada como del Ejército. Los meses anteriores a Leyte la TF 38 de Mitscher realizó una amplia campaña por las Filipinas, Formosa y las Islas Ryukyu con ese objetivo. En la imagen vemos unos Helldiver regresando a sus portaaviones tras atacar objetivos en la Isla de Cebú, en Filipinas.

Siguiendo con la campaña pre-invasión de Leyte los aviones de la TF 38 fueron más al norte, hasta las Islas Ryukyu. En la imagen vemos a los Helldiver alejarse tras bombardear el puerto de Naha, en Okinawa, el 10 de octubre de 1944, apenas dos semanas antes de Leyte. La gran campaña realizada por el TF 38 los meses previos a la invasión hizo que sus grupos aéreos y las propias tripulaciones de la gran flota estuviesen muy cansados, lo que llevó al Almirante Halsey a dar permisos rotativos de reabastecimiento y descanso en el Atolón de Ulithi, uno de los factores que llevaron a la dispersión de la TF 38 antes de la Batalla.



Fuentes:

-Aviones en Combate: Ases y Leyendas Nº29. "Los Ases de los Estados Unidos en Filipinas". Capítulo 3: "La Batalla del Golfo de Leyte", pág. 37 a 45. Editorial Osprey/Ediciones del Prado.

-Enciclopedia Ilustrada de la Aviación, Editorial Delta. Tomo 5. "A-Z de la Aviación", pág. 1275-1276. "Curtiss Model 84 (SB2C Helldiver).




 

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